Rovaletti, María Lucrecia2023-04-142023-04-142003https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/191780Volumen 1. Páginas 347-357La narratividad, como estatuto del ser humano, posee la doble característica de ser, al mismo tiempo, histórica y ficticia. El relato que cada uno hace. teje diversas tramas alrededor de su vida y, al hacerlo, escoge, abstrae y distorsiona, es decir interpreta los acontecimientos, a fin de obtener una versión de su yo que pueda exhibir ventajosamente en sus actuales circunstancias. Aunque el sujeto aprende a convertirse en narrador de su propia vida. no llega a ser totalmente su autor. En efecto. se llega a esa historia porque ya antes había sido contada por otros. Como dice Hannah Arenclt, «nadie tiene una vida digna de consideración si de ella no puede contarse una historia». Precisamente es en los otros que yo desubro «quien soy»: he aquí el recorrido de la biografía a la auto-biografía. Ahora bien, relatar algo es hacerlo ante alguien, ante un destinatario. La receptividad deviene entonces el otro polo de la narratividad. Al aplicar estos conceptos de narratividad y receptividad a la «experiencia psicoterapéutica», se busca ciar «un paso atrás» (Schritt z. 11 riick) en orden a una fundamentación antropológica de la misma.spainfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/pe/HermenéuticaDe la hermenéutica del relato a la hermenéutica de la recepcióninfo:eu-repo/semantics/bookParthttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.03.01https://doi.org/10.18800/9789972426193.021