La intertextualidad olvidada : Ercilla y García Lorca en la biblioteca de Borges
Fuente
Homenaje : Luis Jaime CisnerosAbstract
El desocupado lector, que conoce la biblioteca bautizada por Borges con el nombre de Biblioteca de Babel, disculpará que no lo invite a entrar en ella. No es descortesía de mi parte, sino mera imposibilidad, porque no tiene puerta de entrada ni de salida. En realidad, ya todos estamos dentro de ella, porque todos somos no solo lectores, sino también bibliotecarios de esta inmensa biblioteca que algunos llaman el universo. La imposibilidad de entrar y salir (a no ser saltando al vacío de un pozo de ventilación) implica sus consecuencias prácticas: la biblioteca tiene 24 horas diarias de atención al público, carece de servicio de préstamos a domicilio y no necesita un sistema de multas para devoluciones retrasadas. Todos los libros están en libre acceso. La enorme ventaja de la biblioteca reside en su inmensa cabida, que hace innecesaria cualquier ampliación, y en su inagotable riqueza, puesto que contiene todos los libros pretéritos, presentes y futuros, en todas las lenguas y en todas las ediciones posibles, lo cual permite renunciar también a un presupuesto de adquisiciones. Es más, la destrucción o la pérdida de cualquier libro no significa ninguna reducción del caudal bibliográfico, puesto que todas las obras están presentes en un sinnúmero de ejemplares que apenas difieren entre sí por una coma o una insignificante errata de imprenta. Desde luego, la biblioteca tiene también un grave inconveniente, y es que hasta ahora nadie sabe dónde está el catálogo general. De hecho, pues, en esta biblioteca no se pierde nada o casi nada, pero tampoco se encuentra nada o casi nada.
Descripción
Tomo 2. Páginas [1305]-1328