Idoneidad de la legislación de uso de aguas para fines mineros en el Perú y su relación en la prevención de conflictos vinculados al inicio y desarrollo de actividades mineras
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Abstract
Durante las últimas décadas, la minería formal en el Perú ha visto afectadas sus
actividades por los conflictos, cada vez más recurrentes, con las comunidades y
poblaciones de su área de influencia. Esto a pesar de haber cumplido con los
requisitos exigidos por el marco legal minero y de recursos hídricos. Esta
situación no solo se produce porque las comunidades y poblaciones dificultan
las actividades mineras por temor a sufrir restricciones hídricas y una posible
contaminación del medio ambiente que podría perjudicar sus principales
actividades económicas, su salud y sus vidas; sino porque, adicionalmente,
confunden el rol de las empresas mineras con el del Estado, exigiendo a estas
la implementación de infraestructura y servicios básicos que el Estado no
atiende, llegándose a condicionar el inicio y normal desarrollo de las operaciones
extractivas al cumplimiento de dichas exigencias. Esta situación termina
generando conflictividad e inseguridad jurídica para los inversionistas mineros.
En ese sentido, se podrá llegar a la conclusión de que las normas que prevén
los requisitos para obtener los títulos habilitantes necesarios para operar en el
sector minero y el marco legal en materia hídrica en general, por sí mismos, no
son idóneos para mitigar los conflictos que nacen de las inquietudes de las
comunidades. Para ello, es relevante la participación activa del Estado a lo largo
del proceso, lo que implica no solo aparecer en caso de conflictos, sino apoyar
desde un inicio en la implementación de servicios básicos, así como en la
supervisión y control de las actividades mineras que permita establecer un
diálogo horizontal entre los actores implicados. During the last decades, formal mining in Peru has been affected by increasingly
recurrent conflicts with the communities and populations in its area of influence.
This is despite having complied with the requirements of the legal framework for
mining and water resources. This situation occurs not only because the
communities and populations hinder mining activities for fear of suffering water
restrictions and possible environmental contamination that could harm their main
economic activities, their health and their lives; but also because, additionally,
they confuse the role of mining companies with that of the State, demanding that
the latter implement infrastructure and basic services that the State does not
provide, to the point of conditioning the start and normal development of mining
operations on compliance with these demands. This situation ends up generating
conflict and legal uncertainty for mining investors.
In this sense, it can be concluded that the regulations that establish the
requirements to obtain the necessary titles to operate in the mining sector and
the legal framework on water issues in general, by themselves, are not suitable
to mitigate the conflicts that arise from the concerns of the communities. To this
end, the active participation of the State is relevant throughout the process, which
implies not only appearing in the presence of conflicts, but also providing support
from the beginning in the implementation of basic services, as well as in the
supervision and control of mining activities to establish a horizontal dialogue
between the actors involved.