Abstract
El proceso de reforma del sistema de salud iniciado en el 2009 se caracterizó por una carencia de compromiso político durante su implementación. Además, temas como financiamiento, viabilidad del proyecto con respecto a escasez de recursos humanos, infraestructura y sostenibilidad fueron excluidos del debate en torno a la reforma.
Las medidas implementadas en los últimos años no lograron mejorar la capacidad ni la calidad del sistema de salud de manera sustancial.
En ese contexto de precariedad, la pandemia provocada por el COVID-19 ha generado el colapso del sistema de salud público peruano, y expuesto la necesidad de una reforma de salud integral.