(Pontificia Universidad Católica del Perú, 1991) Villavicencio Ríos, Alfredo
En este artículo, el autor, joven y brillante laboralista peruano que se encuentra actualmente en España, realizando una investigación sobre ternas de su especialidad en el Departamento de Derecho de Trabajo de la Universidad deSevilla, aborda el estudio de la experiencia europea en materia de Consejos Económicos y Sociales.Organos de representación de intereses profesionales y económicos, estos Consejos han entrado y salido de los primeros planos políticos y científicos reiteradamente a lo largo del presente siglo. Hoy, luego de uno de sus períodos de ostracismo, vuelven a llamar la atención, entre otras razones, por la aprobación, en España, de la Ley 21 del17 de Junio de 1991, de creación de esta institución en el referido país. Precisamente, el artículo que ahora se publica, forma parte de los estudios realizados en el marco del proceso de investigación motivado por el debate del proyecto que se convirtiera en lacitada ley. Villavicencio explica aquí el origen y fundamento de los Consejos Económicos y Sociales en Europa, ensaya una tipología de los mismos y expone las experiencias francesa e italiana.Para el Derecho Constitucional, la política y la economía, los CES plantean la cuestión de la procedencia, viabilidad y modalidad de una representación orgánica de intereses, coexistente con la clásica representación política. Para elDerecho l.ilboral y las relaciones industriales, ellos constituyen un instrumento del tripartismo, un vehículo de la participación institucional de alto nivel y eventualmente, un órgano coadyuvante a la concertación.Este es el marco del interés teórico del tema. Y en la coyuntura nacional, así como este ensayo resultó de interés español por su precedencia a la aprobación de la referida Ley 21/1991, reviste comparable atractivo en el Perú, donde lapropuesta de creación de un CES se remonta a 60 años atrás y su replanteamiento es periódicamente recurrente. Por otra parte, este artículo es un aporte significativo a la bibliografía juslaboralista latinoamericana, que mucho ha trabajado el tema de la concertación en los últimos años, descuidando, en cambio, el de los CES, posiblemente con la excepción, entre otras, de/libro de Enrique Herrera (Los Consejos Económicos y Sociales, Endeba, Buenos Aires 1972), del cual la lectura de la nueva ley española y del ensayo de Villavicencio constituyen una excelente y oportuna actualización.
(Pontificia Universidad Católica del Perú, 1991) Interdonato, Francisco
Este artículo escrito por el Rvdo. Padre Francisco Interdonato, Profesor de nuestra Casa de Estudios fallecido recientemente, forma parte de una selección de textos de teología aplicada a diversas realidades y disciplinas, que han sido reunidos en un libro titulado "ENSAYOS DE TEOLOGIA APUCADA ",publicado conel auspicio del CONCYTEC.El Padre lnterdonato fue un hombre profundamente -estudioso erudito como decían muchos- que siempre mantuvo vivo interés por las relaciones entre la teología y las diversas manifestaciones del conocimiento humano, como son: la ciencia, la filosofía, el derecho, el arte. Fueron rasgos de su personalidad la perseverancia y acuciosidad, la fuerte convicción en sus pensamientos y palabras (de la que puede gozar un hombre que ha leído e investigado tanto), su afición por el deporte al aire libre y su permanente atracción por las playas y el litoral de nuestro país, en el que vivió casi toda su vida (desde 1935) y al que quiso muchísimo.Su vida fue dedicada al sacerdocio y a la docencia, los que fueron ejercidos con carácter de apostolado. Se incorporó a la docencia en la Universidad Católica a inicios del año 1970,a la cual consagró verdadera vocación; ya anteriormentehabía sido profesor en la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Quito, en el Seminario de la ciudad del Cusca, en la Escuela Normal de Monterrico y en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima.Enfrentó su enfermedad con mucha valentía y fortaleza. Pese a ella no quiso descuidar su labor docente, y la muestra es que siguió dictando su curso en el semestre 1991-I hasta poco tiempo antes de su fallecimiento. Su mejor herencia fue habernos transmitido la fidelidad a la palabra de Cristo y un permanente impulso hacia el saber.