Explorando por Autor "Jochamowitz, Luis"
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Ítem Acceso Abierto La imposible historia de la televisión(Pontificia Universidad Católica del Perú, 2009) Jochamowitz, LuisNadie puede asegurar que fuera cierto, pero una de las cosas que se dijeron en los primeros tiempos de la televisión en Lima es que mucha gente se había dado cuenta que necesitaba anteojos para observar el nuevo objeto. Las ventas de los establecimientos ópticos registraron ese descubrimiento que hicieron muchas personas sobre su propia vista. El ojo se convertía en algo más importante, si cabe. Aunque mínimo, ese fragmento de información parece revelador de los tiempos que comenzaban a correr, y que desde entonces no se han detenido: no solo cambiaba lo observado, también estaba cambiando el observador. Los anteojos eran un objeto material en una serie infinita de cambios y novedades psicológicas, políticas, cognoscitivas, culturales, e incluso físicas, si se considera el triángulo obesidad, sedentarismo, televisión.Ítem Acceso Abierto El presidente que tenía una biblioteca(Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 2010) Jochamowitz, LuisCuando terminó la ordalía de los años noventa y Valentín Paniagua se hizo cargo del puesto vacante por abandono, alguien, no recuerdo quién, comentó: «Al fin llega a Palacio alguien que tiene una biblioteca en su casa». El comentario resume bien la naturaleza del hombre que vivía su hora más notoria y crucial. Acostumbrados durante una larga década a escuchar los denuestos en contra de los políticos tradicionales, teníamos de regreso en Palacio a este pequeño abogado del sur, de dicción perfecta y modales impecables. Ya era una diferencia con respecto a los opacos promotores de negocios que durante diez años habían sido la medida y el modelo de todo. Pero la gran diferencia estaba en esa silenciosa biblioteca que guardaba en su casa. Con Paniagua, uno podía tener la seguridad de que llegaba al poder alguien que conocía el doloroso y tierno pasado del Perú, alguien que intuía el río del tiempo, que percibía lo que significa la historia, la sucesión de generaciones, la destrucción y el renacimiento de los sueños, el lugar de los individuos, no como destinatarios de honores o bienes, sino como oficiantes de un rito que viene de atrás, que continuará más adelante, y que nos trasciende porque solo somos un instante.