Sí, se puede, pero... ¿se debe?
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Abstract
La estrategia más publicitada en la actualidad para luchar contra la incertidumbre
imperante parece ser la búsqueda de métodos que aumenten la confianza en nosotros mismos, el
conocido “sí, ¡se puede!”. Aunque es indiscutible el valor del pensamiento positivo, la duda surge
cuando nos preguntamos, en situaciones de ausencia o deterioro de principios y valores, quién
define lo que es positivo, moral y socialmente aceptable. Es importante comprender que este “sí se
puede” se fundamenta en la confianza del saber y de la preparación, y que, además, está
condicionado al respeto de las normas, la ética y las convenciones