Una docUmentación acústica de la lengUa shipibo-conibo (pano) (con un bosquejo fonológico) José Elías Ulloa Una docUmentación acústica de la lengUa shipibo-conibo (pano) (Con un bosquejo fonológico) Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (Pano) (Con un bosquejo fonológico) José elías Ulloa © José elías Ulloa, 2011 de esta edición: © Fondo editorial de la pontificia Universidad católica del perú, 2011 av. Universitaria 1801, lima 32, perú teléfono: (51 1) 626-2650 Fax: (51 1) 626-2913 feditor@pucp.edu.pe www.pucp.edu.pe/publicaciones cuidado de la edición, diseño de cubierta y diagramación de interiores: Fondo editorial pUcp primera edición: enero de 2011 tiraje: 200 ejemplares prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores. hecho el depósito legal en la biblioteca nacional del perú n° isbn: Registro del proyecto editorial: 31501361100815 impreso en tarea asociación gráfica educativa pasaje maría auxiliadora 156, lima 5, perú contenido sumilla 11 agradecimientos 13 lista de abreviaturas 15 1. Introducción 17 1.1 los shipibos, el Ucayali y la migración a centros urbanos 22 1.2 los hablantes shipibos que participaron en el estudio 23 1.3 Recojo de datos 24 1.3.1 el protocolo de las entrevistas 26 1.3.2 el equipo de grabación y el programa de análisis acústico 28 1.4 la organización del libro 29 2. Vocales orales 31 2.1 los formantes F1 y F2 31 2.2. la centralización de las vocales en sílabas no-iniciales inacentuadas 35 2.3 la duración de las vocales cortas 40 2.4 la duración de las vocales largas 42 2.4.1 algunas ilustraciones de las vocales largas 47 2.5 Vocales en contacto con oclusivas glotales epentéticas y subyacentes 49 2.6 el comportamiento de los formantes en vocales adyacentes: asimilación y coalescencia 55 2.7 Resumen 57 3. Las oclusivas 59 3.1 introducción 59 3.2 las oclusivas 60 3.2.1 mediciones de duración de las oclusivas 61 3.2.2 análisis espectral de la fase de explosión de las consonantes oclusivas 65 3.2.3 las oclusivas y las transiciones de los formantes de las vocales adyacentes 72 3.2.4 sobre la fonética de la labialización causada por [ɨ] 77 3.2.4.1 Una caracterización acústica de la labialización del shipibo 77 3.3 Resumen 83 4. Fricativas y africadas 85 4.1 Fricativas sibilantes sordas 85 4.1.1 análisis espectral de las sibilantes 88 4.1.2 las sibilantes y las transiciones de formantes 93 4.2 la fricativa laríngea 96 4.2.1 análisis espectral de [h] 100 4.3 las africadas sordas 101 4.3.1 análisis espectral de la fase de fricción de las africadas sordas 104 4.3.2 las africadas sordas y la transición de formantes 107 4.4 la africada sonora bilabial [b b ] 108 4.4.1 la duración de [bβ] 118 4.4.2 análisis espectral de la fase de fricción de la africada bilabial [ bβ ] 118 4.4.3 la africada bilabial sonora en contextos después de pausa 120 4.4.4 [ bβ ] y [b]: Variabilidad entre hablantes 123 4.5 la africada retrofleja sonora 125 4.5.1 análisis espectral de la fase de fricción de la africada [ɖʐ ] 129 4.5.2 transición de formantes y la africada retrofleja sonora [ɖʐ ] 132 4.6 Resumen 132 5. Nasales 135 5.1 las consonantes nasales como arranques de sílaba 135 5.1.1 análisis espectral de las consonantes nasales 137 5.1.2 las transiciones de formantes y las nasales 139 5.2 Vocales nasalizadas y las codas nasales 141 5.2.1 la duración de las vocales nasalizadas y de las codas nasales 143 5.2.2 la estructura de formantes de las vocales nasalizadas 145 5.2.2.1 el comportamiento de F1 y las asimetrías entre las vocales acentuadas e inacentuadas 150 5.3 sobre el punto de articulación de las codas nasales 152 5.4 Resumen 158 6. Glides 161 6.1 los formantes F1 y F2 de las glides 161 6.2 sobre la fonética de las vocales altas y las glides 163 6.2.1 Fuera de la fonología: las vocales /i/ y /ʊ/ como semi-vocales 164 6.2.2 las vocales /i/ y /ʊ/ como glides en posición inicial de palabra 166 6.3.2 las vocales /i/ y /ʊ/ como semi-consonantes en contextos intervocálicos 169 6.3 Resumen 171 7. Las sílabas y las propiedades duracionales de las rimas 173 7.1 estructura de la sílaba y sus propiedades duracionales 173 7.1.1 duración de las codas 173 7.1.2 duración de las vocales cortas en sílabas cerradas 177 7.1.3 duración de las rimas de las sílabas 178 7.2 codas complejas 181 7.3 Resumen 184 8. la frecuencia fundamental, el tono perceptual y el acento 187 8.1 el acento primario en shipibo 189 8.1.1 casos de acento léxico en raíces 193 8.1.2 el acento primario y los segmentos latentes 194 8.2 el F0 de los tonos altos en sílabas con acento primario 197 8.2.1 tono alto-nivelado 198 8.2.2 tono alto-ascendente 200 8.2.3 tono alto-descendente 201 8.3 el F0 del tono bajo de sílabas iniciales inacentuadas 202 8.3.1 tono bajo-nivelado en sílabas iniciales inacentuadas 203 8.3.2 tono bajo-descendente en sílabas iniciales inacentuadas 204 8.3.3 tono bajo-ascendente en sílabas iniciales inacentuadas 206 8.4 el género como factor condicionante del tono de las sílabas inacentuadas segundas 208 8.5 tono perceptual, duración e intensidad como claves para el acento principal 212 8.6 el F0 fuera de la ventana del acento primario 213 8.6.1 el F0 de las sílabas cerradas 216 8.7 el F0 en sufijos con acento léxico 222 8.8 F0 y la posición de los acentos secundarios en compuestos 226 8.8.1 la realización de los acentos secundarios en compuestos 227 8.8.2 choques acentuales y desacentuación 230 8.9 Resumen 236 9. Un Bosquejo de la fonología del shipibo 239 9.1 Una fonología de las vocales del shipibo 240 9.1.1 los rasgos de las vocales 240 9.1.2 la longitud vocálica 241 9.1.2.1 Un análisis alternativo para las vocales largas 245 9.1.3 cambios de la duración vocálica determinados por el contexto lingüístico 250 9.2 Una fonología de las consonantes del shipibo 256 9.2.1 los rasgos de las consonantes 256 9.2.1.1 sobre el estatus subyacente de las semi-consonantes /j, w/ 258 9.2.1.2 las restricciones fonotácticas sobre la adyacencia de segmentos 261 9.2.2 los desafíos de un análisis fonológico de la labialización del shipibo 267 9.2.3 segmentos latentes 271 9.2.3.1 los segmentos latentes y la asignación del acento 274 9.2.3.2 el punto de articulación por defecto de los segmentos latentes 275 9.2.3.3 los segmentos latentes dorsales 278 9.2.3.4 el punto de articulación de las nasales finales de raíces 282 9.2.4 problemas fonológicos que rodean a las nasales 285 9.3 la interacción entre sílaba y acento 287 9.3.1 la estructura de la sílaba del shipibo 287 9.3.1.1 las glides y la silabificación 289 9.3.1.2 las vocales altas y la restructuración fonética de las sílabas 291 9.3.2 el acento primario 293 9.3.3 el acento secundario 296 9.3.4 casos de acento léxico 299 9.3.5 choques acentuales y la preservación del tono alto del acento primario en compuestos 303 9.3.6 el género y la adquisición de la distribución de los tonos altos 305 9.4 Resumen 308 10. Conclusiones 311 Bibliografía 319 11 SUMILLA Una de las riquezas más notables del perú es su diversidad lingüística. además del castellano, en la actualidad, se hablan en el perú más de cuarenta lenguas indígenas diferentes. a pesar de esta riqueza, sabemos muy poco de la mayoría de esas lenguas y muchas de ellas están en serio peligro de volverse extintas. además de ser la primera documentación acústica de una lengua indígena peruana y una contribución importante al campo de la lingüística amazónica, este libro innova el paradigma tradicional de documentación de lenguas al ofrecer un estudio inédito de las propiedades acústicas del sistema de sonidos y de los contornos tonales de la lengua shipibo-conibo (pano). el estudio describe en detalle los procedimien- tos utilizados para cada tipo de análisis acústico de modo que otros trabajos de documentación puedan tomarlos o adapatarlos al estudio de lenguas indígenas. el libro además incluye un bosquejo de la fonología del shipibo-conibo, el cual conecta los resultados acústicos con los patrones de los sonidos de la lengua y los compara con fenómenos lingüísticos similares encontrados en otras lenguas del mundo. 13 AGrAdeCIMIeNtoS agradezco a la comunidad shipiba de cantagallo. en particular, me gustaría ex- presar mi profunda gratitud al sr. ascencio Franco, sr. benito garcía, sra. nimia garcía, sr. Jonás Franco, sra. ana garcía, sr. cesar maynas, sra. danitza torres, sr. dionel canayo, sra. Viginia bardales, sra. teresa cayruna, sra. matilde baneo, sr. emerson mejía, y a la sra. Florentina. doy un agradecimiento muy especial a la sra. adelina ahuanari, a la sra. luz Franco, y al sr. pepe silvano por su apoyo y amistad durante todos estos años. sin ellos, este trabajo no habría sido posible. agradezco a daniel Valle, armando cuba, y Jan carrillo, quienes se desem- peñaron como asistentes de investigación. su compromiso con la documentación de lenguas amazónicas, su profesionalismo, sus incontables horas de trabajo arduo durante las entrevistas así como también en la organización de los archivos de audio hicieron posible que este estudio saliera adelante. les estaré eternamente agradecido. también agradezco a Jorge pérez, daniel Valle, y a seungun lee por sus sugerencias, comentarios, reacciones y discusión de las varias versiones que tomó este libro desde el primer borrador. Un agradecimiento muy especial va para carolina gonzález por sus comentarios muy detallados, los cuales me ayudaron mucho en obtener la versión final de este libro. cualquier error que quede es completamente mío. Finalmente, le estoy como profundamente agradecido a mi querido phillip quien como siempre me ofrece su cariño, su apoyo y la energía para seguir adelante. este proyecto no hubiese sido posible de realizar sin las becas de investigación otorgadas por la Universidad de stony brook (stony brook University Fine arts, humanities and social science initiative, 2007 y 2008) y el apoyo del departa- mento de hispanic languages and literature de la Universidad de stony brook, el cual facilitó la publicación de este libro. 