El capitán, el ermitaño y el cronista. Claves para establecer cuándo nació el autor de la Nueva corónica y buen gobierno
Fuente
La memoria del mundo inca : Guaman Poma y la escritura de la Nueva crónicaAbstract
El padre Ayala dormía poco pero soñaba mucho, a veces con los ángeles. Al alba, el canto del gallo le indicaba que había pasado la noche atado a su cabecera que ya era tiempo para la primera oración. El padre se levantaba de la estera de paja y, mientras completaba sus rezos en su celda del Hospital de Naturales de Huamanga, pájaros y ratones acudían a acompañarlo y a recibir su bendición -al menos así lo aseguraban algunos-. Enseguida, Martín iniciaba su ronda de visitas entre los enfermos y desahuciados del hospital. Nunca se reía ni miraba a las mujeres a los ojos, evitaba pronunciar malas palabras y concebir malos pensamientos, celebraba misa todos los días, condenaba el trato cruel hacia cualquier ser animado y repartía su corto caudal entre los pobres y necesitados de la ciudad. A pesar del frío, jamás traía camisa bajo el hábito -aunque un cilicio lo acompañaba a todo lugar-. Generoso, humilde y hasta milagroso era el padre Ayala. Un retrato de este santo hombre colgaría pronto de una de las paredes del Hospital de Naturales.
Descripción
Páginas [117]-146