La mística de la acción de los primeros jesuitas en el Perú : introducción a una historia de la espiritualidad colonial
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Abstract
La Compañía de Jesús arribó al Perú al mismo tiempo que lo haría Don Francisco de
Toledo. Como él, los jesuitas también hicieron lo posible para justificar la conquista y
colonización española, mediante su acción por "salvar las almas" en medio de una
población indígena ajena a la noción de "revelación" cristiana. No obstante, no siguieron
necesariamente los dictados del poder político. Cargados de bulas y beneficios de
excepción, pudieron cumplir con lo que su conciencia les dictaba y realmente asumirse
como "instrumentos" de "salvación" de la población aborigen.
Desde su llegada, debieron repensar los parámetros con los que venían de Europa y
adecuar su propio instituto para una realidad tan diferente. Si bien la Compañía de Jesús
había inaugurado un nuevo esquema de vida religiosa -inclinándose por la primacía de la
vita activa-, los jesuitas no pensaron que la "misión" en el Perú les llevaría a reinventarla
en nuevas dimensiones. Debieron entonces discernir cómo ser "regulares" -es decir, vivir
bajo un conjunto de pautas de vida comunitaria y espiritual- al interior de una intensa
actividad (más compleja aun por la labor de " in-culturación" que les significaba vivir en
medía de una cultura tan distinta) que los podía "distraer" de su relación espiritual con lo
divino.
Sin embargo, enfrentar este reto llevó a los jesuitas a establecer nuevas formas de
práctica espiritual y de relacionarse con Dios que, inspiradas en la práctica espiritual de la
tradición cristiana, tuvieron sin embargo un valor agregado en la cercana y comprometida
relación que establecieron con los indígenas. En el proceso, ellos mismos irían
desplegando nuevas formas de complementar la acción y la contemplación, poniendo así
los cimientos de una auténtica mística en medio de la acción y sin dejar por ello de ser
fieles al "carisma" de su fundador, San Ignacio de Loyola.