15 LIStA de ABreVIAtUrAS1 con.3pl concordancia verbal de tercera persona plural /-kan/ agtZ agentivizador /-mis/ and1 andativo singular intransitivo /-kain/ and2 andativo no-singular, singular transitivo /-bβain/ aUX auxiliar /ʔiki/ c consonante caUs causativo /-ma/ cmpl aspecto completivo /-kɨ/ db decibel des desiderativo /-kas/ eV evidencial directo /-ɖʐa/ F0 Frecuencia fundamental F1 primer formante F2 segundo formante Fn1 primer formante nasal FFt Fast fourier transform FRUstR Frustrativo /-kɨan/ FUt1 Futuro mañana /-jat/ Rep Reportativo /-ɖʐʊnki/ hz hercios imp imperativo /-ˈwɨ/ inF infinitivo /-ti/ 1 he adoptado la mayoría de los nombres y abreviaturas usados para los sufijos del shipibo de Valenzuela 2003b. 16 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) intens intensificador /-iɖʐa/ intVZ intransitivizador /-t/ Fl Forma larga de sustantivos y adjetivos /-(a)n/, /-nin/ lpc linear prediction coding ms milisegundos nmlZ nominalizador /-ti/ neg negación /-jama/ pl plural /-bβʊ/ Flpl Forma larga del plural /-bβaʊn/ pp1 participio incompleto /-ai/ pp2 participio completo /-a/ pRiV privativo /-jaʊma/ psd1 pasado temprano hoy día /-wan/ psd2 pasado ayer /-ʔibβat/ Rem1 pasado Remoto /-ˈni/ Rem2 incompleto en el pasado Remoto /-paʊni/ espc especulativo /-main/, /-mɨin/ cR cambio de Referencia /-i/, /-ʂʊn/ st semitono tRVZ transitivizador /-n/ V Vocal Vot tiempo de inicio de la Voz (Voice onset time) VZ1 Verbalizador transitivo /-ʔati/ VZ2 Verbalizador intransitivo /-ʔiti/ 17 1. INtrodUCCIóN la primera pregunta que se viene a la mente al ver el título de este libro es ¿por qué está dedicado a la documentación del shipibo? en shipibo, hay dos sonidos que han sido tradicionalmente descritos como una fricativa bilabial sonora y como una vibrante simple, ortográficamente representados por las letras ‘b’ y ‘r’. este estudio, sin embargo, mostrará a través de un examen acústico que estos sonidos en realidad son respectivamente una africada bilabial sonora y una afri- cada retrofleja sonora, dos tipos de sonidos raros de encontrar en las lenguas del mundo y que este trabajo de investigación, a través del estudio del shipibo, está contribuyendo a su descripción. sin una documentación acústica, la descripción tradicional de esos sonidos habría quedado intacta. pero por supuesto, esa no es la justificación principal de este libro. mi interés en el shipibo comenzó cuando era un estudiante de lingüística de la Universidad nacional mayor de san marcos, en un trabajo de campo organizado en la comunidad shipiba de callería, en el Ucayali, probablemente alrededor de 1996. lo que inmediatamente se volvió obvio para mí, aún como un joven as- pirante a lingüista, era que sabíamos tan poco de la manera cómo funcionaba la lengua shipiba, y qué tan diferente del castellano eran sus sonidos. en particular, estaba fascinado, y aún lo estoy, con sus patrones acentúales y con la alofonía de ciertos sufijos, la cual está condicionada por el número de sílabas de las palabras a las cuales se añaden (elías-Ulloa 2000, 2006). así, como otros fenómenos lingüísticos notables, un aspecto que se volvió cada vez más importante para mí, mientras con los años aprendía más del shipibo, era la necesidad de documentar la lengua. el grado de prejuicio que existe en perú entre los hablantes de castellano monolingües contra peruanos cuya lengua nativa no es el castellano se combina con las presiones sociales y económicas que sufren estas comunidades indígenas. 18 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) pero aún así, el pueblo shipibo tiene una tradición orgullosa de proteger su lengua y cultura, uno de los tesoros más grandes de su patrimonio. este estudio, entonces, intenta documentar una pequeña parte de ese patrimonio. este libro no solo representa la primera documentación acústica del shipi- bo, una lengua amazónica de la familia lingüística pano, sino que también es la primera caracterización acústica completa del sistema de sonidos de una lengua indígena peruana. mi principal objetivo es lograr una documentación detallada de las propiedades acústicas de las consonantes, vocales y patrones acentuales del shipibo. mientras ya existen trabajos de documentación del shipibo en términos de la publicación de vocabularios y diccionarios (von den steinen 1904; alemany 1906; loriot, lauriault et al. 1993), de estudios fonológicos y morfo-sintácticos (lauriault 1948; loriot and hollenbach 1970; black 1992; garcía-Rivera 1994; elias-Ulloa 2000a, b, 2001; Valenzuela, márquez-pinedo et al. 2001; Valenzuela 2002b, a; gonzalez 2003; Valenzuela 2003b, a; camacho and elias-Ulloa 2004; elias-Ulloa 2005; gonzalez 2005; elias-Ulloa 2006; camacho 2007; gonzalez 2007; sánchez, camacho et al. 2009; camacho and elias-Ulloa en prensa; camacho en prensa-a, b, entre otros), aún no existía un trabajo enfocado en la fonética acústica de la lengua.1 este libro busca llenar este vacío. la segunda pregunta que el título de este libro nos hace es ¿por qué es la tarea de documentar el shipibo realizada desde una perspectiva acústica? esta pregunta podría colocarse aún en términos más generales: ¿por qué es importante la documentación acústica de una lengua? esencialmente, el uso de la fonética acústica en la documentación de lenguas incrementa la confiabilidad y exactitud de los patrones descritos. al reportar los resultados, la fonética acústica provee una representación más exacta de qué representan las transcripciones que el tra- bajador de campo usa al describir una lengua. las transcripciones, ya sean estas fonéticas u ortográficas, son un ingrediente importante en la documentación de lenguas y, a su turno, cuando se usan como una fuente primaria de datos sobre los patrones de una lengua, se convierten en las piezas principales sobre las cuales se proponen o rechazan teorías lingüísticas. mientras las transcripciones juegan un rol importante en lingüística, la manera cómo son usadas es aún bastante informal. generalmente se les toman como fieles caracterizaciones de una lengua o fenómeno lingüístico. sin embargo, en muchos casos, las transcripciones son representaciones de la impresión subjetiva del lingüista de campo. Reflejan lo que el lingüista de campo oye mientras trabaja con una lengua. estas impresiones son 1 existe un artículo publicado de cinco páginas (Valenzuela, márquez-pinedo y maddieson (2001)), que bosqueja las realizaciones fonéticas de las consonantes y vocales del shipibo pero no brinda ningún tipo de información acústica. 19 introducción afectadas inevitablemente por la fonología del transcriptor y por los prepuestos teóricos implícitos o explícitos que pueda tener el lingüista de campo. inclusive las transcripciones fonéticas ostentosamente más neutrales en términos teóricos asumen la posición que el continuo del habla puede ser dividido en segmentos, lo cual ya es una posición teórica (en oposición, por ejemplo, a una teoría que asume que el habla debe representarse como la sobreposición de gestos articulatorios como ha sido propuesto por browman and goldstein 1986, 1989, 1990, 1995). Ya que la transcripción del trabajador de campo está afectada por estos factores externos, la pregunta que debemos hacernos es: ¿qué representa una transcripción? ¿Qué estamos haciendo cuando usamos esas transcripciones como datos que van a servir como base a análisis y teorías lingüísticas? Éste es, por supuesto, no un problema que enfrenta exclusivamente los trabajos lingüísticos del shipibo pero un problema mucho más general que la lingüística como campo debe enfrentar. los estudios de acústica ayudan a atenuar la subjetividad que manifiestan las transcripciones. en la documentación de lenguas, la fonética acústica nos brinda los medios de contrastar nuestras interpretaciones personales de los patrones de la lengua que estamos estudiando con análisis acústicos más objetivos. ambos ele- mentos juntos, aunque no siempre están de acuerdo, nos proveen una descripción más confiable del sistema de sonidos de una lengua. en este sentido, la fonética acústica se convierte en una herramienta indispensable para la documentación de lenguas. Uno podría argüir que las propiedades fonéticas de los sonidos de las lenguas se pueden recuperar de las descripciones articulatorias asociadas con cada sím- bolo fonético del aFi (alfabeto Fonético internacional). desafortunadamente, esta asunción no es correcta. las descripciones articulatorias del aFi no pueden capturar todas las propiedades fonéticas de los segmentos, las cuales pueden ser cruciales al entendimiento de los patrones fonológicos (bradlow 1995; ladefoged and maddieson 2001). por ejemplo, disner 1983, 1984 encontró que a pesar que el italiano y el yoruba tienen el mismo inventario vocálico, representado en el aFi por los símbolos [i, e, ɛ, a, ɔ, o, u], los detalles acústicos de estas vocales difieren según la lengua. en particular, las vocales [e] y [o] en yoruba aparecen consistentemente más cercanas a las vocales [i] y [u] que a las vocales [ɛ] y [ɔ], mientras que en italiano, las vocales están uniformemente distribuidas en el espacio vocálico. es decir, hay una diferencia acústica consistente en el valor del primer Formante (F1) de las vocales [e] y [o] entre ambas lenguas. de este modo, la documentación acústica de una lengua complementa y da más exactitud a la descripción de los símbolos fonéticos usados en las transcripciones. la documentación acústica de lenguas nos permite llevar a cabo compa- raciones tipológicas más rigurosas entre lenguas. tomemos, por ejemplo, los 20 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) casos de las consonantes oclusivas sonoras del inglés y del castellano, [b, d, g], y asumamos por un momento