Colección Mariano Iberico
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Ítem Acceso Abierto El nuevo absoluto(Minerva, 1926) Iberico Rodriguez, MarianoLos ensayos que componen este libro han sido publicados en épocas relativamente muy distantes. No acusan todos el mismo grado de madurez ni se reclaman de idéntica preocupación intelectual. Son diversos en sus motivos y también en sus alcances. Sin embargo, los vincula un cierto dogmatismo, una confianza inexperta en la realidad dominadora del espíritu. Al escribir esta palabra, "espíritu", sé que me van a acusar de vaguedad metafísica. La empleo, sin embargo, porque ninguna otra puede servir como ella para designar ese algo irreductible y tenaz que afirma el imperio universal del hombre, la fuerza que, rompiendo en beneficio de lo imprevisible y de lo nuevo el mecanismo de la materia, abre para los sueños de la imaginación y para el anhelo infinito de la voluntad, un horizonte de posibilidades inagotables. Es fácil observar que el interés concedido en los primeros estudios de esta serie a la vida estética se desplaza en los últimos hacia la vida religiosa. ¿Por qué? Sin duda, porque una concepción estética de la existencia, por profunda que se le suponga, adolece de un cierto desdén espectacular respecto de los contenidos vitales que examina, mientras que la concepción religiosa toma la vida con la más profunda seriedad metafísica y ética. De esta suerte, la religión aparece como la única posibilidad de devolver al hombre, en esta época turbada, junto con el sentido cósmico, el sentido interior de la vida. Entre las condiciones de hecho en que los problemas humanos del presente deben ser planteados, me ha parecido útil estudiar el momento metafísico. Defínese, a mi juicio, por la crisis del absoluto inmóvil y su sustitución por un absoluto movible y dinámico. Hasta aquí, el ser que representaba el absoluto inmutable ha prevalecido sobre el devenir; hoy, el devenir ha devorado al ser, y por eso, al ideal de reposo, de perfección, de acabamiento en el seno del ser absoluto que condicionaba el esfuerzo de las culturas del pasado, se sustituye ahora un anhelo insaciable de vida que consagra, sobre todas las cosas, el movimiento y la inquietud. El ensayo que figura al fin del volumen y en el cual procuro definir sumariamente la concepción del nuevo absoluto da su nombre a este libro. Ello se explica por la creencia de que, en el pensamiento y en la vida, la última fase de una serie de esfuerzos, al par que contiene todas las fases precedentes, las ilumina y esclarece. En la actualidad, en lo último se condensa y transfigura toda la existencia. Por eso, al llamar a este libro "El Nuevo Absoluto", quiero indicar que todo él se actualiza en el contenido de sus últimas páginas.