Abstract
Los desafíos que los tiempos actuales presentan nos llevan a reflexionar
sobre nuestra presencia en medio de los hombres de
nuestro tiempo y cultura, en fidelidad a nuestra misión como Pueblo
de Dios. Llamados a servir desde el Evangelio queremos acercarnos
a los hombres y mujeres de nuestros pueblos para ofrecerles
el don de la redención que nos ha traído Jesucristo. Conscientes
de los muchos sufrimientos que aquejan a tantos nos sentimos
hondamente solidarios con su suerte y queremos ser portadores
de esperanza para todos.