¿Se trata de un conflicto con las humanidades o de un conflicto con las formas de enseñar de los profesores universitarios?
Fuente
El conflicto de las facultades : sobre la universidad y el sentido de las humanidadesAbstract
Nací entre libros. Mi padre, dedicado la mayor parte de su vida a la sociología, fue formado inicialmente en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), donde estudió filosofía, derecho y educación. Él poseía una poblada biblioteca que llegó a tener alrededor de quince mil libros. Mi madre, pedagoga y socióloga, compartía con él la pasión por la lectura y la enseñanza. Por esta razón, a pesar de ser ingeniero mecánico de profesión, es para mí evidente que las humanidades son fundamentales en la formación de todo individuo que quiera darle sentido a su vida y que pretenda liderar o dirigir a otras personas. En particular, cuando se trata de los estudios terciarios —con arrogancia llamados también, estudios superiores—, la formación en humanidades es imprescindible, puesto que, de manera inevitable, los licenciados y graduados de los diversos estudios propios de la educación terciaria realizarán actividades en las que tendrán personas bajo su influencia. Y estas personas sufrirán o se beneficiarán de las decisiones que tomen los licenciados y graduados. Mundo terrible aquel que acabe siendo dirigido por hombres unidimensionales. Y no se trata tan solo de darle sentido a la vida para el trabajo. Los estudios en humanidades también pueden ser fuente de goce y disfrute para los estudiantes, ya que a través de lecturas y discusiones se puede revivir y recrear ideas de antiguos y grandes pensadores. Se puede repasar la historia y entender el mundo actual, se puede comprender la forma de pensar de las personas y de las sociedades, se puede apreciar la importancia del ambiente, de su evolución y de su cuidado. Se puede vivir distintas vidas y, a través de las lecturas, ser héroe, villano, víctima o victimario.
Descripción
Páginas 157-161