La poesía épica : entre la frontera y la ciudad
Fuente
Literatura y cultura en el Virreinato del Perú : apropiación y diferenciaAbstract
Los extensos poemas narrativos escritos en castellano que hoy conocemos como «poesía épica» fueron quizá las maquinarias textuales más sofisticadas y de más prestigio durante el Renacimiento y el Barroco, riquísimas expresiones del pensamiento artístico y político de las élites. De algún modo, considerando la extensión de los poemas épicos —que fácilmente excedían los diez mil versos— y el prestigio de las tradiciones implicadas en ellos, así como el tono elevado y la naturaleza de los temas que ocupaban sus estrofas —fundaciones, expansiones militares, celebraciones de héroes y santos—, no debe extrañarnos que sobre la épica recayera un ideal de trascendencia que sobrepasaba las expectativas puestas en otros géneros. El género épico permitía celebrar las continuidades de las tradiciones, asegurar jerarquías y confirmar genealogías. Podríamos decir que, en principio, estamos ante un género plenamente conservador y aliado del poder central e imperial. Sin embargo, por su carácter misceláneo y por constituir también un verdadero laboratorio poético y narrativo, el género épico fue mucho más que un instrumento del poder. Recuérdese que el auge de este género coincide con el desarrollo de las primeras novelas modernas. Además, la poesía épica, en su variante americana, enfrentó urgencias y realidades históricas distintas a las peninsulares. La variante colonial del género se define por una relación desplazada, descolocada, respecto al poder central y por usos nuevos de las viejas tradiciones enfrentadas ahora al contexto americano.
Descripción
Páginas 139-174