Promover al Promotor: El Estado ante la responsabilidad social empresarial
Abstract
Hace treinta o cuarenta años nadie se hubiera imaginado que los hombres y mujeres
de empresa debieran preocuparse no sólo por sus clientes, accionistas y personal sino además
por su entorno. Ahora lo tienen que hacer y hay paulatinamente menos espacio para hacer
empresa sin hacer a la vez responsabilidad social.
Vivimos un ascenso de la responsabilidad social empresarial en el mundo. Este es el
hecho macizo de la realidad a partir del cual reflexionar, incluso para aquellos que no
comparten la responsabilidad social empresarial como praxis o como paradigma empresarial.
Porque las empresas se ven impelidas a entrar a la responsabilidad social, así sea por razones
muy distintas a las que plantean sus portavoces teóricos.
Muchas compañías han arribado a la responsabilidad social no por un reenfoque de su
función social sino por un emplazamiento de la sociedad. Por eso mismo, explica Porter
(2006), hay diversas justificaciones de la responsabilidad social: 1) para unos es una
obligación moral, 2) para otros, parte del desarrollo sustentable, 3) para unos terceros, una
forma de conseguir la licencia para operar, y 4) para otro grupo, una necesidad para la
legitimidad o reputación de las empresas. Sin embargo, sea cual fuere la justificación, el
mundo empresarial hoy ha debido virar y comenzar esta readecuación de sus labores
tradicionales.
¿Qué tiene que ver el Estado con este viraje del mundo privado hacia la
responsabilidad social empresarial? ¿No tiene el Estado campos de acción enteramente
diferentes de los del empresariado?
No obstante, ¿podría darse una reorientación general de la praxis y visión empresarial
sin, a su vez, una modificación de los roles del Estado? ¿Qué implicancias tiene este ingreso
del empresariado al campo social, para quien era hasta ahora el único encargado de las áreas
sociales, el Estado? ¿Qué labores podrían competerle ahora al Estado frente a este nuevo
escenario de difusión de la responsabilidad social empresarial?
Éstas son las preguntas que se propone responder este artículo, para lo cual se revisará
primero las razones por la cuales el Estado, las empresas y sociedad civil están acusando
recibo de un cambio de mediano plazo en el enfoque de la empresa del siglo XXI, con el
desplazamiento del viejo paradigma industrial por el de la nueva “empresa en red” (Castells,
2003) o “empresa relacional” (Lozano, 2007)