Conservar la Naturaleza Gobernar la Población : imaginarios, espacio y políticas en el Parque Nacional del Manu
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Abstract
Fundado en 1973, el Parque Nacional del Manu es una de las áreas más emblemáticas del país. Sus exuberantes cifras de biodiversidad han favorecido que sea comúnmente retrado como un Edén Viviente, una “Amazonía lejos de la civilización y toda transformación humana”. Pero, lejos de estar deshabitado, el Manu alberga una dinámica ocupación de casi 2,300 personas pertenecientes a cinco grupos étnicos. ¿Por qué si es que la política inicial que dictaba la reubicación de las poblaciones fuera del Parque nunca se llegó a cumplir, continúa siendo imaginado el Manu como un paraíso “virgen” sin humanos? Esta investigación parte de esta contradicción buscando reconstruir la relación entre los imaginarios de la naturaleza y la indigeneidad, y las formas de conservar/gobernar esta área protegida. Basada en un trabajo etnográfico, que tuvo como sujeto de investigación al Estado y actores asociados, de una duración de tres meses repartidos entre el 2011 y el 2012, planteo tres argumentos. En primer lugar, argumento que la naturaleza del Manu es pensada como un sistema cerrado, tanto en términos ecológicos y sociales, como espaciales y temporales. En relación a esta, se piensa que el hombre deviene en amenaza a dicho sistema cuando cruza el umbral de la tradicionalidad. Estos imaginarios están teñidos de la persistente influencia de modos coloniales de entender la diferencia social y al ‘Otro’. En segundo lugar, sobre estos imaginarios se yergue el arte de conservar/gobernar el Manu. Entiendo la conservación como una forma de gubernamentalidad que busca conducir la conducta de ciertos sujetos sobre un territorio específico, operando sobre la base de un ensamble de mentalidades,
aparatos organizacionales, una disposición espacial y una serie de tecnologías y
dispositivos de control. Finalmente, a través del despliegue de este arte de gobierno se crea en el Parque Nacional del Manu un orden político de excepción, que denomino ‘estado de naturaleza’, dentro del cual el Estado reformula su rol, reemplazando su “deseo por mejorar” por un “deseo de preservar” las condiciones de vida de estas poblaciones y territorios. Como consecuencia, se producen espacios en términos de desarrollo desigual y sujetos asociados que pueden ser gobernados pero que no pueden gobernar, que resultan en la configuración del desarrollo y la ciudadanía como conceptos graduados.