El trabajo analiza cuál es la poética bajo la que se articula El hijo que perdí (2018) de Ana Izquierdo Vásquez. Este testimonio autobiográfico elabora el duelo ante la pérdida del hijo suicida. Se estudia cómo la autora construye a las dos figuras centrales del testimonio: al hijo perdido y a la madre doliente, estructurando una fantasía del hijo ídolo, así como una maternidad agónica y desdoblada respectivamente. El estudio propone que la autora parte de una poética que apuesta por el desborde intimista y que concibe a la literatura, más que como un fin en sí mismo o un oficio, como un medio terapéutico para forjar la confesión catártica.