que nunca se ha llevado a cabo un estudio acústico de estos segmentos en esas dos lenguas. Un investigador interesado en hacer comparaciones entre estas dos lenguas y solo teniendo como base las transcrip- ciones fonéticas y las respectivas descripciones articulatorias convencionalmente asociadas con esos símbolos fonéticos erróneamente concluiría que las oclusivas sonoras del inglés y del castellano son los mismos sonidos. pero realmente no lo son. aunque los segmentos sean clasificados como sonoros en ambas lenguas, los estudios acústicos han mostrado que en lenguas como castellano, la vibración de las cuerdas vocales, las cuales se encargan de hacer el sonido sonoro, comienza tan pronto como el aire es obstruido en la cavidad oral. en contraste, en lenguas como el inglés, la vibración de las cuerdas vocales durante la articulación de [b, d, g] comienza mucho más tarde dentro de la fase de cerrazón. es decir, las oclu- sivas sonoras [b, d, g] del inglés no son completamente sonoras y de hecho, para algunos hablantes de inglés, tienden a no serlo en lo absoluto. la diferencia en el tiempo del inicio de la voz durante la fase de cerrazón de [b, d, g] no es un detalle fonético irrelevante, imperceptible. esta diferencia puede ciertamente causar que un hablante nativo del castellano escuche estas consonantes (en decir, /b, d, g/ en inglés) como si fuesen sordas, es decir, como si fuesen [p, t, k]. afortunadamente para los lingüistas interesados en castellano e inglés, hay una literatura abundante que caracteriza las propiedades acústicas de la sonoridad de estas consonantes para estas dos lenguas. esto, desafortunadamente, no es el caso para todas las lenguas, y en especial no para las lenguas indígenas peruanas. de este modo, en general, en este libro arguyo que no es suficiente decir que una lengua dada tiene este o ese segmento y representarlo con un símbolo fonético en la esperanza que las descripciones articulatorias estándares de los símbolos fonéticos puedan elucidar todas las características fonéticas de los sonidos de una lengua específica. las transcripciones deben ser complementadas con descripciones acústicas detalladas. es obviamente importante asegurarnos que la mayor cantidad de estudios de documentaciones acústicas estén disponibles para tantas lenguas como sea posible a fin de mejorar la comparaciones entre lenguas, de dar un contenido más preciso a los resultados de trabajos documentación, de lograr que el uso de las transcripciones sea menos un acto de fe y más una herramienta eficaz que pueda representar con fidelidad los fenómenos lingüísticos de las lenguas que estudiamos. los resultados de los estudios de documentación acústica no solo se pueden usar en la construcción de teorías lingüísticas sino que también en tareas con fines más prácticos, como por ejemplo, en la propuesta y elaboración de alfabetos, en la creación de materiales de enseñanza, en la lucha contra la discriminación 21 introducción lingüística como, por ejemplo, lo están haciendo pérez silva, acurio palma, y bendezú araujo (2008). este libro presenta al lingüista de campo peruano un modelo que podría usarse para examinar las propiedades acústicas de otras lenguas. el libro muestra de for- ma detallada los procedimientos de cómo se llevaron a cabo los análisis acústicos para el shipibo de modo que pueden ser replicados e inclusive mejorados en la documentación de otras lenguas. he intentado que estas explicaciones sean tan accesibles como sea posible a un público diverso. no asumo que el lector tenga ningún conocimiento profundo sobre fonética acústica. para aquellos lectores interesados en conocer más sobre la fonética acústica, recomiendo los siguientes trabajos, los cuales han sido invalorables también para este estudio: Fry 1979; olive, greenwood et al. 1993; ladefoged 1996; ladefoged y maddieson 1996; Johnson 2003; ladefoged 2003, 2005; hewlett y beck 2006; ladefoged 2006; silverman 2006; Raphael, borden et al. 2007; lodge 2009. aunque el principal objetivo es presentar una documentación acústica del shipibo, el lector debe saber que dedico un capítulo completo a bosquejar la fo- nología del shipibo y hacer las conexiones necesarias entre los resultados acústicos y los principales patrones fonológicos encontrados en la lengua. en ese bosquejo, me he concentrado en develar los desafíos que ponen las propiedades acústicas del shipibo a los análisis fonológicos. en el bosquejo de la fonología del shipibo, he tratado de ser tan neutral como es posible en términos de teoría fonológica de manera que el libro pueda ser de interés a lingüistas que vienen de diferentes corrientes teóricas. intento que este libro pueda servir como referencia a investigadores en len- guas amerindias, a lingüistas interesados en la documentación de lenguas y en comparaciones tipológicas, a aquellos interesados en metodologías lingüísticas de trabajo de campo y a lingüistas que en general trabajan en las áreas de fonética y fonología. también espero que anime a trabajadores de campo e investigadores de lenguas indígenas a documentar en detalle no solo las propiedades morfológicas y sintácticas de una lengua pero también las propiedades fonológicas y acústicas de las lenguas que estudian. las siguientes secciones presentan información general acerca de la población shipiba, del bagaje socio-lingüístico de los colaboradores shipibos que participaron en el estudio, de cómo se recogieron y analizaron los datos así como también se describe el equipo que se usó. 22 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) 1.1 Los shipibos, el Ucayali y la migración a centros urbanos la mayoría de investigadores concuerdan que la lengua shipiba (también co- nocida como shipibo-Konibo) tiene hoy en día alrededor de 25000 hablantes (pozzi-escot 1998; Valenzuela 2003b; lewis 2009). los shipibos han logrado conservar su lengua viva, a pesar del contacto prolongado con el castellano. han retenido su modo de vida, la mayoría de sus tradiciones, su identidad étnica, cultural y lingüística. los shipibos viven en cientos de pequeñas comunidades a lo largo de las riberas del río Ucayali y sus tributarios, algunas de ellas cerca de centros urbanos donde el castellano es predominante, otras más distantes de esos centros. la mayoría de las comunidades shipibas están localizadas en los departamentos de Ucayali y loreto. debido a la migración a las áreas urbanas, se puede encontrar también comunidades shipibas viviendo en ciudades como pucallpa y en la capital, lima. Ya que es posible encontrar hablantes de todas las edades que tiene el shipibo como su primera lengua, éste ha sido clasificado como una lengua potencialmente en peligro (brenzinger 2007, véase también solís Fonseca 2003). esto quiere decir que los niños se muestran menos y menos inclinados a aprender y usar la lengua (moseley 2007:166). esta tendencia ya puede observarse en los niños shipibos, especialmente aquellos que viven en áreas urbanas o en comunidades que están cerca de centros urbanos en los cuales el castellano es predominante. este tipo de migración hacia las ciudades se debe a la expansión urbana que está experi- mentando la región del Ucayali. los shipibos migran de sus comunidades en búsqueda de mejores oportunidades económicas y educativas en las ciudades. los centros urbanos que más los han atraído son la ciudad de pucallpa (localizada en las riberas del río Ucayali) y el distrito cercano de Yarinacocha. además de migrar a centros urbanos dentro de la zona del Ucayali, algunos shipibos han migrado fuera del área amazónica, a lima. se estima que hay aproximadamente setenta familias shipibas (alrededor de trecientas personas) viviendo en cantagallo (en el distrito del Rímac, lima). de aquí en adelante, me referiré a esta comunidad como la Comunidad Shipiba de Cantagallo. la primera ola de migración a lima se produjo a principios de los años noventas. Una segunda ola más marcada de migración a lima ocurrió en el año 2000. la comunidad shipiba de cantagallo crece cada año por la llegada de nuevos migrantes shipibos. los miembros de la comunidad, aunque están tan distantes de la región amazónica, mantienen su lengua e identidad étnica. estas se ven re- forzadas por los lazos comunitarios que los shipibos han formado: la mayoría de ellos viven en la misma zona, siendo muchos de ellos vecinos, planean actividades juntos y enfrentan sus problemas unidos. conducen sus actividades diarias en 23 introducción shipibo y usan castellano principalmente para comunicarse con personas fuera de su grupo, vender sus trabajos artesanales y para actividades laborales fuera de su comunidad. además, muchos de ellos están constantemente yendo y vinien- do de sus comunidades. aunque algunos expresan su deseo que preferirían que sus hijos sean monolingües en castellano porque piensan que así sus vidas serán más fáciles en la ciudad, admiten que esto es difícil de lograr ya que dentro de la comunidad en cantagallo, sus niños aprenden shipibo de los más ancianos que los cuidan mientras ellos van a laborar. 