¿Complementariedad, reemplazo o interferencia? Relaciones entre Estado y ONG frente a la trata de mujeres mayores de edad con fines sexuales en La Pampa, Madre de Dios
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Abstract
En el Perú, el reconocimiento de la problemática de la trata de personas
se remonta al año 2001, con la suscripción del Protocolo de Palermo. A partir de
ello, la trata de personas fue incorporada en el artículo 182° del Código Penal y
el Estado se dispuso a elaborar mecanismos para luchar contra este delito. Así,
nació el Plan Nacional de Acción contra la Trata de Personas 2011-2016, que
fue el primer instrumento para luchar contra el tráfico y comercio de personas.
Sin embargo, los altos precios del oro convirtieron a Madre de Dios en uno de
los principales lugares de destino y explotación de víctimas debido a la gran
presencia de campamentos de minería ilegal, los cuales tienen una relación
directa con la trata de personas. Por ello, los estudios empezaron a centrarse en
este departamento, en el que La Pampa resalta aún más, ya que es una zona de
difícil acceso y el Estado está poco presente.
En este panorama, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG)
comienzan sus acciones; es el caso de Capital Humano y Social Alternativo
(CHS Alternativo), y el Centro de Promoción y Defensa de Derechos Sexuales y
Reproductivos (Promsex). La literatura concerniente a la problemática de la trata
de personas se centra principalmente en la capacidad estatal, por lo que existe
un vacío en cuanto a investigaciones sobre el tipo de relación entre el Estado y
las ONG en la atención de este problema. La presente tesis se sitúa
precisamente en este campo de estudio y nace a partir de la interrogante sobre
cómo es la relación que se establece entre el Estado y las ONG en el proceso
de enfrentar la trata de mujeres.
El principal hallazgo es que el Estado y las ONG actúan de forma
involuntariamente complementaria. Es decir que no se lleva a cabo una
coordinación estrecha que permita afirmar que se trata de una relación
complementaria, aunque las acciones del Estado y las ONG contribuyen a la
lucha contra este delito y convergen en este objetivo.