Canción abierta: contrapuntos en Santa Bárbara
Abstract
The project takes as its starting point a cultural manifestation of which no records are preserved: the jaranas in the colonial sugar plantation Santa Bárbara located in San Luis de Cañete. Thinking of a jarana in a sugar plantation has an ethnic, historical and cultural charge if we look at the history of sugar in relation to slavery, as well as afroperuvian musical expression as a response to a stripped-down origin. In this work the musical counterpoint is extrapolated to other aspects present in the meeting of people in a jarana such as ethnic, discursive, spatial, among others. Drawing on Cañete’s public music archives, such as recordings or interviews, and generating new sounds allows me to create a space of other forms of narration, listening and encounter, where music, dialogue, bodies and history coexist. The proposal is to resume what could be a jarana in the aforementioned sugar plantation house. But the jarana, a cultural manifestation that belongs to the past of that hacienda today in ruins, can continue to be effective in a present that seeks to be confronted, or counterpointed by those who give it life today. To what extent are we aware of the historical burdens that stain our sounds and music? Could the moment of the jarana be a possibility of temporary harmony for a society that fails to put an end to discriminatory violence? El proyecto toma como punto de partida una manifestación cultural de la que no se conservan registros: las jaranas en la hacienda azucarera Santa Bárbara ubicada en San Luis de Cañete. Pensar una jarana en una hacienda tiene una carga étnica, histórica y cultural si observamos la historia del azúcar en relación a la esclavitud, así como la expresión musical negra como respuesta a un origen despojado. En este trabajo el contrapunto musical se extrapola a otros aspectos presentes en la reunión de personas en una jarana, como lo son el étnico, el discursivo, el espacial, entre otros. Recurrir a archivos musicales públicos de Cañete, como grabaciones o entrevistas, y a la generación de sonidos nuevos me permite crear un espacio de otras formas de narración, escucha y encuentro, en donde convive la música, el diálogo, los cuerpos y la historia. La propuesta pasa por retomar lo que podría ser una jarana en la hacienda mencionada. Pero la jarana, una manifestación cultural que pertenece al pasado de esa hacienda hoy en ruinas, puede seguir siendo efectiva en un presente que busca ser confrontado, o contrapunteado por quienes le den vida hoy día. ¿En qué medida somos conscientes de las cargas históricas que tiñen los sonidos y la música? ¿Podría ser el momento de la jarana una posibilidad de armonía pasajera para una sociedad que no consigue dar fin a la violencia discriminatoria?