Boletín de Arqueología PUCP. Núm. 25 (2018)
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Ítem Texto completo enlazado La ocupación paracas en el sitio El Mono, valle de Chincha, Perú(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-10) Isla Cuadrado, ElizabethEn el valle de Chincha se han identificado, hasta hoy, numerosos sitios y asentamientos arqueológicos de filiación Paracas. Entre estos destacan grandes complejos arquitectónicos que conservan edificaciones con arquitectura de tipo monumental, así como también varios edificios menores de carácter público, notándose al mismo tiempo pocos sitios de vivienda. Uno de estos sitios con edificios menores corresponde al sitio arqueológico El Mono, el cual está ubicado en la margen izquierda del valle medio-alto de Chincha y cerca del actual poblado de El Carmen. En el lugar se encuentran varios montículos bajos de planta rectangular que en su interior esconden pequeños edificios hechos con muros de adobes y piedras. Este es uno de los primeros sitios de la época Paracas en donde se realizaron excavaciones científicas en los años 1985 y 1987. En dos de los montículos presentes en el sitio las excavaciones han puesto al descubierto pequeñas estructuras arquitectónicas conformadas por plataformas bajas y escalonadas pertenecientes a la época Paracas Tardío. En los rellenos constructivos se encontraron diversos materiales culturales, en especial fragmentos de cerámica del estilo Pinta según la secuencia propuesta para el valle de Chincha, la cual es comparable con la fase Ocucaje 8 (300 a.C.) del valle de Ica. En este artículo se presentan las evidencias registradas en 1987 durante las excavaciones en uno de los edificios (Edificio C1) del sitio El Mono, que en 1992 constituyó el tema de mi tesis para obtener la Maestría (Diploma de DEA) en «Historia del Arte y de la Arqueología Precolombina», Universidad de Paris I-Sorbona, Francia. En base a ellas, se discutirá la función que tuvieron estos pequeños edificios, resaltando sus implicancias en el desarrollo de la cultura Paracas Tardío en el valle de Chincha.Ítem Texto completo enlazado Extracción de pigmentos y modos de producción ritual en la cultura Nasca: implicaciones para la secuencia ocupacional de mina Primavera(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-10) Van Gijseghem, Hendrik; Vaughn, Kevin J.; Whalen, Verity H.; Linares Grados, MoisesPresentamos resultados de investigaciones realizadas en un sitio minero del área Nasca. En particular, en el sitio de Mina Primavera, valle de Ingenio, una fuente de hematita (óxido de hierro) cuya explotación se remonta a los primeros siglos del primer milenio d.C., hemos encontrado en contexto estratigráfico testigos de las primeras épocas de extracción, correspondientes a material cerámico conocido como Nasca 1, o Nasca Inicial. Estos descubrimientos ponen de relieve las innovaciones técnicas asociadas con el desarrollo de pintura precocción como vehículo para la iconografía, y un nuevo culto que se estaba elaborando en Cahuachi. Además, reconocemos que existía una variedad de otros usos de las hematita en Nasca Temprano, incluyendo su empleo como ofrendas, así como pintura de paredes en contextos monumentales. En efecto, la extracción de pigmentos desde Mina Primavera se aceleró notablemente en la siguiente época de Nasca Temprano, acompañada por prácticas rituales, y al parecer cesa con el abandono de Cahuachi como centro ceremonial, después de lo cual el espacio de la mina aparentemente se convirtió en un espacio sagrado análogo a las estructuras que se conocen como huaca.Ítem Texto completo enlazado Algunas contribuciones a la comprensión de la transición Paracas-Nasca, Samaca, valle bajo de Ica(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-10) Cadwallader, Lauren; Arce Torres, Susana; Pullen, Alexander G.; Beresford-Jones, David G.Hasta hace poco, la transición entre el final de la época Paracas (380-260 a.C.) y la subsiguiente Nasca Inicial (260 a.C.