1.2 Los hablantes shipibos que participaron en el estudio los análisis acústicos que este libro ofrece fueron hechos sobre la base de los datos recogidos de ocho hablantes nativos de shipibo (cuatro hombres y cuatro mujeres). todos los hablantes entrevistados pertenecen a la comunidad de can- tagallo. el género, edad y nivel de educación así como también el nombre de las comunidades indígenas donde crecieron y vivieron antes de migrar a lima se indican en la tabla 1-1. todos hablan castellano como segunda lengua pero muestran notable diferencias con respecto a su nivel de bilingüismo. en general, contra más joven el colaborador, más alto tiende a ser su grado de bilingüismo. los hablantes que participaron en el estudio vienen originalmente de las siguientes comunidades shipibas: amaquiria, betel, caco, nuevo nazareth, nuevo sama- ria, y sempaya. todas localizadas a lo largo del río Ucayali. estas comunidades indígenas se encuentran en el departamento de Ucayali. con la excepción de sempaya que se localiza en la provincia de atalaya, todas las otras comunidades pertenecen a la provincia de coronal portillo. todos los participantes migraron a lima por la primera vez entre 1993 y 1998. los hablantes shipibos de este estudio eran mayores de 30 años al momento de las entrevistas, las cuales se llevaron a cabo en el 2008. el colaborador más joven, hbl1 en la tabla 1-1, tenía 31 años y migró a lima en 1998. esto sig- nifica que tenía 21 años en ese momento, una edad que garantiza su dominio nativo de la lengua shipiba ya para ese entonces. solo hbl2 era más joven que hbl1 cuando llegó a lima. hbl2 tenía 18 años en 1994. nuevamente, esa es una edad que también garantiza un dominio nativo de la lengua shipiba al momento de migrar a lima. el factor edad divide a los participantes del estudio en dos grupos diferentes. cuatro de ellos están dentro de sus treinta años y los otros cuatro son mayores (entre cuarentas y cincuentas). obsérvese que hay una correlación entre estos dos grupos de edades y el nivel de educación alcanzado. esta correlación coincide con la impresión que uno tiene de la comunidad en general. a diferencia de los 24 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) hablantes mayores, los jóvenes usualmente han completado su educación básica (educación primaria y secundaria) y muchos de ellos tienen algún tipo de educa- ción superior en institutos, aunque en la mayoría de los casos no la han terminado. tabla 1‑1: Información sobre los participantes del estudio Género edad Nivel de educación Comunidad Indígena hbl1 Femenino 31 instituto (incompleto) betel y amaquiria hbl2 Femenino 33 secundaria (completa) nuevo nazareth hbl3 masculino 35 instituto (completo) betel hbl4 Femenino 35 instituto (incompleto) betel hbl5 masculino 54 primaria (incompleta) caco y nuevo samaria hbl6 masculino 58 primaria (completa) sempaya y nuevo nazareth hbl7 Femenino 60 primaria (completa) betel hbl8 masculino 64 primaria (completa) betel 1.3 recojo de datos las entrevistas se llevaron a cabo diariamente por el lapso de dos meses. la tabla 1-1 indica correctamente que se entrevistaron a ocho hablantes nativos de shipibo. sin embargo, los resultados acústicos que se presentan en este libro para cada propiedad fonética estudiada siempre se basan en los datos de seis hablantes. la discrepancia se debe a que por problemas familiares y de salud, los hablantes hbl7 y hbl8 no pudieron completar las entrevistas. ambos colaboradores dejaron de participar al final del primer mes. a fin de poder mantener el número de hablantes en seis personas, hbl1 y hbl3 tomaron los lugares de hbl7 y hbl8. desafortunadamente, por restricciones de tiempo, no pudo ser posible encontrar a dos colaboradores de las mismas edades que hbl7 y hbl8. además de los ocho colaboradores shipibos que fueron entrevistados, el es- tudio se benefició de los resultados previamente obtenidos en un proyecto piloto llevado a cabo en el 2007, el cual involucró el análisis de datos de dos hablantes shipibos (un hombre y una mujer). al momento de las entrevistas, tenían 43 y 46 años respectivamente. ambos fueron de la comunidad shipiba de caimito y betel (ambas comunidades están ubicadas en masisea, coronal portillo, Uca- yali). durante el proyecto piloto del 2007, comencé la exploración sistemática de las propiedades acústicas del shipibo. los resultados obtenidos durante esta fase guiaron el diseño final del estudio y me permitieron modificar y mejorar 25 introducción tanto en el protocolo usado para recoger los datos así como también en el tipo de datos necesarios para lograr una caracterización detallada de las propiedades acústicas del shipibo. las entrevistas se llevaron a cabo en lima. cada entrevista duró alrededor de dos horas y consistió en la elicitación de palabras dentro de una frase. para el recojo de datos, se preparo diecinueve listas de palabras, cada una de ellas dise- ñada para examinar una propiedad acústica en particular (por ejemplo, duración de consonantes/vocales, la estructura de formantes en las vocales, la transición entre vocales y consonantes, el tiempo de inicio de la voz, nasalización, frecuencia fundamental, etc). las palabras de cada lista fueron cuidadosamente seleccionadas de acuerdo al tipo de datos que se deseaba obtener. se presto especial atención al contexto segmental que rodeaba la propiedad acústica que se iba a estudiar. por ejemplo, en el estudio sobre duración vocálica, las vocales aparecieron rodeadas de consonantes oclusivas, ya que estas consonantes facilitan la segmentación de las vocales (es decir, la identificación de los momentos donde se inician y terminan las vocales). para el estudio de las transiciones entre vocales y consonantes, se controló cuidadosamente el tipo de vocal y al punto de articulación de la consonante involucrada. además del contexto segmental, al crear la lista de palabras también se tomó en cuenta otros factores: el tamaño de las palabras, si el segmento que se iba a estudiar aparecía o no dentro de una sílaba acentuada o una sílaba inicial, si ocupaba la posición de arranque o coda, y si estaba en el límite con una fronte- ra morfológica. Un factor extra-lingüístico importante que se considero fue el género del hablante. el tamaño de la palabra es particularmente importante al estudiar la duración de los segmentos y los acentos tonales (pitch) de una lengua. con el fin de neu- tralizar cualquier cambio en la duración de segmentos debido al tamaño de las palabras que los contienen, las listas usadas tendieron a incluir palabras trisilábicas. en la mayoría de los casos, ya que las raíces shipibas tienden a ser bisilábicas, se agregó un sufijo para formar la tercera sílaba. a menos que se indique de otro modo, la propiedad acústica estudiada siempre ocurre en segmentos en la primera o en la segunda sílaba de estas palabras trisilábicas. para otros estudios específi- cos, como por ejemplo, el caso de las vocales largas, se incluyó además palabras monosilábicas y bisilábicas con el fin de detectar cambios en su duración. para otros estudios, como el del acento, se consideraron palabras de más de tres sílabas. la realización de segmentos puede verse afectada por la posición del acento primario y la aparición del segmento en la sílaba inicial de la palabra. estos efectos aparecen en términos de cambios en la duración, y en el valor de las frecuencias de los formantes. de este modo, el estudio fue cuidadoso de si las consonantes 26 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) que se analizaron aparecían en posiciones de arranque o coda de la sílaba ya que estas posiciones muestran importante efectos en la duración de los segmentos. con respecto al factor género, el estudio incluyó igual número de participantes hombres y mujeres. el género es sumamente importante para el estudio de los formantes y las características espectrales de los segmentos. las diferencias en el tamaño y longitud de las cuerdas vocales así como también las diferencias en el tamaño de las cavidades orales en hombres y mujeres tienen un impacto directo en cómo la energía acústica se distribuye a lo largo de diferentes frecuencias. en consecuencia, este estudio reporta por separado los resultados relacionados a formantes y espectros. los resultados acústicos presentados en este libro se basan en los análisis de palabras objetivos recogidas dentro de frases. sin embargo, a fin de complementar la información que ellas proporcionaron, el estudio también recogió narraciones. los datos recogidos a través de narraciones se usaron para hacer comparaciones impresionistas de qué ocurre con las propiedades acústicas de los segmentos en un tipo más espontáneo de habla (comparado con la producción más controlada de las palabras usadas para los análisis acústicos). dado que en las narraciones, uno no puede garantizar que los hablantes van a usar las mismas palabras y frases o inclusive producir los mismos segmentos en contextos segmentales o prosódicos similares, los datos que se obtuvieron a través de las narraciones no son comparables y en consecuencia, no se usaron para llevar a cabo los análisis acústicos. en contraste, las palabras que usaron en los análisis, todas ocurrieron dentro de la misma frase, la cual se encargó de proporcionar un contexto prosódico y segmental idéntico, y ya que todos los entrevistados produjeron el mismo conjunto de palabras, se pudo garantizar la comparabilidad de los datos entre diferentes hablantes. 