(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2010) Adrianzén, Alberto
Comparto mucho de lo que se ha escrito sobre Valentín Paniagua luego de su desaparición. En efecto, era un hombre decente, austero y bondadoso. Sin embargo, creo que es importante darle contenido a estas palabras para que no se pierdan en el laberinto del lenguaje y en la formalidad de los elogios. Por ejemplo, la palabra decente significa estimar no solo la dignidad de uno mismo sino también la de todos. Y Valentín Paniagua trataba a todos «decentemente», es decir, a todos les reconocía la misma dignidad. Su trato, por tanto, partía del principio de la igualdad.