(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2009) Vargas González, Pablo
Por décadas el estado de Hidalgo ha sido considerado una entidad con profundas desigualdades sociales y escaso desarrollo social, económico y político. Por lo anterior, se observan condiciones de exclusión, marginación, discriminación y de un inequitativo acceso a los derechos fundamentales de los ciudadanos, todavía presentes en las cifras de los censos de población del Inegi de 2000 y 2005.En el estado de Hidalgo existen más de 4.596 localidades de las cuales el 96% son menores de 2500 habitantes, la gran mayoría están ubicadas en municipios y regiones marginadas y por consiguiente carecen del mínimo indispensable de bienestar; pero no solo es la pobreza sino que estas comunidades y sus habitantes se encuentran en condiciones de exclusión y vulnerabilidad.En la sierra tepehua (San Bartolo Tutotepec, Huehuetla y Tenango), las comunidades rurales, eminentemente indígenas, con vocación económica agropecuaria viven en condiciones de marginación, y el intermediarismo —«coyotaje»— es un flagelo persistente que se realiza, incluso, por los organismos públicos. No obstante, los pobladores rurales generan procesos de respuesta a la globalización a través del capital social y la organización de mujeres.