Contactos y fronteras de lenguas en la Cajamarca prehispánica
Acceso a Texto completo
Fuente
Boletín de Arqueología PUCP; Núm. 14 (2010): Lenguas y sociedades en el antiguo Perú: hacia un enfoque interdisciplinarioAbstract
Un breve repertorio léxico del telar de cintura, recogido en Agallpampa (Otuzco, La Libertad), aporta evidencia contraria a la idea de que existió identidad idiomática entre la zona de emplazamiento de la extinta lengua culle y el valle de Cajamarca, en el departamento del mismo nombre. En cambio, abona a favor de esta propuesta la identificación de un elemento gramatical atribuible al culle en ambas zonas: el sufijo diminutivo –ash–, como en cholasho ‘muchachito’ y chinasha ‘muchachita’. Este contraste constituye una ilustración del debate abierto por Torero (1989) sobre la existencia de idiomas indígenas particulares en las provincias centrales cajamarquinas (las lenguas den y cat) y continuado por Adelaar, con la col. de Muysken (2004), quien ha planteado que los ejemplos de comunidad léxica entre el núcleo de la zona culle y las palabras indígenas del quechua cajamarquino que no pueden ser atribuidas al fondo idiomático quechua sugieren la existencia de un sustrato culle en el valle de Cajamarca. Este artículo argumenta que para resolver esta aparente paradoja, es necesario pensar en términos de estratos lingüísticos, es decir, en diferentes etapas de hegemonía idiomática previas a la presencia del quechua y del castellano en dicho territorio. El estrato más antiguo correspondería al fondo idiomático den, mientras que el posterior, previo al advenimiento del quechua y el castellano, correspondería al culle. Partiendo de la investigación arqueológica realizada en la zona y de la reciente atribución del quechua cajamarquino a la avanzada huari (Adelaar 2012), se sostiene que la separación temporal entre ambos estratos debió de ser prolongada, ya que el culle tendría que haberse asentado en la zona mencionada antes de la expansión norteña de Huari. Sin embargo, la existencia de toponimia mixta quechua-den previene contra la posibilidad de generalizar esta hipótesis al territorio cajamarquino en su conjunto, especialmente al sector sureño occidental (Contumazá). A small lexicon of traditional weaving (telar de cintura), collected in Agallpampa (Otuzco, La Libertad) offers evidence against the idea of any linguistic identity being shared between the area of the now extinct Culle language, and the Cajamarca Valley. Yet, such a link is supported by the isolation of a grammatical element, traced to the Culle language in both areas: diminutive suffix –ash–, as in cholasho ‘young little man’ and chinasha ‘young little woman’. These contrasting data shed new light on a discussion begun by Torero (1989) about the existence of particular languages in the central Cajamarca area (languages Den and Cat); and continued by Adelaar with Muysken (2004), who suggest that cases of lexical community between the Culle geographical nucleus and indigenous words of Cajamarca Quechua, which cannot be traced back to Quechua idiomatic sources, suggest that a Culle substratum holds for the Cajamarca Valley. This paper argues that, in order to solve this apparent paradox, it is necessary to focus on this issue in terms of linguistic strata: i.e., different stages of idiomatic hegemony before Quechua and Spanish were established in the region. The oldest stratum would be associated with Den, and the more recent, albeit still prior to the Quechua and Spanish periods, would be Culle. Based upon archaeological research in the area and on the recent association of Cajamarca Quechua with the Huari expansion (Adelaar 2012), I suggest that the chronological distance between both strata must be deep, since Culle would have been established in the region long before the Northern Huari expansion took place. Nonetheless, the existence of Quechua-Den mixed toponyms precludes this hypothesis being applied to the whole Cajamarca territory, especially its southwest area (Contumazá).