1.3.1 el protocolo de las entrevistas las entrevistas se llevaron a cabo en un ambiente cómodo con la ayuda de asistentes de investigación. los asistentes de investigación recibieron entrenamiento en los lineamientos éticos que se siguen en proyectos de investigación que involucran seres humanos. del mismo modo, siguiendo tales lineamientos, se les explicó a los colaboradores shipibos que el objetivo del estudio era estudiar los sonidos de su lengua, que la relación entre su identidad y la información lingüística y socio-lingüística que dieran se mantendrían anónima y que podrían detener su participación en el proyecto cuando lo desearan. los asistentes de investigación también recibieron entrenamiento en cómo elicitar los datos de acuerdo a los objetivos del estudio y el protocolo que se 27 introducción describe en esta sección. durante las primeras entrevistas, los entrevistadores y entrevistados sostuvieron charlas informales para conocerse y hacer las entrevistas menos formales. el nivel de comodidad y confianza que los colaboradores shipibos obtuvieron con los entrevistadores fue sumamente bueno al punto que uno de ellos en algún momento expresó que le gustaba más trabajar en el proyecto que ir a su trabajo regular. este nivel de comodidad es necesario para garantizar que el tipo de habla recogida sea lo más natural posible. durante las primeras entrevistas, los entrevistadores se encargaron de explicar y practicar con los entrevistados la rutina de cómo se iban a elicitar las palabras. para cada palabra, se le preguntó en castellano al entrevistado ¿cómo se dice la palabra [X] en shipibo? en el espacio de la [X] aparecía la traducción castellana de la palabra shipiba que se deseaba obtener. si la palabra shipiba que se obtenía no correspondía con la palabra esperada, entonces el entrevistador preguntaba por otras posibles palabras relacionadas hasta que se obtenía la palabra deseada: (¿conoce alguna otra palabra para decir [X] en shipibo?) si aún así la palabra objetivo no podía ser elicitada, entonces el entrevistador usaba como último recurso pronunciar la palabra shipiba en la pregunta: ¿conoce la palabra [X]? las palabras elicitadas de este modo se les indicaba apropiadamente en la lista de palabras. en la mayoría de los casos, las palabras fueron elicitadas rápidamente ya sea por la primera pregunta o preguntando por palabras relacionadas. los casos de palabras que tuvieron que ser pronunciados por el entrevistador fueron comparativamente raros. Una vez que el entrevistado identificaba la palabra objetivo, se le pedía que la pronunciase dentro de la frase que se muestra en (1): (1) [[X] ɖʐiki wɨsˈtiʊɖʐa ˈʃipibβʊ ˈhʊi. ˈɨnɖʐa haˈhʊi [X] tʊˈmas ˈaʂɨ(ʔ)akai] [X] es una shipibo palabra yo la palabra [X] tomás enseño “[X] es una palabra shipiba. le enseño la palabra [X] a tomás” en el sistema ortográfico del shipibo, la frase en (1) se representa como “[X] riqui westíora shipibo joi. enra ja joi [X] tomás asḧeacai”. esta frase muestra dos lugares, indicados por la [X], donde ocurre la palabra objetivo. primero, aparece al inicio de la frase y luego entre [ha.ˈhʊ.i] ‘la palabra’ y [tʊ.ˈmas] ‘tomas’. el entrevistado entonces repetía la frase en (1) tres veces por cada palabra objetivo. los resultados que se presentan se basan en el análisis de la segunda ocurrencia de la palabra objetivo dentro de la frase en (1). la ocurrencia inicial de la palabra objetivo tiene como función atraer efectos asociados con prominencia discursiva (información nueva). obsérvese que la segunda ocurrencia de la palabra objetivo aparece precedida por una palabra que termina en una vocal inacentuada y seguida 28 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) por una palabra que empieza con una consonante oclusiva sorda dentro de una sílaba inacentuada. esta configuración hace más fácil la identificación de los puntos donde empieza y termina la palabra que se está elicitando y al mismo tiempo, evita los efectos de acentos vecinos sobre la palabra objetivo. el espectrograma de la Figura 1-1 ilustra la ocurrencia de la palabra objetivo [ˈtʊtʊta] ‘amarillarse (por ejemplo, una banana)’ (pp2) dentro de la frase en (1). la segunda ocurren- cia de la palabra, la cual se usó en los análisis acústicos, aparece encerrada en un círculademás, el hecho que la palabra objetivo aparece flanqueada por palabras dentro de una frase neutraliza los efectos segmentales (tales como, glotalización, ensordecimiento o alargamiento de los segmentos) que ocurren a los bordes de los constituyentes prosódicos. las palabras que se pronuncian aisladamente sufren también estos efectos. se comportan como unidades prosódicas del nivel de frase y por lo tanto, están también sujetas a los patrones de entonación de las frases (himmelmann and ladd 2008). Figura 1‑1: [ˈtʊtʊta] ‘amarillarse’ (PP2) como palabra objetivo antes de que empezase el recojo de los datos, el entrevistador le dio al en- trevistado el tiempo apropiado para aprender la frase en (1). la frase se repitió tres veces por cada palabra. se les pidió a los colaboradores shipibos que en todo momento usasen una velocidad de habla normal. 1.3.2 el equipo de grabación y el programa de análisis acústico las grabaciones de audio fueron hechas usando tres grabadoras digitales: una grabadora portátil marantz pmd 671 de estado sólido, y dos grabadoras Zoom h4. las tres grabadoras permiten hacer grabaciones pcm y de este modo, el audio se obtuvo en formato no comprimido WaV, mono, digitalizado a 44.100 hz (sampling rate) y 16-bit (quantization). estos parámetros garantizan la ob- tención de grabaciones de audio de alta calidad (ladefoged 2003; decker and carrell 2004). 29 introducción para las entrevistas, cada grabadora se conectó a un micrófono externo shure Wh30XlR (un micrófono de condensador cardioide con conector XlR que se sujeta a la cabeza del entrevistado). este tipo de micrófono es unidireccional con una frecuencia mínima de respuesta de 40 hz, que es bastante cercano a 20 hz, el promedio de la frecuencia mínima de respuesta de la audición en seres humanos. dado que el micrófono iba montado sobre la cabeza del entrevistado, la calidad de las grabaciones se mantuvo la misma sin importar los movimientos que el entrevistado hiciese. el micrófono se mantuvo a una distancia de 3 a 4 cm de la esquina derecha de la boca del entrevistado. las características unidireccionales del micrófono externo garantizaron que las señales acústicas que no viniesen de la boca del hablante shipibo fuesen mayormente ignoradas. durante las entrevistas, uno de los micrófonos shure Wh30XlR funcionó mal. se le descartó y se usó uno de los micrófonos internos que vienen con la grabadora Zoom h4 para continuar con las grabaciones. los micrófonos internos de esta grabadora también son unidireccionales y tienen una frecuencia mínima de respuesta de 30 hz. el estudio utilizó el programa praat (boersma y Weenink 2008, versiones 5.0.06 - 5.1.05) para realizar los análisis acústicos. además de estar bien docu- mentado, este programa es continuamente actualizado. para este trabajo de in- vestigación, los análisis acústicos realizados con praat fueron semi-automatizados con la ayuda de scripts y la creación de archivos textgrids (un tipo de archivo que utiliza praat y que sirve para segmentar y anotar archivos de audio por medio de la inserción de fronteras y texto). la creación de los archivos textgrids se llevó a cabo con la ayuda de los asistentes de investigación quienes fueron previamente entrenados en segmentar y anotar el habla contenida en los archivos de audio. su trabajo fue continuamente monitoreado y revisado para asegurar que se siguieran los procedimientos de segmentación y anotación del estudio. Una vez que se terminó de hacer los archivos textgrid, los archivos de audio fueron analizados en praat. cuando los analices involucraban mediciones de for- mantes, espectros o acentos tonales, se instruyó a los scripts que hicieran pausas de modo que los parámetros para el análisis acústico pudieran ser modificados si fuese necesario a fin de prevenir errores debido, por ejemplo, a factores como género o cambio en la calidad de la voz. 1.4 La organización del libro el libro está estructurado con el objetivo de servir de referencia al investigador que necesita hallar información específica sobre un determinado tipo de segmento o patrón acentual del shipibo. en el caso de los segmentos, primero presento 30 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) un capítulo sobre las vocales y luego en cada capítulo subsiguiente, un tipo de consonante tomando los modos de articulación como criterio agrupador de las consonantes en cada capítulo. aunque he tratado que cada capítulo dependa en lo mínimo posible de otros capítulos, he colocado una serie de referencias a secciones específicas en otros capítulos de modo que el lector pueda ampliar o relacionar la información que le interesa con la información sobre interacción de esa propiedad con otros segmentos o posiciones prosódicas. la información contenida en este libro, entonces, no necesita ser leída de una manera secuencial. el lector, es por ejemplo, bienvenido a empezar a leer el libro por el capítulo del bosquejo fonológico y conforme encuentre algún patrón que le interese o que está investigando, puede ir al capítulo o a la sección de un capítulo donde se presenta la evidencia fonética que discute el análisis fonológico. el capítulo 2 está dedicado a la caracterización acústica de las vocales cortas y largas del shipibo. el capítulo las describe de acuerdo a sus patrones de duración y su estructura de formantes. los capítulos 3 al 6 se enfocan en las consonantes del shipibo. estos capítulos brindan una representación detallada de la dura- ción consonántica, de las propiedades espectrales y del comportamiento de los formantes en las transiciones entre vocales y consonantes. el capítulo 3 estudia las características acústicas de las oclusivas. el capítulo 4 se encarga tanto de las consonantes fricativas como africadas. el capítulo 5 documenta las consonantes nasales y las vocales nasalizadas y el capítulo 6 se dedica a las propiedades acústicas de los segmentos semi-consonánticos. el capítulo 7 ofrece un estudio de las propiedades de duración de los seg- mentos dentro del dominio de la sílaba y en particular, dentro de la rima (vocales y consonantes en posición de coda). el capítulo 8 presenta una caracterización detallada de los patrones que muestran los acentos tonales en shipibo dentro del dominio de la palabra. Finalmente, el capítulo 9 presenta un bosquejo fonoló- gico del shipibo, el cual no solo conecta los patrones fonológicos de la lengua a los resultados acústicos presentados en los capítulos anteriores sino que también compara los fenómenos fonológicos del shipibo a fenómenos similares encon- trados en una diversidad de lenguas. inmediatamente después el libro termina ofreciendo las conclusiones donde reflexiono con el lector acerca de los beneficios y la necesidad de los trabajos de documentación acústica de lenguas indígenas. 