Los cuentos de Leopoldo Lugones estudiados en el trabajo forman parte de Las fuerzas extrañas (1906). En todos ellos la hibridez se propone como una tensión de opuestos que se revelan aparentes: el afán del progreso y la potencia nunca arcaizante del pasado y la tradición; los procedimientos institucionalizados de la ciencia y los saberes que, por comodidad, se llaman “alternativos”; el éxito del descubrimiento científico, enraizado en la posibilidad de hacerlo público, propiedad de la humanidad. El trabajo presupone que una de las condiciones de esta hibridez, como realidad conceptual o histórica, es el diálogo. La manera como Lugones dispuso una matriz finita de variables narratológicas y temáticas, que brinda la oportunidad de analizar la forma cómo estos cuentos establecen puentes y cómo la ciencia interroga a la literatura.