Calderón Chuquitaype, Gabriel RaúlDíaz Murillo, Patricia Gisele2015-07-082015-07-0820152015-07-08http://hdl.handle.net/20.500.12404/6130El cine siempre me hipnotiza. Desde pequeña tuve una enorme facilidad para entregarme a la convención y dejarme llevar por aquello que veo en la pantalla, sin mayores pretensiones. Tal vez es un hábito heredado de mi abuela, a quien le encantaban las películas del cine de oro mexicano, o heredado de mis padres, que eran asiduos al cine de desastre de los setenta y al cine de terror. En realidad, es difícil saber. Lo único seguro es que lo disfruto mucho. Mi gusto por el terror y la ciencia ficción empezó temprano. Cuando nació mi hermana menor, mi mamá me regaló un televisor de 9 pulgadas, pequeñísimo, en el que podía ver la programación hasta muy tarde. Siempre sintonizaba Última función del canal 2. Obviamente, no tenía permitido ver televisión hasta tarde, pero ¿Quién se iba a dar cuenta?. En teoría, yo estaba “bien dormida”. Mi mamá me acostaba a las 8 de la noche. Aquella Última función empezaba a la medianoche. La matemática en este caso es bastante simple.spainfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/pe/Scott, Ridley, 1939- AlienScott, Ridley, 1939- PrometheusPelículas cinematográficas--Crítica e interpretaciónCine estadounidense--Siglo XX-XXI"A veces para crear, uno debe primero destruir" : la estética de lo orgánico en el cine : cambios y continuidades del universo que comparten Alien y Prometheus de Ridley Scottinfo:eu-repo/semantics/bachelorThesishttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#5.08.00