¿Por qué una persona que escribe debería sumar a la pérdida de un ser amado, la pérdida del lenguaje? Es una de las preguntas que propone el trabajo, para acercarse a Lo que no tiene nombre (2013) de la escritora y poeta colombiana Piedad Bonnett. Un libro que puede ser leído como una forma de testimonio narrativo a la vez que poético ante la pérdida del hijo enfermo. Se propone que este libro es la prueba de que lo que no tiene nombre debe tenerlo; de que lo que no tiene nombre debe tener una forma clara para pelear, argumentar y asumir el duelo. Esa forma clara que dan las palabras claras. Palabras que se buscan con coraje y con los ojos abiertos. El estudio encuentra similitudes con otros libros y versos de autores como Federico García Lorca y Blanca Varela.