Baeza Freer, JaimeCampero, José CarlosCortinhas, JulianoEscudero Illanes, María CristinaNamihas, SandraNovak, FabiánPastrana Buelvas, EduardoPérez Enríquez, DiegoRamalho, Antonio JorgeReyes Herrera, MiltonRooney Paredes, MildredVera, Diego2021-11-232021-11-232021urn:isbn:9789972671838https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/182544En esta oportunidad, la red ha dedicado el presente volumen —el séptimo de la serie— a analizar las implicancias en el campo de la seguridad de la presencia de la República Popular China en la región sudamericana. La elección de China obedece a que durante el siglo XXI no solo se ha convertido en la segunda potencia económica del mundo —con proyecciones de superar a la economía estadounidense en pocos años— sino también a que este país es el mayor exportador del mundo, el que acumula la mayor cantidad de reservas de divisas y la segunda fuente más importante de inversión extranjera directa del mundo. Asimismo, es el propulsor de un conjunto de iniciativas de alcance global (como el Banco Asiático para Inversiones en Infraestructura, el Área de Libre Comercio del Asia-Pacífico y el famoso BRI —Belt and Road Iniciative—); pero además ha logrado una exitosa inserción en Á 􀆵 frica y América Latina, la construcción de la marina de guerra más grande del planeta, amén de un fuerte crecimiento de su gasto militar, todo lo cual ha llevado a la mayoría de analistas a sostener el carácter de superpotencia de China y, como lógica consecuencia, la conformación de un orden bipolar donde el gigante asiático se coloca al lado de EE.UU., iniciando un proceso de disputa de poder e influencia en todo el planeta. En el caso específico de América Latina, China se ha convertido en el segundo socio comercial de la región después de EE.UU.; las exportaciones latinoamericanas a ese país han pasado a representar el 1,5% del total en 2001 al 10% en 2018, mientras que las importaciones lo han hecho del 3% al 18% en el mismo período. China, además, desde 2016, es el segundo mayor inversionista en la región, con más de 2.000 empresas instaladas en esta. Asimismo, ha implementado fondos de inversión regionales y ha brindado importantes fondos de financiamiento, en particular a aquellos países con dificultades para acceder a créditos de fuentes tradicionales. Por si lo indicado fuera poco, ha establecido cuarenta (40) institutos Confucio y doce (12) salones de enseñanza en países de la región a efectos de difundir su idioma y cultura, incrementado y diversificado su cooperación militar, firmado acuerdos de asociación estratégica con importantes países de la región, ha establecido lazos de amistad con diversos partidos políticos de la región, además de participar activamente en procesos de diálogo regional como la CELAC. Esta presencia china en la región es materia de preocupación por parte de EE.UU., aunque, paralelamente, no ha encontrado voces críticas en la región; esto debido, fundamentalmente, a su estrategia de inserción blanda (soft power), al hecho de que los países latinoamericanos no han percibido, hasta el momento, un interés del gigante asiático por exportar su modelo político, económico o social a esta región, como también porque la mayoría de estos países percibe a China como un socio económico más no como un aliado político. Por estas razones, la red consideró importante analizar los posibles impactos que la presencia de China viene produciendo o podría producir sobre la seguridad de cada uno de los países participantes de esta, para lo cual se acordó una estructura básica. Así, en primer lugar, se consideró importante establecer los efectos que la pugna entre EE.UU. y China ha tenido sobre la seguridad de estos países, como también la participación de China en la crisis venezolana. A partir de ello, en segundo lugar, cada estudio debía concentrarse en el análisis de cada país, estudiando las relaciones que a nivel económico, político y militar han alcanzado con China y las posibles consecuencias o repercusiones que tales niveles de relacionamiento pueden tener para su seguridad. Para tal efecto, este volumen reúne los estudios de Antonio Jorge Ramalho y Juliano da Silva Cortinhas (China en Sudamérica. Implicancias para la seguridad en Brasil), Eduardo Pastrana Buelvas y Diego Vera (La presencia de China en Colombia y la región y sus efectos sobre la seguridad nacional), Mildred Rooney Paredes (Cooperación en seguridad y defensa entre el Perú y China. Aproximaciones desde una perspectiva multidimensional), Jaime Baeza Freer y María Cristina Escudero Illanes (Socios pero no Aliados. Teoría de roles en las relaciones entre China y Chile en el contexto global), Milton Reyes Herrera y Diego Pérez Enríquez (Relaciones Ecuador–China en el campo de la seguridad. Miradas sobre los elementos “sutiles” en la estrategia global) y José Carlos Campero (Implicancias de la presencia de China en Bolivia). A todos ellos se suman Sandra Namihas y Fabián Novak, quienes se encargan del capítulo final, conformado por las conclusiones generales y específicas de la obra (China en Sudamérica. Conclusiones en el campo de la Seguridad). El IDEI-PUCP y la KAS Perú esperan que este libro tenga una buena acogida y contribuya al debate académico y político, en la esperanza de promover la reflexión de los decisores de políticas públicas en materia de seguridad en nuestros respectivos países y, por qué no, en otras partes del mundo.spainfo:eu-repo/semantics/openAccesshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/pe/Brasil--Seguridad nacionalColombia--Seguridad nacionalPerú--Seguridad nacionalChile--Seguridad nacionalChina--Seguridad nacionalLa presencia de China en la región sudamericana. Las implicancias en el campo de la seguridadinfo:eu-repo/semantics/bookhttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#5.04.05https://doi.org/10.18800/978-9972-671-84-5