31 2. VoCALeS orALeS shipibo tiene cuatro vocales cortas básicas: [i, ɨ, a, ʊ]. ortográficamente, siguiendo los trabajos de Faust 1973; loriot, lauriault et al. 1993, la vocal [ɨ] se representa por la letra ‘e’ y la vocal [ʊ], por la letra ‘o’. la mayoría de diccionarios y artículos publicados sobre shipibo siguen esta convención ortográfica. los datos en (2), tomados de loriot, lauriault et al. 1993, muestran algunos pares mínimos en los cuales las vocales son fundamentales a las distinciones de significado. (2) pares mínimos basados en la calidad vocálica a. [ˈta.pi.ti] ‘escalera’ b. [ˈtɨ.pi.ti] ‘almohada’ c. [ˈti.pi.ti] ‘estar echados (para cosas o animales)’ d. [ˈtʊ.pi.ti] ‘ir juntando o recogiendo’ shipibo también posee vocales largas ([iː, ɨː, aː, ʊː]) y vocales nasalizadas ([ı,̃ ,̃ ã, ʊ̃]). las propiedades fonéticas de las vocales largas las presentaré en la sección 2.4. las propiedades fonéticas de las vocales nasalizadas las discutiré en el capítulo 5, sección 5.2. el estatus fonológico de estos dos tipos de vocales será discutido en el capítulo 9 (sección 9.1.2 y sección 9.2.4, respectivamente). 2.1 Los formantes F1 y F2 las características articulatorias de las vocales se puede correlacionar desde el punto de vista acústico con la frecuencia de sus formantes (es decir, los picos más altos en un espectro). en particular, se sabe que el primer formante y el Segundo formante (en adelante, me referiré a ellos como F1 y F2) se correlacionan la altura 32 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) vocálica y el grado de posterioridad vocálica, respectivamente (ladefoged 2005, 2006, Johnson 2003). en general, contra más alto sea el valor de F1, la vocal es más baja. sin embargo, en el caso de F2, contra más alto sea el valor, la vocal se localiza más al frente en el espacio vocálico. debido a las diferencias usuales en la forma y tamaño de la cavidad oral entre hombres, mujeres y niños, el promedio de los valores de F1 y F2 son ligeramente diferentes para cada grupo. la tabla 2-1 muestra el promedio de la frecuencia de los formantes F1 y F2, en hercios (hz), para hombres y mujeres. los resultados presentados en la tabla 2-1 se basan en el análisis acústico de aproximadamente 8000 vocales, pronunciadas por tres hablantes hombres y tres hablantes mujeres.1 todas estas vocales ocurrieron en palabras trisilábicas (la ma- yoría de ellas formadas por una raíz bisilábica y un sufijo). para obtener los valores promedios de F1 y F2, solo se consideraron las vocales de la primera y segunda sílaba de las palabras de modo que se pudiese excluir cualquier efecto prosódico sobre la sílaba final que podría afectar la duración o los formantes de la vocal. tabla 2‑1: Promedios de las frecuencias de los formantes de las vocales del shipibo F1 F2 [i] hombres 326 hz 2244 hz mujeres 387 hz 2676 hz [ɨ] hombres 378 hz 1539 hz mujeres 465 hz 1704 hz [ʊ] hombres 397 hz 896 hz mujeres 470 hz 935 hz [a] hombres 623 hz 1418 hz mujeres 734 hz 1597 hz 1 Una advertencia importante sobre los promedios para los formantes de las vocales presenta- dos en la tabla 2-1 es que no discriminan entre vocales en sílabas acentuadas e inacentuadas o entre vocales en sílaba iniciales y no iniciales. estos son dos factores fonológicos que sí afectan la frecuencia de los formantes en las vocales. sin embargo, presento los promedios de la tabla 2-1 porque es útil tener un solo promedio idealizado de F1 y F2 para cada vocal. de este modo, los promedios de la tabla 2-1 son importantes porque los usaré en los siguientes capítulos para discutir los movimientos de los formantes que ocurren en las transiciones entre vocales y consonantes. las siguientes secciones de este capítulo mostrarán además varias tablas con los promedios de F1 y F2 teniendo en cuenta los efectos del acento y de la posición de la sílaba. 33 Vocales orales la inspección de los promedios de la tabla 2-1 revela que la vocal [i] es lige- ramente más alta que las vocales [ɨ] y [ʊ] tanto en hombres como en mujeres y que la vocal [ɨ] aparece ligeramente más hacia al frente que la vocal [a]. de hecho, aunque no se muestra en la tabla 2-1, esto se encontró en todos los hablantes que participaron en el estudio. podemos obtener una manera más familiar de ver estas relaciones si utilizamos un diagrama de puntos de F1 (en el eje vertical) y F2 (en el eje horizontal). en la Figura 2-1, las vocales de los hombres aparecen representadas por círculos negros y las vocales de las mujeres por círculos blancos. los valores usados en el diagrama de puntos corresponden a los promedios de la tabla 2-1. Figura 2‑1: Posición acústica de las vocales orales del shipibo la Figura 2-2 nos permite ver los mismo datos pero de una manera diferente. en esta figura, solo considero los promedios de los formantes de las vocales de las hablantes mujeres. en los capítulos sobre las consonantes, presentaré qué pasa con los formantes a los bordes de las vocales. en el caso de la vocal [i], vemos que el F1 y F2 están muy distantes mientras que ambos formantes se acercan máximamente para la vocal [ʊ]. el F1 y F2 de las vocales [a] y [ɨ] muestran una distancia intermedia. no están tan distantes como en el caso de la [i] pero tam- poco tan cercanos como en el caso de la [ʊ]. la diferencia más importante entre las vocales [a] y [ɨ] es el F1, el cual es más alto para la vocal [a]. 34 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) Figura 2‑2: relaciones entre el F1 y F2 de las vocales del shipibo (mujeres) la distancia mostrada entre F1 y F2 en la Figura 2-2 no solo es válida para las vocales de las hablantes mujeres. aunque los varones muestran valores diferentes para los formantes, mantienen las proporciones entre F1 y F2. esto se muestra en la Figura 2-3, la cual nos permite ver un ejemplo real de los formantes de las cuatro vocales del shipibo de un hablante hombre (hbl6). todos los espectrogra- mas corresponden a la vocal acentuada de la sílaba inicial de las palabras [ˈti.pi.ti] ‘estar echados (para cosas o animales)’, [ˈtɨ.pi.ti] ‘almohada’, [ˈta.pi.ti] ‘escalera’ y [ˈtʊ.pi.ti] ‘ir juntando o recogiendo’. como se puede observar, las frecuencias de los formantes F1 y F2 en los ejemplos de la Figura 2-3 se acercan bastante a los valores idealizados que se mostraron en la Figura 2-2. Figura 2‑3: ejemplos de F1 y F2 de las vocales del shipibo (HBL6) 35 Vocales orales 2.2. La centralización de las vocales en sílabas no‑iniciales inacentuadas los resultados presentados en la tabla 2-1 indican los valores de los formantes F1 y F2 de las vocales. estos valores corresponden a promedios sin tener en consideración si la vocal es acentuada o no. la presencia o ausencia del acento primario muestra efectos consistentes en los formantes. sin embargo, en shipibo, el acento primario no es el único factor que puede afectar los formantes de las vocales. la pertenencia a la sílaba inicial de una palabra también es un factor que debe considerarse. en general, las vocales en sílabas débiles tienden a centralizar- se mientras que en sílabas fuertes, resisten ser centralizadas. de este modo, las vocales de sílabas no-iniciales inacentuadas tienden a sufrir un mayor grado de centralización que aquellas que ocurren en sílabas iniciales acentuadas. las siguientes tablas (tabla 2-2 a tabla 2-5) ofrecen los valores promedios de F1 y F2 para cada vocal tomando en cuenta esta vez tanto si la vocal es acentuada y si pertenece a la sílaba inicial de la palabra. estos valores se obtuvieron de una ventana de tiempo localizada en el medio de cada vocal. la ventana fue equiva- lente a 30% de la duración total de la vocal. aunque solo extrajo los valores de las frecuencias de los formantes F1 y F2, al calcular la estructura de formantes de cada vocal, se tomó en cuenta un máximo de cinco formantes dentro del rango 0-5000 hz para hombres y 0-5500 hz para mujeres (ladefoged 2003). luego, se separó cada vocal de acuerdo al género del hablante, a la posición del acento y a la posición de la sílaba que contiene la vocal dentro de la palabra. Finalmente, se calculó el promedio aritmético y la desviación estándar (la desviación estándar aparece entre paréntesis en todas las tablas del libro). sobre la base de estas cuatro tablas, se calculó los promedios que se presentaron en la tabla 2-1. tabla 2‑2: Vocales orales acentuadas en sílabas iniciales F1 F2 [i] hombres 341 hz (26) 2271 hz (95) mujeres 372 hz (38) 2703 hz (108) [ɨ] hombres 394 hz (27) 1479 hz (156) mujeres 483 hz (58) 1687 hz (207) [ʊ] hombres 414 hz (33) 862 hz (84) mujeres 493 hz (54) 887 hz (122) [a] hombres 671 hz (36) 1367 hz (83) mujeres 782 hz (82) 1622 hz (103) 36 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) tabla 2‑3: Vocales orales acentuadas en segundas sílabas F1 F2 [i] hombres 347 hz (27) 2281 hz (152) mujeres 391 hz (32) 2658 hz (149) [ɨ] hombres 379 hz (26) 1558 hz (164) mujeres 472 hz (48) 1731 hz (231) [ʊ] hombres 398 hz (30) 870 hz (95) mujeres 475 hz (53) 910 hz (153) [a] hombres 644 hz (36) 1419 hz (80) mujeres 773 hz (82) 1628 hz (104) tabla 2‑4: Vocales orales inacentuadas en sílabas iniciales F1 F2 [i] hombres 294 hz (21) 2238 hz (116) mujeres 378 hz (27) 2679 hz (114) [ɨ] hombres 372 hz (33) 1511 hz (182) mujeres 440 hz (38) 1695 hz (230) [ʊ] hombres 396 hz (36) 872 hz (108) mujeres 448 hz (43) 904 hz (122) [a] hombres 623 hz (35) 1374 hz (113) mujeres 701 hz (84) 1590 hz (115) tabla 2‑5: Vocales orales inacentuadas en segundas sílabas F1 F2 [i] hombres 320 hz (32) 2184 hz (117) mujeres 405 hz (32) 2603 hz (107) [ɨ] hombres 365 hz (30) 1607 hz (191) mujeres 463 hz (37) 1706 hz (235) [ʊ] hombres 379 hz (28) 980 hz (101) mujeres 465 hz (47) 1039 hz (47) [a] hombres 554 hz (34) 1511 hz (131) mujeres 