Carmen Ollé (Lima, 1947), poeta y escritora, es autora de una vasta obra que comprende poesía, narrativa, teatro y ensayo. Inició su trabajo literario en la década del setenta y publicó su primer libro, Noches de adrenalina, en 1981, considerado hoy como un poemario icónico en la literatura peruana. Actualmente, Ollé sigue escribiendo una obra que reafirma su talento. En esta entrevista habla de su universo literario, su pasión por la lectura y revela algunas claves acerca de sus libros y personajes.
La violencia que desató el conflicto armado durante las décadas de los ochenta y noventa en el Perú ha sido uno de los tópicos más abordados en la narrativa peruana de los últimos años. La sangre de la aurora (2013), de Claudia Salazar, narra la violencia a través de tres mujeres que sufren un destino común: el trauma de la violación. El trabajo se propone determinar cómo ha sido representado el pasado traumático y cuáles son sus implicancias políticas y éticas en la novela. ¿Estamos frente a una narración o a una narrativización? Para responder esta interrogante se toma en cuenta presupuestos teóricos de Hayden White y Walter Benjamin.
¿Cómo escribe Santa Teresa de Jesús? Las ideas que se impusieron sobre la escritura teresiana, según Menéndez Pidal, hacen referencia a una escritura “espontánea”, “improvisada a grado extremo”, “descuidada”, que “no escribe”, sino “habla por escrito”. Se impuso así la idea que Teresa fue una escritora que nunca se propuso serlo, una suerte de “inspirada” que no corregía lo escrito. El trabajo indaga en la escritura de Santa Teresa, a partir de sus textos Libro de la vida y Moradas, además de su condición de mujer, las motivaciones y el contexto del siglo XVI en que se gestó su obra. Se propone la idea de un “escribir desconcertado” en el que conviven y parecen conciliarse lo natural y lo sobrenatural, el milagro y lo cotidiano, la alegoría y la realidad, lo concreto y lo abstracto. Una escritura que incomodó a confesores y teólogos a tal punto que, admirándola, optaron por ocultarla y guardar sus manuscritos para publicarlos solo cuando Teresa hubiera muerto, sostiene la autora.
Un entendimiento común parece enlazar el poemario Comentarios reales (1964) de Antonio Cisneros y la tesis Sobre el concepto de la historia (1940) de Walter Benjamin: el hecho de concebir a la historia como una apropiación “interesada” del pasado, en favor de los oprimidos. Bajo esta idea, el trabajo propone que, en el poemario se formula un nuevo proyecto de modernidad, radicalmente desmitologizante, sobre la base de una relectura de la historia oficial desde una óptica dialéctica. De esta manera, plantea una crítica mordaz a la ideología del progreso de la clase dominante, en tanto los poemas buscan develar las contradicciones y la falsa consciencia de una historia que se ha construido anclada en una lógica de dominación e imposición simbólica.
La angustia de justificar una identidad, un “yo” con posibilidades de interacción y, sobre todo, de supervivencia dentro del espacio-tiempo de la enunciación, lleva a los individuos a recuperar, sistematizar y cohesionar las huellas de su memoria, hasta el punto de convertirlas en un relato posible para la subjetividad que aspiran alcanzar. Es lo que afirma Paul de Man. De esta manera, podría entenderse la unificación de la memoria como un gesto útil para el soporte del “yo” y la justificación de su porvenir. Bajo esta mirada, el trabajo revisa Mi hermanita Magdalena (1998), de Elena Garro, novela que apuesta por la dispersión de los referentes históricos, produce sensación de caos e imposibilidad de afianzar la individualidad. La adquisición y pérdida permanente del poder de la palabra y, sobre todo, las idas y venidas del recuerdo, hacen pensar que, el objeto del discurso es, precisamente, el poder de la memoria. La memoria es en esta obra una función, pero también un producto cultural que más que proyectarse en la escritura se presenta como una consecuencia de la misma.
El trabajo analiza los cuentos “Los perros vagabundos” y “La rebelión de los indios” del libro Los perros vagabundos (sombras de arcilla) (1987), de Manuel Robles Alarcón. En ambos relatos, la comunidad indígena, entendida como un todo orgánico y con agencia, propone un desacuerdo con la categoría que la fija dentro del espacio de la subalternidad. Así, su proyecto de sublevación es una búsqueda de justicia por encima del deseo de venganza. Se recurre a categorías psicoanalíticas (como el goce y el deseo) para trazar lógicas de despojo en la que la rabia (aumento de tensión) sirve como detonador de las acciones de la comunidad. Se utilizan estudios de Rancière respecto de las políticas de la literatura para así sostener que la narrativa de Robles Alarcón propone un reordenamiento de lo sensible en el plano del indigenismo.
El trabajo contextualiza y analiza las fábulas políticas de Mariano Melgar a la luz de los estudios culturales y la teoría de Immanuel Wallerstein y Etienne Balibar. Se demuestra que las fábulas de Melgar conforman un testimonio de la literatura política durante el período emancipador de inicios del siglo XIX, en el Perú. Son una propuesta de nación imaginada desde la crítica a la situación política y social del período de la Emancipación y como la proyección de un nuevo orden.