Ampliando nuestros horizontes: hacia una prehistoria interdisciplinaria de los Andes
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Boletín de Arqueología PUCP; Núm. 14 (2010): Lenguas y sociedades en el antiguo Perú: hacia un enfoque interdisciplinarioAbstract
Este artículo propone una nueva visión de la prehistoria andina, que busca tejer un conjunto mas coherente entre las varias disciplinas que intentan entender el pasado precolombino. Se fundamenta, en primer lugar, en una reexaminación, pendiente ya desde décadas, de la clasificación tradicional de las relaciones entre los diversos "dialectos" regionales al interior de la familia lingüística quechua; y, en segundo lugar, en la búsqueda de una correlación mucho más satisfactoria con el registro arqueológico.El nuevo enfoque que aquí proponemos se enraíza en el principio fundamental que si algunas lenguas mayores han logrado dispersarse de manera espectacular, esto no pudo haber ocurrido sin ningún motivo. Más bien, tales expansiones lingüísticas se deben a las mismas razones —es decir, los mismos cambios socioculturales— que la arqueología también busca describir por medio de sus propios datos independientes. Allí radica el auténtico vínculo entre nuestras disciplinas, de manera que podemos descartar las ecuaciones simplistas y obsoletas del estilo "lengua=cultura=genes", en favor de la correlación verdadera: las familias de lenguas reflejan procesos expansivos pasados, cuyos indicios deberían quedar claros también en el registro de la cultura material. Este principio se aprovecha para identificar y evaluar las correspondencias entre los patrones arqueológicos y lingüísticos, y así en tres niveles: la cronología, la geografía y, sobre todo, la causalidad. En otras palabras: ¿cuando, dónde y porqué se difundieron determinadas lenguas?En los Andes esto implica que en principio debemos ver a los horizontes, y no a los periodos intermedios, como los que ofrecen las explicaciones más naturales para las dispersiones mayores del quechua y el aimara. Ya que el Imperio incaico remonta a una época demasiado tardía las explicaciones de la profundidad temporal de cada familia, es más bien el Horizonte Medio Wari el que se vuelve el candidato más verosímil para haber vehiculizado la primera gran expansión del quechua, según nuestro parecer. Asimismo, aunque de manera más tentativa, se sugiere que el Horizonte Temprano Chavín pudo haber impulsado la dispersión más temprana de la familia aimara. Esto, en efecto, trastoca la hipótesis tradicional de Torero, además de conllevar claras implicancias para el largo debate arqueológico acerca de la naturaleza, duración y extensión de los "horizontes". This chapter sets out a new proposal for a coherent interdisciplinary prehistory of the Andes, based firstly on a long overdue reexamination of the relationships between the various regional ‘dialects’ within the Quechua language family; and secondly on the search for a far more satisfactory correlation with the archaeological record.Our founding principle is that language expansions do not ‘just happen’. Rather, they happen only for those very same reasons of socio-cultural change that archaeology seeks to describe through its own, independent data. Here is the true link between our disciplines, so we discard outdated, facile equations of ‘language equals culture equals genes’, in favour of the real correlation: that language families necessarily reflect past expansive processes, whose traces should also be clear in the material culture record. This principle is one that we can make use of to identify and assess correspondences between archaeological and linguistic patterns, on three levels: chronology, geography, and above all, causation. Or in other words: when, where and why did particular language expansions occur?In the Andes, in principle this entails that we should look to the Horizons, not the Intermediate Periods, as offering the most natural explanations for the major Quechua and Aymara dispersals. With the Incas too late to account for the time-depth of either family, the most plausible candidate for the first major expansion of Quechua turns out in our view to be the Wari Middle Horizon, with the Chavín Early Horizon more tentatively suggested as behind the earlier spread of the Aymara family. This effectively both upturns the traditional Torero hypothesis, and bears clear implications for the long debate in archaeology as to the nature, duration and extent of ‘Horizons’.