La motivación racional en la filosofía moral kantiana
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Abstract
Para hacer posible la libertad humana, la voluntad es determinada por principios a priori
de la razón que tienen su asidero en la delimitación metafísica sustentada por Kant, que
separa la acción orientada por motivos universales en un mundo inteligible (como el
motivo de una humanidad autolegisladora en un reino de los fines), de la acción
condicionada por los meros fines particulares (que sustentan resortes o móviles de la
voluntad) en el mundo sensible. Solo para una voluntad imperfecta y humana, que se
encuentra condicionada a inclinaciones del reino de la naturaleza, se configura el apremio
o constricción del deber-ser que manda el imperativo categórico, único principio
universal digno de respeto o interés racional, el cual es el único sentimiento permitido por
su pureza noumenal. Por ello, este deber, como respeto a leyes prácticas universales, se
sostiene en la delimitación de los reinos de la razón pura y de la sensibilidad. La
posibilidad de un reino para la razón práctica pura lo impone el hecho (faktum) de la
objetividad de la ley moral suprema en el entendimiento humano más común. Este es el
imperativo categórico, entendido como mandato constante en el entendimiento común de
todo ser racional, que manda nada más que la libertad de la voluntad como ideal posible.
Esta libertad se entiende para Kant como naturaleza autolegisladora del ser racional y es
el único propósito racional atribuible a todos los seres racionales, como motivo universal.