Abstract
La universidad será mejor cuando las comunidades académicas
asuman plenamente sus responsabilidades, es decir, procuren la
primacía áel saber sobre el hacer; traten modesta pero arduamente,
de construir ciudades de la inteligencia y no bastiones de
la mediocridad o el fanatismo.
El juez de la eficacia de la universidad es, y debe serlo
siempre, la sociedad.
La universidad no puede ser juez de sí misma. La suficiencia de
la universidad de ser el solo juez de sí misma ha sido causa de
las grandes crisis universitarias en el Perú.
La comunidad académica es la única que puede hacer falso el
juicio descriptivo formulado por F. Bourricaud: "La universidad
se ha convertido en una sociedad sin sanción ni obligación"