681 hz (70) 1549 hz (124) 37 Vocales orales los resultados de la tabla 2-2 a la tabla 2-5 muestran que las vocales se mue- ven hacia el centro del espacio vocálico conforme van apareciendo en contextos prosódicos débiles. contra más débil es la posición prosódica, la centralización de las vocales se hace más fuerte. si una vocal pertenece a una sílaba que tiene algún tipo de protección ya sea porque está acentuada o porque pertenece a una sílaba inicial, sea ésta última acentauda o no, la centralización de las vocales no es tan dramática como cuando la misma vocal aparece en una sílaba inacentuada no-inicial. es importante indicar que la centralización vocálica del shipibo es de naturaleza fonética. esto contrasta, por ejemplo, con la centralización o reducción vocálica de lenguas como el inglés donde una vocal inacentuada se vuelve laxa (por ejemplo, progress como el sustantivo ‘progreso’ se pronuncia [ˈprɔgrəs] pero como el verbo ‘progresar’ se pronuncia [prəˈgrɛs]). sin embargo, en inglés, este cambio no es fonético sino fonológico dado que las vocales laxas [ɪ, ə, ʊ] son categorías fonémicas en la lengua. esto no ocurre en shipibo, donde por ejemplo la vocal /i/ en una segunda sílaba inacentuada podría alejarse de la posición que tomaría en el espacio vocálico si estuviese acentuada pero esto no implica un cambio en la categoría fonémica. los resultados de la tabla 2-2 a la tabla 2-5 pueden entenderse mucho más fácilmente en un cuadro vocálico F1-F2. la Figura 2-4 y la Figura 2-5 muestran el comportamiento de los formantes en vocales que pertenecen a sílabas con diferentes propiedades prosódicas. la Figura 2-4 corresponde a las vocales de los hombres y la Figura 2-5, a las vocales de las mujeres. los círculos negros indican vocales acentuadas en sílabas iniciales; los círculos grises oscuros, vocales acentuadas en segundas sílabas; los círculos grises claros, vocales inacentuadas en sílabas iniciales y los círculos blancos, vocales inacentuadas en segundas sílabas. la distancia más notable entre los valores de los formantes en términos de la centralización de las vocales se da entre las vocales acentuadas de sílabas ini- ciales (círculos negros) y las de segundas sílabas inacentuadas (círculos blancos). obsérvese que las sílabas inacentuadas en sílabas iniciales muestran algún grado de resistencia a ser centralizadas. Éstas tienden a mostrar un comportamiento bastante cercano a las sílabas acentuadas. se puede capturar mejor el contraste entre vocales acentuadas de sílabas iniciales e inacentuadas de segundas sílabas, los dos extremos de la centraliza- ción fonética de las vocales del shipibo, por medio de un diagrama de puntos. Éste se muestra en la Figura 2-6. las vocales acentuadas aparecen en negro y las inacentuadas en blanco. he omitido la vocal [ɨ] del diagrama debido a que su realización fonética coincide en parte con los bordes de las otras vocales. el diagrama de puntos correspondiente a la vocal [ɨ] se muestra en la Figura 2-8. 38 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) Figura 2‑4: Vocales de acuerdo al acento y el número de sílabas (hombres) Figura 2‑5: Vocales de acuerdo al acento y el número de sílabas (mujeres) el diagrama en la Figura 2-6 demuestra que aunque las vocales acentuadas e inacentuadas tengan una zona de intersección, las vocales inacentuadas clara- mente se mueven hacia el centro del espacio vocálico. la vocal [a] se centraliza disminuyendo la frecuencia de su F1 y la vocal [ʊ] incrementando el valor de su F2 mientras que la vocal [i] se mueve hacia el centro disminuyendo su F2. 39 Vocales orales Figura 2‑6: Centralización vocálica en mujeres como en el caso de las hablantes mujeres, las vocales de los hombres tam- bién sufren centralización en sílabas débiles. la Figura 2-7 permite observar que las inacentuadas vocales [i], [ʊ] y [a] claramente se mueven hacia el centro del espacio vocálico. la vocal [a] muestra el caso más dramático de centralización. Figura 2‑7: Centralización vocálica en hombres la vocal central [ɨ] no muestra ningún cambio notable en sus formantes F1 y F2 cuando ocurre en sílabas débiles. la Figura 2-8 representa el espacio ocupado por esta vocal, tanto en hombres como en mujeres. a diferencia de 40 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) las otras vocales, tanto las versiones acentuadas e inacentuadas de la vocal [ɨ] se sobreponen completamente. Figura 2‑8: La vocal [ɨ] acentuada e inacentuada 2.3 La duración de las vocales cortas en shipibo, la duración de las vocales cortas es afectada por el acento y, como en el caso de los formantes, por la posición de la sílaba en la palabra. la tabla 2-6 muestra los promedios de duración de las vocales cortas en segundos. discutiré estos resultados después de indicar las condiciones y procedimientos que se uti- lizaron para obtener las mediciones de la duración vocálica. tabla 2‑6: Promedios de la duración de las vocales cortas (en segundos Primera sílaba acentuada Segunda sílaba acentuada Sílaba inacentuada [i] 0,094 (0,021) 0,109 (0,027) 0,066 (0,022) [ɨ] 0,098 (0,020) 0,112 (0,031) 0,068 (0,026) [ʊ] 0,101 (0,023) 0,113 (0,031) 0,068 (0,022) [a] 0,111 (0,024) 0,127 (0,033) 0,080 (0,023) los resultados provienen del análisis del mismo conjunto de vocales usadas para determinar el valor de los formantes F1 y F2. los hitos usados para deter- minar las fronteras de las vocales fueron el comienzo y el final de los formantes más bajos de cada vocal (es decir, F1 y F2). todas las vocales incluidas en las 41 Vocales orales mediciones ocurrían entre consonantes oclusivas sordas ([p], [t], [k]) o entre una consonante oclusiva sorda y una africada sonora retrofleja [ɖʐ].2 las vocales medidas pertenecían ya sea a una sílaba inicial o a una segunda sílaba y todas las sílabas eran abiertas (es decir, sílabas cV). después que se determinó las fron- teras de las vocales, el análisis separó cada tipo de vocal, [i, ɨ, a, ʊ], de acuerdo a si llevaban acento primario, si pertenecían a una sílaba inicial o a una segunda sílaba y si la vocal fue pronunciada por un hombre o por una mujer. la tabla 2-6 no incluye información sobre género debido a que no se encontró diferencias en la duración de las vocales según el género del hablante. en el caso de la duración de las vocales inacentuadas, tampoco se encontró diferencias entre las sílabas iniciales y no-iniciales, su duraciones son virtualmente las mismas. sin embargo, las vocales acentuadas en segundas sílabas sí tienden a ser ligeramente más largas que aquellas que ocurren en sílabas iniciales. la tabla 2-6 muestra que la vocal [a] es la que mayor duración tiene com- parada a las otras vocales en todos los tres contextos prosódicos presentados en la tabla: sílabas iniciales acentuadas, segundas sílabas acentuadas y sílabas inacentuadas. no hay una distinción clara en términos de duración que pueda ser observada entre las vocales [ɨ], [ʊ] y [i]. el resultado más notable mostrado en la tabla 2-6 es la diferencia de duración entre las vocales acentuadas e inacentuadas. mientras las vocales cortas inacen- tuadas duran en promedio aproximadamente 70 ms, las vocales cortas que llevan acento primario las sobrepasan por alrededor de 30 a 40 ms. la tabla 2-6 también indica que las vocales acentuadas en segundas sílabas tieneden a ser ligeramente más largas que las acentuadas en sílabas iniciales. esto se ilustra en los gráficos de barra de la Figura 2-9. las vocales con acento primario en segunda sílabas son consistentemente más largas que las vocales acentuadas de sílabas iniciales (por alrededor de 15 ms). la barra de más a la izquierda en cada gráfico representa la duración promedio de la vocal en una sílaba acentuada inicial; la siguiente barra, la duración de la vocal en una segunda sílaba acentuada; la tercera barra, la duración en una sílaba inicial inacentuada y la barra de más a la derecha representa la duración de la vocal en una segunda sílaba inacentuada. 2 este último caso corresponde a algunas vocales que pertenecen a una segunda sílaba en sustanti- vos. Recuérdese todas las palabras usadas para este estudio son trisilábicas. sin embargo, debido a que el shipibo no tiene muchas raíces trisilábicas, la mayoría de las palabras utilizadas estaban formadas por una raíz bisilábica seguida de un sufijo de una sílaba (/ti/ (inF), /-kɨ/ (cmpl), /-a/ (pp2) y /- ɖʐa/ (eV). los sufijos /-ti/, /-kɨ/ y /-a/ sólo se pueden combinar con verbos. el sufijo /-a/ se usó con verbos cuyas raíces terminan en una consonante de modo que la segunda sílaba de la raíz quedaba abierta por la silabificación del sufijo. el sufijo /-ɖʐa/ se utilizó para crear una tercera sílaba en raíces de sustantivos bisilábicos. 