Abstract
Aquellos quienes recordamos nuestros inicios en el camino del aprendizaje o docencia del Marketing, también nos acordamos que los primeros ejemplos utilizados casi siempre tenían que ver con el intercambio de productos entre las empresas, quienes los ofrecen, y las personas, quienes los adquieren. Sin embargo, luego de algunas sesiones de clase, estudiantes y profesores llegábamos a la conclusión de que un cliente no siempre era una persona, sino que podría ser algún tipo de organización, sea esta de carácter privado o público, tenga o no fines de lucro