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dc.contributor.authorCortés Rodas, Francisco
dc.date.accessioned2023-02-24T16:51:41Z
dc.date.available2023-02-24T16:51:41Z
dc.date.issued2019
dc.identifier.urihttps://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/189733
dc.descriptionPáginas 181-193
dc.description.abstractEn nuestras sociedades hay una serie de limitaciones estructurales que impiden tener en la educación secundaria y universitaria una juventud con una visión crítica, sensible a los problemas sociales y solidaria con los más necesitados. Esta limitación se refleja en la situación que experimentamos en el mundo social: vivimos en un mundo habitado por expertos, especializados en una variedad de saberes, y por personas sin educación, ignorantes, sin cultura, sin mundo. Los primeros se han distanciado del mundo público y de los problemas políticos de sus sociedades y han delegado estos asuntos a expertos en política, administración o gobernanza. Los segundos, carentes de educación, son incapaces de distinguir lo auténtico y noble de la cultura de «las oleadas de basura efímera, superstición, irracionalismo y explotación comercial que nos ofrece el capitalismo» (Steiner, 2008, p. 154). En este momento de la historia de la sociedad capitalista, las universidades, los colegios, los medios de comunicación, los ciudadanos han abandonado en una medida preocupante el programa de una educación humanista y liberal. El neoliberalismo ha creado una situación espiritual en la que el individuo autónomo, que piensa por sí mismo, ha sido lentamente sustituido por un sujeto formado en el disfrute desenfrenado del consumo y enaltecido como un «yo» libre por la sociedad del espectáculo. El individuo de la sociedad neoliberal, el trabajador y consumidor que solamente se preocupa por sus intereses privados, carece de una educación ciudadana y se distancia totalmente de lo público. A él le interesa la autoinversión en formas que contribuyan a su apreciación. Esto incluye dar un valor a aportes como la educación; prever y ajustarse a los cambiantes mercados de vivienda, salud y retiro, en modos que aumenten su valor. El hombre de la sociedad neoliberal es el sujeto competitivo, que «busca el modo de maximizar su capital humano en todos los dominios, [...] que persigue, sobre todo, trabajar sobre sí mismo con el fin de transformarse permanentemente, de mejorar, de volverse cada vez más eficaz» (Laval y Dardot, 2013, pos. 7539;1 para hacer esta caracterización del neoliberalismo, me baso en las tesis de Brown, 2015; Wallerstein y otros, 2013; Streeck, 2016 y Laval y Dardot, 2013)es_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherPontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editoriales_ES
dc.relation.ispartofurn:isbn:9788417556150
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses_ES
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/pe/es_ES
dc.sourceEl conflicto de las facultades : sobre la universidad y el sentido de las humanidades
dc.subjectHumanismoes_ES
dc.subjectDemocraciaes_ES
dc.subjectHumanidades--Filosofíaes_ES
dc.titleDel homo academicus al homo oeconomicuses_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bookPart
dc.type.otherCapítulo de libro
dc.subject.ocdehttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.03.01
dc.publisher.countryPE
dc.identifier.doihttps://doi.org/10.18800/9788417556150.021


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