La performatividad quechua en la escena musical andina en Lima: análisis de la propuesta estética de Sylvia Falcón, Uchpa y Liberato Kani desde la perspectiva de la política estética de Rancière.
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Abstract
Desde finales del siglo XX, el estudio de la música andina ha configurado discursos
representacionales en torno a las dinámicas sociales que engloban su práctica en ambientes
diversos. En ese sentido, los procesos migratorios acaecidos durante el siglo XX han
reconfigurado el rostro urbano de la capital y resignificado las prácticas culturales, de
orientación elitista, que predominaban en la escena del entretenimiento limeño. La
instalación del migrante andino en los barrios periféricos de la ciudad de Lima reavivó los
fantasmas coloniales en torno a la presencia del indígena fuera de su lugar de
confinamiento: la sierra y, por lo tanto, el rechazo hacia su cercanía se materializó en la
creación de estereotipos que marcaron el devenir identitario del sujeto andino en la capital.
Sin embargo, ello no obstaculizó su desarrollo cultural, al contrario, aprendió a lidear con
este rechazo y, por lo tanto, crear un ambiente en el que su deseo de mantener viva su
identidad andina convergiera con la fantasía de ser parte de las dinámicas sociales
modernas que enaltecían la población limeña.
A partir de ello, esta investigación identificará los discursos que surgieron en torno a las
prácticas culturales de un nuevo sujeto: el indígena urbano. Las nuevas representaciones
de la música andina contemporánea revelan al quechua como un elemento principal dentro
de las prácticas culturales híbridas que se manifiestan en la escena musical limeña. Estas
prácticas estéticas buscan reconfigurar la experiencia de lo sensible en la sociedad limeña y
reivindicar lo andino. De esta forma, la hipótesis principal de este estudio busca mostrar
que la redistribución de lo sensible que propone la performance en quechua
contemporánea se expresa a través de actos estéticos que surgen a partir de un profundo
disenso con la parte dominante de un común y recurren a la apropiación de estilos
musicales modernos, que convergen con elementos de la tradición oral quechua, para
manifestar ese disenso que apunta a una posible reconfiguración la subjetividad política de
la población limeña. El análisis se sustenta en la teoría política de Jaques Rancière, quien
propone el enfoque estético como base de la política.