La noción de autenticidad en el mundo de las «artes primeras»

Abstract

En 2006 se inauguró oficialmente en París el imponente edificio del Museo del Quai Branly, heredero de las colecciones etnográficas del icónico Museo del Hombre. El periodo de preparación y concepción del nuevo establecimiento público estuvo marcado por diversas controversias así como por la introducción en el ámbito museístico de la expresión «artes primeras», que no se hizo sin levantar innumerables resistencias entre antropólogos y etnólogos. Esta singular denominación, probablemente en una búsqueda de lo políticamente correcto, pretendía reemplazar los apelativos «arte primitivo», «arte tribal» o «arte negro» a la hora de calificar elementos etnográficos y arqueológicos cuyo valor estético y formal permite que sean considerados obras de arte en Europa.