Spalding, Karen2023-03-032023-03-032013https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/189913Páginas 65-76Los estudios sobre la formación del Estado generalmente coinciden en que dos de los elementos básicos de un Estado operativo son su habilidad para apropiarse de los bienes y alimentos producidos por la gente sujeta a su autoridad y su capacidad para distribuirlos entre dicha población. Además, casi todos esos estudios asumen que los estados dependen de alguna forma de comunicación escrita para registrar tanto la recolección y distribución de los bienes como el trabajo que los mantiene en funcionamiento. El rey Felipe II de España, por ejemplo, era llamado «el rey papelero» por sus contemporáneos (Poole 2004: 8). Los autores están generalmente de acuerdo en que los funcionarios encargados reunir y procesar los informes y las cuentas escritas que inundaban las oficinas del gobierno en Madrid eran quienes mantenían el sistema operativo. Los estados europeos, como el sistema romano que los precedió, no cuestionaban el supuesto de que el gobierno requería un idioma escrito. Los aventureros españoles que invadieron los Andes labraron sus dominios tanto con cartas como con armas. Las autoridades eclesiásticas y civiles que vinieron después, por su parte, nunca cuestionaron la superioridad del sistema que tenían para representar el habla con signos frente a otras formas de comunicación y de almacenamiento de información.spainfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/pe/QuipuEscritura incaQuipu versus escritura : la burocracia incaica en el siglo XVIinfo:eu-repo/semantics/bookParthttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.01.01https://doi.org/10.18800/9786124146275.002