Abstract
El desorden es propio de las transiciones. Por la aceleración del cambio, se pierden referentes y apoyos. La sensación de desorden se agudiza cuando la población no entiende la razón del cambio, no sabe si éste la beneficiará y no sabe a dónde está siendo llevada. ¿Existe para el país una meta de desarrollo posible? Es la pregunta crucial que exige una respuesta con visión y programa de futuro.