El trabajo analiza el libro Poderes secretos (1995) de Miguel Gutiérrez ―híbrido entre ensayo y novela―, que se estructura como un palimpsesto de manuscritos; es decir, como la superposición de textos o actos de escritura cuya producción está condicionada a procesos hermenéuticos particulares. La estructura permite que el narrador postule la escritura literaria como un “archivo alternativo” y, en ese sentido, como un acto de resistencia. La escritura entendida de este modo es el mecanismo por el cual el autor cumple su objetivo de consolidar la superioridad del discurso literario frente al histórico. Se estudia así la identificación y puesta en práctica del “estilo” de contra-escritura como el código que engendra un proceso de imitación ―en términos de Gérard Genette―, un número de hipertextos constituidos como actos de resistencia. Se analiza también la disolución de las fronteras entre ficción y realidad, lo que supone el reconocimiento de la literatura como el espacio que permite la emergencia de verdades “alternativas”, desechadas o silenciadas por la versión oficial de la historia.