Adherencia terapéutica al tratamiento antiretroviral altamente activo y soporte social en un grupo de pacientes con VIH/SIDA
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Abstract
Desde que en 1981 se diagnosticó el primer caso de SIDA (Cueto, 2001), los
esfuerzos de la comunidad científica por encontrar una cura eficaz a dicha enfermedad
han resultado infructuosos. En ausencia de una cura se han desarrollado una serie de
tratamientos que han logrado detener temporalmente el avance de la infección. Para
algunos autores más optimistas el Tratamiento Antirretroviral Altamente Activo
(TARGA) podrían llevarnos a hablar del SIDA ya no como una enfermedad mortal,
sino como un padecimiento crónico (Bartlett, 1996). En estos tratamientos el grado de
adhesión es de vital importancia puesto que se ha visto que, por la naturaleza mutógena
del virus, éste puede desarrollar cepas resistentes a la medicación utilizada.
Investigar en torno a la adherencia terapéutica responde a una preocupación que
se centra tanto en el individuo como en la sociedad. Por un lado, la salud personal de
cada portador de esta lamentable enfermedad nos lleva a pensar que si bien es cierto en
la actualidad la curación total no es un objetivo posible, los tratamientos
antirretrovirales aseguran una mayor calidad de vida, alejada de los estragos de
infecciones que, en estos casos, son de riesgo considerable. Los últimos indicadores que
se manejan señalan que las terapias antirretrovirales han reducido de manera importante
la morbi-mortalidad asociada a esta infección lo que indudablemente conllevaría a
mejoras en todos los otros aspectos de su vida personal, familiar y laboral
(Organización Mundial de la Salud, 2004).