dc.description.abstract | La cooperación económica constituye uno de los desafíos más importantes de abordar
en la esfera de las relaciones internacionales, en especial para dos países vecinos
como Chile y Perú, por lo que es necesario llevar a cabo un proceso que permita
identificar los mecanismos requeridos para definir una política sobre la materia. La
cooperación económica ha sido identificada por Insulza (2004) como el componente
de la cooperación internacional que busca generar condiciones para facilitar los
procesos de integración comercial y financiera en el plano internacional, a través de la
implementación de acciones destinadas a posibilitar la obtención de beneficios en el
mediano y largo plazo.
De acuerdo a la teoría económica, el fortalecimiento de las relaciones económicas
entre Estados reduce la probabilidad de conflicto. Sin atribuirle más de lo que en su
justa medida puede aportar, el comercio tiene elementos que pueden actuar como
pacificadores o generadores de espacios de diálogo.
Entre nuestros países existen coincidencias fundamentales en materia económica que
impactan positivamente la existencia de posibilidades cooperativas. A lo largo de su
historia contemporánea, Chile y Perú han seguido alternativas similares para sus
modelos de desarrollo económico, como el periodo de sustitución de importaciones,
la aplicación de las recetas del Consenso de Washington o la vinculación con el Asia
Pacífico. Actualmente, a pesar de los cambios de gobierno, sus posiciones al menos
frente a lo que implican las opciones de política económica parecen seguir apostando
por un proceso de inserción internacional acompañado de una participación en el
sistema multilateral del comercio y la suscripción de acuerdos regionales y
bilaterales.
Es claro que en esta opción la liberalización del comercio mundial aumenta el grado
de complementariedad e interdependencia del sistema internacional. Asimismo,
ambos enfrentan un escenario internacional con las mismas incertidumbres dada su
participación en la economía mundial que plantean nuevos desafíos en los procesos
de globalización e integración comercial.
La relación económica entre estos países presenta una estructura que permite
identificar espacios de colaboración, en los que el sentido de cooperar, o competir cooperativamente, prime sobre el de una competencia depredadora. Es fundamental
que los líderes de opinión, los tomadores de decisión tanto del sector privado como
público, se involucren en esta relación: el concepto de beneficios mutuos y de costos
compartidos a mediano y largo plazo.
En este tercer número los autores pretenden encontrar sinergias no solo frente a
posiciones negociadoras ante grandes socios comerciales y estrategias conjuntas de
incremento de los flujos de bienes y capitales, sino también abordar un tema delicado
como el energético.
En la primera parte se busca contextualizar y comprender la relación chileno-peruana
en un plano comercial y de inversiones para identificar aquellas áreas donde es
posible implementar acciones de cooperación destinadas a mejorar y consolidar el
intercambio comercial y de capitales; y para desarrollar acciones de cooperación en el
ámbito productivo. La cooperación económica puede ser visualizada como un
instrumento privilegiado para generar condiciones de armonización en muchos
campos.
La segunda parte, examina la experiencia de la Alianza del Pacífico. Luego de un
proceso de acercamientos y de negociaciones y en base a las convergencias de
políticas económicas y comerciales el 28 de abril de 2011 se firma la Declaración
Presidencial sobre la Alianza del Pacífico para la conformación de un Área de
Integración Profunda entre Chile, Colombia, México y Perú, y Panamá como
observador. Este nuevo mecanismo de integración debe contribuir a avanzar en la real
integración económica y comercial de sus miembros.
La tercera parte, utiliza la negociación del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de
Asociación Económica, TPP (por sus siglas en inglés, Trans-Pacific Strategic
Economic Partnership Agreement), que tiene significativas aspiraciones y que
aparece en un momento de crisis del sistema multilateral del comercio, para
identificar posiciones conjuntas, posibilidades de apoyo cruzado y futuras acciones
ante la posible suscripción de éste, que pueden eventualmente ser el inicio de una
activa actitud cooperativa en los diferentes foros.
Finalmente el cuarto artículo presenta la situación energética de Chile y Perú, se
analiza el crecimiento sostenido de la demanda energética de ambos países y la
situación de su oferta energética. Se presentan proyecciones futuras de las
necesidades energéticas y los desafíos que ambos países están enfrentando para
asegurar una provisión adecuada del recurso. Existe la posibilidad de una integración
energética bilateral, en el contexto de consolidar la integración física sudamericana
que beneficie a todas sus partes.
Estos artículos son un primer esfuerzo por identificar un conjunto de posibles
acciones para coordinar políticas o aunar esfuerzos para alcanzar objetivos comunes en el plano económico internacional. Si bien tienen un sesgo al Asia dada la
relevancia económica que ha tomado esta región para nuestros países, es importante
desarrollar trabajo futuro en lo que significa nuestra mirada conjunta a América
Latina y Europa.
Esta obra ha sido una experiencia que ejemplifica que el diálogo y la definición de
trabajos conjuntos puede llevar a alcanzar posturas y propuestas que
coincidentemente identifiquen ámbitos de cooperación económica. | es_ES |