-80 d.C.) de la costa sur del Perú, se ha estudiado principalmente a través de los restos funerarios y los análisis del patrón de asentamiento. Sin embargo, si intentamos entender los mecanismos socio-culturales y políticos que subyacen a estos cambios grandes, necesitamos un mejor conocimiento de los detalles de la vida cotidiana de aquella gente. Con información de recientes investigaciones, aquí pretendemos contribuir al entendimiento de la ocupación semipermanente de un sitio Ocucaje 9/10-Nasca 1, (Samaca 1004) en la Cuenca de Samaca, en la parte baja del valle de Ica. El sitio se encuentra sobre la pampa, en el borde de la cuenca, aproximadamente a 80 metros por encima de la planicie aluvial del actual río Ica y distante de cualquier fuente de agua. El sitio está asociado con una serie de geoglifos trapezoidales marcados en la superficie de esta pampa.Ítem Texto completo enlazado La transición Paracas-Nasca en los valles de Palpa(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-10) Isla Cuadrado, Johny; Reindel, MarkusLas evidencias arqueológicas documentadas en los valles de Palpa indican que al final del Formativo, en un lapso de tiempo comprendido entre el final del desarrollo Paracas y el inicio de Nasca, hubo un período de transición en donde ocurrieron cambios importantes en el proceso sociocultural que afectaron los aparentes lazos de continuidad entre ambas formaciones sociales. Este lapso de tiempo, conocido como Proto-Nasca o Nasca Inicial en la cuenca del río Grande, está relacionado con la repentina aparición de elementos asociados a Topará, un grupo social que parece haber ejercido el control político y religioso de la costa sur al final del Período Formativo, configurando un nuevo escenario en el que se conjugaron rasgos típicos de los paracas y los nasca. En este sentido, la discusión se enfoca en las implicancias que tuvo Topará en este proceso de transición, en el cual, al parecer, solamente los denominados textiles «Paracas» de la fase Necrópolis representan los lazos de continuidad entre ambas formaciones sociales. Esta continuidad evidentemente tuvo un fuerte trasfondo ideológico y religioso. En este manuscrito se expondrán las evidencias arqueológicas —patrones de asentamiento, geoglifos, petroglifos, cerámica, etc.—, que configuraron este nuevo escenario en los valles de Palpa, en base a las cuales se discutirán las características que tuvo la transición Paracas-Nasca en la cuenca del río Grande y sus implicancias en el contexto regional.Ítem Texto completo enlazado De Paracas a Nasca: nuevas evidencias desde la vertiente occidental de la sierra de Lucanas, Ayacucho(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-10) Reindel, Markus; Isla, JohnyDesde los primeros años de investigación, los paracas y nasca han sido consideradas como dos de las formaciones sociales más representativas de la costa sur peruana. Solo en las últimas fases del desarrollo Nasca se ha observado claros contactos con culturas de la sierra, especialmente con el estilo de cerámica característico del estado Wari que surgió cerca de la actual ciudad de Ayacucho, durante el Horizonte Medio. Sin embargo, trabajos de campo realizados en los últimos años en las cabeceras de los valles de Palpa, han puesto al descubierto numerosas evidencias de la ocupación Paracas y Nasca en la sierra. Estas nuevas evidencias nos obligan a reconsiderar conceptos tradicionales sobre los patrones de asentamiento y las estructuras socioeconómicas de los paracas y los nasca, incluyendo la época de transición entre ellas. Desde el 2006 los miembros del Proyecto Arqueológico Palpa-Lucanas han realizado intensos trabajos de campo en la parte norte de la cuenca del río Grande, especialmente en la parte alta de los valles de Palpa y Viscas. El registro de los asentamientos alcanzó hasta los puntos más altos de la vertiente occidental de los Andes, hasta una altura de 4300 metros sobre el nivel del mar. De este modo, el inventario de sitios arqueológicos en la vertiente occidental de los Andes, incluyendo aquellos de la costa, la yunga y la sierra, comprende ahora cerca de 1500 sitios pertenecientes a casi todos los períodos de tiempo. En este artículo presentamos los resultados de nuestras investigaciones en la sierra, poniendo énfasis en aquellos relacionados con los paracas y nasca, y en especial en la época de transición entre ambas, la cual muestra fuertes vínculos con la tradición Topará. Datos procedentes de las excavaciones en los sitios de Cutamalla y Huayuncalla aportan datos estratigráficos relevantes para el tema que se expone aquí.