Tubino, Fidel2023-02-272023-02-272010https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/189787Páginas 187-195La idea central que propongo en esta intervención es que el desarrollo de un país presupone e implica un tipo especial de educación al interior de la cual la formación humanista e interdisciplinaria ocupa un lugar central. El desarrollo debe ser entendido no solo como crecimiento económico sino como desarrollo humano, es decir, como desarrollo de capacidades y, por ende, de calidad de vida de la gente. Hay dos modelos de formación humanista. El primero, universalista, es marcadamente autocentrado y etnocéntrico, sacraliza las tradiciones propias y por lo mismo no dispone de una mirada autocrítica y de una apertura auténtica al reconocimiento de los aportes procedentes de las culturas no occidentales. Como si, de entrada, el «otro» no tuvieran nada importante que aportar a la llamada «cultura universal». Este modelo es cerrado en su concepción y pobre en su aplicación. No es el modelo de educación que el país y que mundo de hoy necesitan. El segundo modelo, abierto y sensible a las diferencias, es aquel que basa la Bildung, la formación integral en el sentido clásico, es decir, la paideia, en el respeto a la autonomía de las personas y en el reconocimiento positivo de la diversidad cultural1 . Lo que propongo y sustento en este texto es que este segundo modelo formativo es el que ocupa un lugar medular en el tipo de educación que el desarrollo humano de un país tan complejo y diverso como el nuestro requiere.spainfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/pe/HumanidadesDesarrollo humanoFormación humanista para el desarrollo humanoinfo:eu-repo/semantics/bookParthttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.03.01https://doi.org/10.18800/9789972429361.016