Talbot Wright, Maria LorenaMonserrat, Maria LauraSarris, Silvia Eliana2024-08-272024-08-272023https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/201275La innovación implica un esfuerzo en múltiples aristas (científicas, tecnológicas, organizativas, financieras y comerciales, incluyendo las inversiones en nuevos conocimientos) para lograr la implementación de productos y procesos nuevos o mejorados (Castellaro et al., 2016). En este sentido, los derechos de propiedad intelectual juegan un rol preponderante ya que la protección de los desarrollos que hacen a la innovación permite la valorización de tales conocimientos, productos y procesos mejorados, por cuanto los Estados propician con ellos el fomento de la creatividad a partir del otorgamiento de facultades para la exclusión de terceros con respecto a la explotación de tales derechos y, con ello, generar ventajas competitivas para quienes innovan. De esta manera, los derechos de propiedad intelectual constituyen un propulsor del crecimiento económico y de la competitividad. Para el caso particular de Argentina, de acuerdo al índice global de innovación (Global Innovation Index, 2021), ésta presenta puntajes altos con respecto a la innovación, en particular de sofisticación de mercados, y medianamente altos con respecto a resultados basados en conocimiento y tecnologías, y a procesos creativos. Estas actividades de producción de conocimiento, tecnologías y procesos creativos son llevadas a cabo mayoritariamente en instituciones públicas de ciencia y tecnología, siendo el Estado quien afronta gran proporción el financiamiento en I+D+i en Argentina. Con este aporte el Estado tanto en sus niveles nacional, provinciales como municipales mediante políticas de estado intenta colaborar con procesos creativos de modo tal de acompañar al sector privado hasta tanto este tenga una madurez suficiente y pueda cubrir parte del proceso y sus costos. Lo cual, hasta el momento se ve de manera progresiva, aunque siempre sostenido por el aporte público. Por lo tanto, el vínculo entre dichas instituciones públicas y el sector socio-productivo es fundamental para la transferencia del conocimiento, principalmente la transferencia de tecnológica que puesta en ejecución mejora los procesos productivos redundando en beneficios y además la la consecuente explotación del conocimiento, capacidades y soluciones innovadoras. A ello se suma que, en los procesos de vinculación, se generan sinergias de manera tal que surge creación conjunta en la investigación, la protección de sus resultados, adecuaciones a proyecciones de comercialización, valorización de los intangibles, en los que muchas veces la delimitación del alcance de la invención con respecto al estado de de la técnica y libertad de operación suele generar negociaciones basadas en datos que suelen sorprender a las instituciones públicas positivamente. (Vidal et al., 2015). Por lo tanto, una adecuada e intensa gestión de la propiedad intelectual como estrategia y dinámica a seguir en los procesos innovación se convierte en una herramienta de valor para, desde las instituciones públicas, gestionar a tiempo sus activos tecnológicos y, desde las empresas, poner un valor realista y de mercado a tales activos. Logrando con ello allanar el camino para el efectivo goce por la sociedad de los desarrollos a los que se ha arribado.spainfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/pe/InnovaciónTecnologíaArgentinainfo:eu-repo/semantics/conferenceObjecthttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#2.00.00