Ítem Texto completo enlazado Transición Paracas-Nasca, continuidad e innovación en los metales(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-10) Velarde, María Inés; Castro de la Mata, PamelaEl desarrollo de la metalurgia en los Andes del sur tuvo una dinámica muy diferente a la de sus contemporáneos en el norte. Los hallazgos más tempranos de artefactos de metal se ubican en el Horizonte Temprano con Paracas, caracterizado por el uso de oro trabajado en láminas con diseños y formas simples. Luego, los nasca continuaron con el uso predominante del oro y una tecnología casi inalterada basado en el manejo de técnicas simples de manufactura con repujados sencillos en su decoración, y la elaboración de formas tridimensionales. A través del estudio y recopilación de información de los metales procedentes del sitio de Ocucaje y el cementerio de Wari Kayan se han identificado las continuidades tecnológicas y las discontinuidades tipológicas a través del tiempo, durante la transición Paracas Nasca.Ítem Texto completo enlazado Las vasijas de Necrópolis, península de Paracas (costa sur, Perú): ensayo de análisis de su producción, su distribución y su depósito en contextos funerarios(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-09) Tinteroff, VanessaAlrededor de 550 vasijas fueron exhumadas por Julio César Tello y su equipo del cementerio de Necrópolis, península de Paracas, Perú, entre 1927 y 1930. Habían sido depositadas al lado, generalmente norte, de 250 de los 429 fardos funerarios, solas o en conjunto de dos o tres, a veces envueltas en un tejido. Por comparaciones con materiales cerámicos procedentes de los valles de Chincha, Pisco, Ica y Nazca, esas vasijas fueron atribuidas en el pasado, y de manera indiferenciada, a las tradiciones alfareras Topará (Jahuay y Chongos), Paracas Tardío (Ocucaje 10) y Nasca Inicial (Nasca 1). Sin embargo, esa colección de cerámica es ampliamente desconocida y nunca fue estudiada en su totalidad, o parcialmente, según una metodología adecuada que integre su contexto arqueológico, su análisis y su clasificación tecnológicamorfológica. Tal estudio, del cual se propone en este ensayo los primeros resultados, ofrece una oportunidad única de determinar el rol de los recipientes de cerámica en los rituales funerarios y las relaciones existentes entre las poblaciones Paracas, Nasca y Topará entre 200 a.C. y 200 d.C., a partir de la determinación de las producciones alfareras, de su procedencia y de sus redes de difusión.Ítem Texto completo enlazado ¿Qué constituye la transición Paracas-Nasca en Paracas Necrópolis? Prácticas mortuorias, artefactos presentes, formas de indumentaria y diversidad sociocultural(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-09) Peters, Ann H.Para reevaluar la contribución del complejo mortuorio Paracas Necrópolis a la comprensión de la transición Paracas- Nasca, se traza la distribución de artefactos textiles y no textiles en una muestra de contextos relativamente bien documentados. La evidencia procedente de fardos complejos y más simples permite proponer un modelo del orden social, las relaciones de intercambio y los procesos históricos. Sobre la base de la reconstrucción de cada contexto mortuorio, la distribución de los tipos de artefactos, las asociaciones de género y las secuencias de prácticas mortuorias se aporta mejor evidencia para evaluar el rango social y los roles rituales. Los tipos y estilos de artefactos se agrupan de acuerdo a su presencia en los mismos contextos mortuorios para evaluar la cronología Paracas-Nasca de la escuela de Berkeley y las correlaciones de Dwyer y Paul para los textiles de Paracas Necrópolis. Tener en cuenta la agencia de quienes atendieron a los muertos, los productores y usuarios de los objetos presentes y sus relaciones de intercambio es esencial para caracterizar las tradiciones de cultura material y los procesos históricos de interacción en un mundo social complejo.Ítem Texto completo enlazado De Paracas a Nasca: ¿por qué la necesidad de estudiar una época «transicional»?