El dispositivo Lima Vive Rock: hacia una gestión cultural política con sujetos ciudadanos incómodos
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Abstract
Entre los años 2011 y 2014 sucedió un acontecimiento en Lima que cambió la lógica con la que se estaba trabajando, desde un gobierno municipal, la tan mencionada cultura. Se comenzó a hablar de política cultural y esto nos enfrentó a un cambio discursivo que interpeló a los sujetos en diversos ámbitos, especialmente a sujetos que no se habían visto antes afectados directamente por la narrativa ciudadana desde un gobierno municipal. En este contexto, la Municipalidad Metropolitana, a través de la Gerencia de Cultura, organiza el festival de música Lima Vive Rock, festival que despertó un nuevo vínculo de los sujetos con el Estado y del que fui parte desde el equipo organizador.
La presente investigación pretende profundizar, de manera crítica, la experiencia de Lima Vive Rock con el objetivo de traer a discusión el rol desestabilizador de la gestión cultural y de la propia política cultural al momento de producir eventos artísticos y culturales. Lima Vive Rock fue como un dispositivo (Agamben, 2015; Grosrichard et al., 1978) que puso en práctica el discurso de política cultural del gobierno municipal. En esa línea, mi hipótesis es que, si bien el festival fue un espacio importante e histórico para el sector del rock independiente de Lima, este fue insuficiente en su rol interpelador y desestabilizador pues replicó ideologías represivas (Althusser, 1977) que reforzaron la idea de un sujeto ciudadano fantasmal y cínico (Žižek, 2003a, 2003b). Por esta razón, a manera de propuesta, ensayo posibles rutas para una gestión cultural con objetivos políticos, desde el desacuerdo (Rancière, 1996) y los antagonismos (Mouffe, 2014). Una gestión cultural que diseñe dispositivos para cuestionar nuestras posiciones cómodas como sujetos ciudadanos y, de esta manera, si es posible, incentivar sujetos que busquen fomentar sus propias prácticas de liberación creando nuevos mundos posibles.
Quiero resaltar que esta investigación no pretende deslegitimar todo el trabajo del que fui parte; al contrario, Lima Vive Rock fue una de las experiencias que más satisfacción me trajo de manera personal y profesional, mi objetivo ahora es presentar otras preguntas, discusiones y reflexiones con miras a reconstruir y potenciar nuestras estrategias desde la gestión cultural.