Julien, Catherine J.2023-04-182023-04-181998https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/192064Tomo 2. Páginas 489-516Cuando Francisco Pizarro se encontró con Manco Inca en el camino antes de entrar en el Cuzco por primera vez se inició una etapa de cooperación entre la élite cuzqueña y el bando español. El poder que podía ejercer Pizarra dependía del inca, el nombre con lo cual se conocía a Manco en la documentación de aquel tiempo. Muy pronto Pizarra empezó a informarse sobre la población incorporada en el imperio incaico para poder repartirla a encomenderos españoles. Después de un primer intento de repartir la población sujeta al Cuzco en 1534 -que estuvo en vigencia muy poco tiempo- Pizarro realizó otro el 1 de agosto de 1535. Éste duró cinco años. A fines de la década, para poder fundar las ciudades de La Plata y Arequipa, Pizarra anuló el anterior repartimiento, pues había encomendado toda la región sureña del imperio incaico a los vecinos cuzqueños y los vecinos de las nuevas ciudades precisaban de encomiendas de indios. El nuevo reparto se hizo el 22 de enero de 1540 desde el Cuzco.spainfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/pe/Encomiendas--Perú--Historia--Colonia--CongresosLa encomienda del Incainfo:eu-repo/semantics/bookParthttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.01.01https://doi.org/10.18800/9789972421334.052