Patrón, Pepi2023-01-302023-01-302014https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/188750Páginas 25-36El título de este artículo pone en juego una relación entre las emociones y los juicios, las emociones y la razón, conceptos que muchas veces en la historia de la filosofía se consideran como opuestos o excluyentes: una cosa son las emociones, supuestamente irracionales ellas, y otra muy diferente, los juicios, que obedecen al ejercicio de la razón. Podría decirse lo mismo, pero a la inversa, en el psicoanálisis: el terreno de las emociones poco tiene que ver con el ejercicio consciente y deliberado de la razón. Y, más aún, hablamos de juicios de valor, es decir, de considerar algo como bueno o malo, correcto o incorrecto, justo o injusto, lo cual nos pone de lleno en el plano de la ética. Es interesante mencionar que, incluso, en términos de género, muchas veces se ha empleado la dicotomía emoción/razón para diferenciar lo femenino de lo masculino: las mujeres somos emocionales; los hombres, prioritariamente racionales. Nosotras pertenecemos al ámbito de lo doméstico, lo natural, lo reproductivo; los hombres, al ámbito de la cultura, la civilización, al poder públicospainfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/pe/EmocionesValorPsicoanálisisLas emociones como juicios de valor : un diálogo interdisciplinarioinfo:eu-repo/semantics/bookParthttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.03.01https://doi.org/10.18800/9786123170233.012