La responsabilidad moral del mundo de la economía desde la doctrina social de la Iglesia Católica
Abstract
El objetivo de este artículo es establecer la manera en que la encíclica Caritas in Veritate sigue la pauta crítica a la economía moderna que ha producido encíclicas en los tres últimos siglos. En esa tradición se inscribe también el documento de los obispos en Aparecida. Una mirada que sirve de base para evaluar la naturaleza de esa crítica es la que llama la atención tanto sobre el grado de autonomía de la economía respecto de “interferencias” morales que pueden venir desde fuera del mundo de la economía como de la autonomía de la Iglesia respecto de ese mundo. Con esa sustentación en mente, mostramos cómo la reciente encíclica pone siempre en primer plano el problema del trabajo y el de la distribución de sus resultados y también cómo todo juicio moral obliga a establecer responsabilidades. Tras una aclaración sobre el significado de la subsidiariedad y de lo público en la práctica de la caridad y de la Iglesia, tratamos de la crítica papal a la inadecuada división del trabajo entre la actividad económica y la política en el proceso de conquista de la justicia y en el ejercicio de la gratuidad. Pero la justicia y el don de la gratuidad no son privilegio de alguna institución estatal o privada especializada en la solidaridad y el llamado a ejercer ambas es a todas ellas. En todos los campos de la vida y en todas las instituciones, incluida la empresa, la exigencia moral es la misma. This article aims to set the way in which the Encyclical Caritas in Veritate follows the pattern of criticism of the modern economy which has resulted in encyclicals the three last centuries. This tradition also corresponds to the bishop’s document in Aparecida. A look that serves as the basis for assessing the nature of this criticism is one that draws attention both on the degree of autonomy of the economy with respect to moral “interference” that might come from outside the world of the economy as the autonomy of the Church vis a vis that world. With this in mind, we show how the recent Encyclical always puts the labour problem and the distribution of income in foreground, and also how all moral judgment requires determining responsibilities. After a clarification on the meaning of subsidiarity and of the public aspect of the practice of charity and of the Church, we try what the Pope considers an inappropriate division of labour between economic and political action in the process of conquering justice and in the exercise of “gratuituousness”. But justice and the free gift is not privilege of any State or private institution specialized in solidarity, and call to exercise both in all of them. In all fields of life and all the institutions, including the enterprise, the moral requirement is the same.