(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-05) Peters, Ann H.; Tomasto-Cagigao, ElsaParacas apareció en la historia de los estudios arqueológicos luego de las excavaciones de Tello en sitios habitacionales y cementerios intrusivos localizados en la península de Paracas. Tello dividió la cultura material encontrada en estos sitios en dos fases, ambas definidas como Paracas: Cavernas, con sus tumbas en forma de botella, cerámica policroma con decoración de resinas aplicadas poscocción sobre espacios delineados con incisiones, textiles con decoración lineal e iconografía con rasgos similares a Chavín. Luego, Necrópolis, con sus entierros intrusivos de fardos funerarios en estructuras domésticas, cerámica monocroma, generalmente con engobe, textiles bordados con diseños lineales y en bloques de colores, iconografía similar a la de Nasca (Paul 1991; Silverman y Proulx 2002; Tello 1929, 1959; Tello y Mejía Xesspe 1979). Si bien existen muchas diferencias en la cultura material atribuida a estas dos fases, el uso del término Paracas para ambas ha contribuido a la falsa impresión de una fuerte continuidad entre ellas, al punto de ser consideradas expresiones artísticas de sociedades que compartían una tradición cultural común (Menzel et al . 1964). Por otra parte, la cultura material de Nasca, la época subsiguiente, es lo suficientemente distinta como para que Nasca sea considerada como un desarrollo cultural diferente a Paracas. Y aunque existe consenso respecto a la fuerte relación entre Paracas y Nasca, todavía no se han encontrado todas las respuestas referentes a la naturaleza de dicha relación (Paul 1991). De esta manera, aunque los conceptos de «cultura Paracas» o «cultura Nasca» son cómodos para usarlos en los libros de difusión, no se debe permitir que impidan el análisis de la diversidad social y las complejas interacciones dentro y fuera de la costa sur-central. En este contexto, el estudio de la etapa que trascurre entre Paracas y Nasca, la que marcaría la «transformación» de la una hacia la otra, es crucial y ofrece innegables atractivos para la investigación del cambio y la continuidad en los procesos culturales.Ítem Texto completo enlazado Paracas Cavernas, Topará y Ocucaje, en el origen de los conceptos: materiales cerámicos de Cerro Colorado (excavaciones de Julio C. Tello)(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2019-12-09) Makowski, Krzysztof; Kołomański, TomaszLa historia de los términos «Paracas», «Ocucaje» y «Topará», así como de las cronologías relativas que les sirvieron de fundamento conceptual, demuestran que sus definiciones respectivas se desprenden del estado de conocimientos y de las metodologías que estuvieron en uso en la época de su formulación. Por una casualidad de la historia, las primeras interpretaciones del «origen» de la complejidad social en la costa sur por Julio C. Tello se fundamentaron en sus excavaciones en la bahía de Paracas (Cerro Colorado-Wari Kayan y Arena Blanca-Cabezas Largas), un sitio en la frontera entre dos áreas culturales diferentes: Topará al norte y Ocucaje-Nasca al sur del valle de Pisco. Las diferencias atañen a las tradiciones tecnológicas alfareras y la arquitectura monumental, entre otros aspectos. Dichas áreas se consolidan como tales después del ocaso de Chavín de Huantar, justo en la transición entre dos períodos que John H. Rowe definiría años después como el Horizonte Temprano y el Período Intermedio Temprano. Desde los descubrimientos de Tello, la mayoría de arqueólogos peruanos y europeos optó por llamar Paracas a todas las expresiones materiales del Período Formativo pre-Nasca de la Costa Sur en el primer milenio a.C., y asimismo, por considerarlas a priori componentes de una sola cultura, creada por un determinado grupo humano. Los resultados de las investigaciones recientes, incluyendo el análisis del material cerámico de la fase Paracas Cavernas que hacen los autores de este artículo, invitan a la revisión crítica de tales interpretaciones. Los especímenes procedentes de las excavaciones de Tello y conservados en el Museo de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAHP) pertenecen a diferentes estilos. Especímenes pertenecientes a tradiciones tecnológicas y estilísticas notablemente distintas fueron registrados por Tello dentro del mismo contexto funerario. Uno de los estilos dominantes se conoce bajo el nombre de Topará (fases Jahuay y Chongos), pero hay también vasijas Ocucaje del valle alto y medio de Ica, así como una pieza importada del valle del Mantaro. La presencia del estilo Topará en la fase Cavernas brinda argumentos de peso para considerar la península de Paracas como frontera, y como lugar de interacción entre las áreas «Topará» y «Ocucaje-Nasca». Asimismo, este hecho se suma a varios otros para sugerir plena continuidad entre las fases que Tello consideraba expresiones de dos culturas diferentes, la Paracas-Cavernas y la Paracas-Necrópolis.