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dc.contributor.authorLarco Degregori, Fedor
dc.date.accessioned2018-04-12T21:10:02Z
dc.date.available2018-04-12T21:10:02Z
dc.date.issued2002
dc.identifier.urihttp://revistas.pucp.edu.pe/index.php/iusetveritas/article/view/16191/16608
dc.description.abstractLos hallazgos más recientes en el campo de la investigación paleo-psico-socio-antropológica, tal como lo apreciaremos más adelante, han permitido dar una vuelta completa al conocimiento. En esta oportunidad no vamos a tratar sobre la antigüedad del hombre ni vamos a discutir respecto de la precisión del carbono catorce para determinar si tenemos exactamente dos millones trescientos veinticuatro mil y trescientos doce años con treinta y siete días, dieciocho horas, veinte minutos y catorce segundos con siete décimas según la hora oficial de la escuela naval del Perú que tiene una aproximación que difiere en apenas una diezmillonésima de segundo con relación al meridiano de Greenwich, en el condado de Kent, cerca de Londres, a orillas del Támesis, en Inglaterra, naturalmente. Tampoco es el propósito de esta nota determinar, con la debida exactitud, en qué lugar de la tierra se han encontrado los restos más antiguos. Nos basta simplemente señalar que casi todos los investigadores están de acuerdo con que el hombre hizo su aparición dice que durante el primer período del cuaternario (pleistoceno) que se caracterizó por las notables oscilaciones del clima que determinaron grandes variaciones de la temperatura sobre la superficie terrestre. En esta época, que duró casi como un millón de años, hubo períodos de gran calor, como los del Niño pero más fuertes, y otros de frío tan intenso que reciben el nombre de épocas glaciales o glaciaciones. Precisamente de este término deriva el nombre de uno de los chupetes de mayor aceptación durante la época de verano en las playas limeñas. Bueno, volviendo al frío tan intenso, dicen los investigadores que durante esa época hacía tanto hielo que los elefantes se llenaron de pelos para protegerse y de tanto tiritar y hacer sonar los dientes, los colmillos les crecieron de una manera descomunal. De esta manera, los antiguos elefantes de la especie antiquus, acostumbrados a climas cálidos o templados, fueron sustituidos por los conocidos mamuts, de la especie primigenius más dientonesOJ y peludos.es_ES
dc.formatapplication/pdf
dc.language.isospa
dc.publisherPontificia Universidad Católica del Perúes_ES
dc.relation.ispartofurn:issn:1995-2929
dc.relation.ispartofurn:issn:2411-8834
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses_ES
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by/4.0*
dc.sourceIUS ET VERITAS; Núm. 24 (2002)es_ES
dc.subjectDerechoes_ES
dc.titleHistoria de la publicidad. Capítulo 1. La prehistoriaes_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article
dc.type.otherArtículo
dc.subject.ocdehttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#5.05.00
dc.publisher.countryPE


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