dc.description.abstract | Voy a tratar un tema de morfología quechua que me parece relevante para los estudios de las lenguas andinas. Lo haré desde la perspectiva de la Pragmática TopológicoNatural (Calvo Pérez, 1993) y la Lexicología bilingüe (Calvo Pérez, 2009a). Parece inapropiado considerar que el sufijo quechua -!la, conocido como limitativo, sea un sufijo semejante a los demás. -!la como tal se inscribe, de hecho, en el conjunto de sufijos a los que llamaríamos operadores, frente a los semánticos (como -ykachay), los gramaticales o flexivos (como -ykichis) o los pragmáticos (como -s(i)). Mientras que la raíz se expande semánticamente con los sufijos más próximos a ella y se cierra con los gramaticales correspondientes (con algunas trampas intermedias: Muysken, 1981, 1986), mientras que se «adorna» voluntariamente con los elementos que marcan la actitud del hablante en una periferia que puede adosarse a cualquier categoría (wayra-s 'dicen que el viento', hatun-si 'dicen que grande', manaraq-si 'dicen que no', nanashan-si 'dicen que le duele' [ ... ]) , podemos decir que se concreta variablemente con los operadores lógicos de la referencia. Uno de ellos, el más versátil de todos, es -!la. Obsérvese que -!la puede ocupar un lugar variable en el interior de la palabra, ya cerca, ya lejos de la raíz: nana-chi-ku-sha-lla-y 'estar solamente un poco dolido', sapa-llan-raq-mi' 'aún solterita en verdad', sin que su posición sea indiferente. Lo mismo sucede con solo en español: Solo juan lee novelas policíacas ;e juan solo lee novelas policíacas ;e juan lee novelas solo policíacas, en que según el lugar de ubicación del operador, al igual que -!la en quechua, la incidencia recae variablemente sobre el sintagma que abarca1 • | es_ES |