42 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) el gráfico de barras muestra por separado las sílabas inacentuadas iniciales y segundas solo con el fin de respaldar la afirmación que tienen virtualmente la misma duración y de poder comparar este comportamiento similar entre vocales inacentuadas, cuya diferencia es la posición de la sílaba donde ocurren, con el comportamiento de las sílabas acentuadas, las cuales bajo las mismas circunstan- cias, manifiestan diferentes patrones duracionales. Figura 2‑9: Promedios de duración por el tipo de vocales (en segundos) 2.4 La duración de las vocales largas las vocales largas del shipibo solo pueden ocurrir en la sílaba inicial de las palabras. en todos estos casos, las vocales largas siempre llevan el acento primario. este tipo de vocales están restringidas a raíces monosilábicas, con la excepción de unas pocas raíces bisilábicas, en las cuales las vocales largas también aparecen en sus 43 Vocales orales sílabas iniciales. debido a esta restricción fonotáctica, el trabajo de investigación no pudo incluir mediciones de vocales largas más allá de la primera sílaba. no se puede utilizar prefijos para lograr que una sílaba inicial que tenga una vocal larga se vuelva una segunda sílaba. el shipibo tiene un conjunto bastante res- tringido de prefijos (los cuales corresponden a partes del cuerpo) y ninguno de ellos puede combinarse con raíces que tienen vocales largas. otra propiedad de las vocales largas en raíces monosilábicas es que se mantienen fonológicamente largas inclusive cuando reciben sufijos. Veamos cómo se llevaron a cabo la medición de las vocales largas. Fueron principalmente medidas dentro de palabras trisilábicas (en la mayoría de los casos formados por raíces monosilábicas seguidas de dos sufijos). esto se hizo para que los resultados puedan ser directamente comparables con la duración de las vocales cortas (las cuales también fueron medidas en palabras trisilábicas). como en el caso de las vocales cortas, todas las vocales largas pertenecieron a sílabas abiertas. solo se incluyeron monosílabos con vocales largas que tenían una consonante final si, a través de sufijación, esta consonante aparecía como el arranque de la siguiente vocal. además de palabras trisilábicas, se decidió medir la duración de las vocales largas en palabras bisilábicas y monosilábicas. las palabras bisilábicas mayormen- te incluyeron casos de raíces monosilábicas seguidas de un sufijo que añadía la segunda sílaba. la sílaba donde aparecía la vocal larga siempre fue abierta. la tabla 2-7 presenta la duración promedio (en segundos) de las vocales lar- gas. la duración de las vocales largas en palabras trisilábicas tienen virtualmente la misma duración que las vocales largas de palabras bisilábicas. tienden a durar en promedio 180 ms; es decir, son aproximadamente 80 ms más largas que las vocales cortas acentuadas de sílabas iniciales. como en el caso de las vocales cortas, aquí también se encontró que la vocal [a] muestra la duración más larga comparada al resto de las vocales. las vocales largas presentan una duración particularmente larga en palabras monosilábicas; es decir, cuando una raíz monosilábica ocurre sin ningún sufijo. Véase la segunda columna de la tabla 2-7. en ese contexto, estas vocales tienden a durar alrededor de 210 ms, lo cual quiere decir que son aproximadamente 30 ms más largas que las vocales largas de palabras bisilábicas y trisilábicas. es necesario indicar dos limitaciones que se encontraron al obtener las medi- ciones que presenta la tabla 2-7 para las vocales largas. primero, el tamaño de la muestra es mucho más pequeña que la que se usó para medir las vocales cortas. combinando juntas las vocales largas de las palabras trisilábicas y bisilábicas, los resultados que se muestran en la tercera y cuarta columnas de la tabla 2-7 corresponden a las mediciones de 1753 vocales (693 palabras trisilábicas y 44 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) tabla 2‑7: Promedios de la duración de las vocales largas (en segundos) Vocales largas en palabras monosilábicas Vocales largas en palabras bisilábicas Vocales largas en palabras trisilábicas [iː] 0,204 (0,045) 0,172 (0,034) 0,177 (0,030) [ɨː] 0,209 (0,044) 0,165 (0,033) 0,169 (0,032) [ʊː] 0,205 (0,041) 0,174 (0,034) 0,180 (0,031) [aː] 0,214 (0,047) 0,192 (0,041) 0,191 (0,035) 1060 bisilábicas). los resultados presentados para las vocales largas de pa- labras monosilábicas corresponden a las mediciones de 201 vocales. esta muestra más pequeña, comparada a las 8000 vocales medidas en el caso de las vocales cortas, se debe al pequeño número de raíces monosilábicas que tiene el shipibo. los datos en (3) presentan una lista de las raíces monosilábicas que tienen vocales largas. esta lista se recopiló del diccionario de loriot, lauriault et al. 1993. esta lista nos permite explicar la segunda limitación que encontró el estudio, la cual está relacionada al tipo de consonantes que rodean a la vocal larga. aquellas vocales largas de monosílabos que empiezan con una semi-consonante, [j] o [w] (indicadas en las celdas grises oscuras en (3), no se midieron por lo difícil que es determinar exactamente dónde termina la semi-consonante y dónde empieza la vocal. otro conjunto problemático de arranques de sílabas fueron las consonantes [h] y [bβ] (indicadas en las celdas grises claras). la fase fricción de estos segmentos tiende a sobreponerse con el inicial de las vocales. se tuvo que descartar aquellas instancias en las cuales no era posible establecer de un modo inequívoco las fronteras de las vocales largas. 45 Vocales orales (3) Raíces monosilábicas con vocales largas (i) 1. bβiː ‘zancudo’ 17. mʊː (esp. de sapo) 2. bβiːn ‘pegajoso’ 18. naː ‘nido’ 3. bβʊː ‘cabello, pelo’ 19. nɨː (esp. de lagartija) 4. bβʊː -ti ‘sanarse (una herida)’ 20. nɨː -ti ‘trepar’ 5. bβʊːʂ ‘de cabello blanco’ 21. niː ‘monte, selva’ 6. tʃaː (esp. de pájaro) 22. paːn ‘pan’ (del castellano [pan]) 7. tʃiː ‘fuego’ 23. ɖʐaːn -ti ‘enviar’ 8. hɨː (esp. de hormiga) 24. ɖʐʊː (esp. de mono) 9. hʊː (esp. de sapo) 25. ɖʐʊːn ‘ruido’ 10. kɨːn ‘deseo’ 26. ʂʊː ‘verde’ 11. kɨː -ti ‘esconderse detrás (de algo o alguien)’ 27. tɨː ‘trabajo’ 12. kiːs -ti ‘mirar el muslo de alguien’ 28. tsaː -ti ‘quitar, recoger, astillar, quebrar’ 13. kʊː ‘pus’ 29. waː -ti ‘cocinarse’ 14. maːn -ti ‘caer (en masa)’ 30. jaːn ‘garrapata’ 15. mɨː -ti ‘tocar’ 31. jʊː -ti ‘calentarse’ 16. miːn -ti ‘enterrar’ no solo ciertos arranques de sílaba presentan problemas para la segmentación de las vocales largas, sino también algunos sufijos. el shipibo tiene un conjunto de raíces verbales monosilábicas que siempre ocurren seguidas por los sufijos /-ʔiti/ (VZ2) y /-ʔati/ (VZ1). Véase los datos en (4). ambos sufijos significan ‘hacer, causar’.3 para el análisis, se excluyeron todas las vocales largas en (4). la razón para ello es que las realizaciones de los sufijos /-ʔiti/ y /-ʔati/ no per- miten identificar con exactitud las fronteras de las vocales largas. algunas veces estos sufijos se realizan como una oclusiva glotal ([-Ɂiti] y [-Ɂati]) y otras veces, se realizan sin la oclusiva glotal (es decir, como [-iti] y [-ati]). aún cuando las oclusivas glotales de esos sufijos se realicen, no es posible determinar dónde termina la vocal larga ya que la transición de la vocal larga hacia la primera vocal del sufijo ocurre sin ningún hito que permita separar con exactitud ambas vocales. la ocurrencia de la oclusiva glotal de los sufijos /-ʔiti/ y /-ʔati/ tampoco es de mucha ayuda. el problema es que la oclusiva glotal usual- mente se manifiesta como voz glotalizada, la cual se extiende tanto sobre el final de la vocal larga como sobre el inicio de la siguiente vocal (véase la sección 2.5). este fenómeno ocurre incluso cuando una consonante nasal sigue a la vocal larga ([siːn.Ɂiti] ‘silbar’). en esos casos, la nasal y la oclusiva glotal tienden a coalescer tanto con la vocal que las precede como con la que las sigue haciendo aún más 3 el primero, /-ʔiti/ (VZ2), se usa cuando el verbo es intransitivo y el otro, /-ʔati/ (VZ1), cuando el verbo es transitivo. 46 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) difícil medir la duración de las vocales largas (para más información sobre este fenómeno de coalescencia, véase la sección 5.3). (4) Raíces monosilábicas con vocales largas (ii) 1. ˈmaːn.Ɂiti ‘mugir (el ganado)’ 7. ˈsʊː.Ɂiti ‘hincharse’ 2. ˈsaː.Ɂati ‘soltar haciendo ruido’ 8. ˈʂʊːn.Ɂati ‘hacer sonar (por ejemplo, una bocina)’ 3. ˈsaː.Ɂiti ‘soltarse haciendo ruido’ 9. ˈʂʊːn.Ɂiti ‘silbar’ 4. ˈsiː.Ɂiti ‘escurrirse, derramarse haciendo ruido’ 10. ˈtiː.Ɂati ‘tocar’ 5. ˈsiːn.Ɂati ‘pitar’ 11. ˈtʊː.Ɂati ‘disparar’ 6. ˈsiːn.Ɂiti ‘silbar’ 12. ˈtsaːn.Ɂati ‘hacer sonar (por ejemplo, una campana)’ otro grupo de vocales largas, que tuvieron que ser excluidas de las medicio- nes debido a los segmentos que las rodean, está formado por una media docena de raíces bisilábicas cuya sílaba inicial tiene una vocal larga. este tipo de raíz es extremadamente rara en shipibo. solo sé de la existencia de las seis raíces que se muestran en (5). la mayoría de las palabras excluidas (véase las celdas grises) tienen arranques iniciales que hacen difícil la segmentación de la vocal que sigue. en el caso de la raíz /naːbβa/, el análisis solo incluyó aquellas realizaciones en las cuales la vocal larga pudo ser claramente segmentada de la consonante africada que le sigue. se descartó la palabra /ɖʐʊːnbβi/ (esp. de árbol) porque su sílaba inicial tiene una coda y por lo tanto, no se ajustaba al criterio de medir las vocales en sílabas abiertas. (5) Raíces polisilábicas con vocales largas a. naːbβa -ti ‘aumentar líquido’ (inF) b. ɖʐaːʂɨ -ti ‘aclimatarse’ (inF) c. ɖʐʊːkʊn ‘tos ferina’ d. ɖʐʊːnbβi (esp. de árbol) e. waːta ‘tía materna’ f. wiːki -ti ‘entrar en la pierna’ (inF) 47 Vocales orales 2.4.1 Algunas Ilustraciones de las Vocales Largas en esta sección voy a presentar algunos ejemplos de la duración de las vocales largas del shipibo. el espectrograma de la Figura 2-10 ilustra un ejemplo de la vocal larga [ɨː] dentro de la palabra [ˈkɨː.ti.bβʊ] ‘escudos’. esta palabra trisilábica está formada por la raíz monosilábica /kɨː/ ‘esconderse detrás de (algo o alguien)’ y por los sufijos /-ti/ (nmlZ) y /-bβʊ/ (pl). compárese la duración de la vocal larga de la Figura 2-10 con la duración de la vocal inacentuada que le sigue. hay una diferencia de casi 110 ms entre ellas.4 Figura 2‑10: [ˈkɨː.ti.bβʊ] ‘escudos’ en la Figura 2-11, tenemos otro ejemplar de una palabra trisilábica. sin embargo, esta vez la raíz que contiene la vocal larga es bisilábica: /naː.bβa/ ‘au- mentar líquido’. esta raíz aparece seguida por el sufijo /-ti/ (inF). nótese que la duración de la vocal larga es similar a la de la Figura 2-10. en esta palabra, también podemos comparar las diferencias de duración entre una vocal [aː] larga acentuada y una vocal [a] corta inacentuada. mientras la Figura 2-10 y la Figura 2-11 nos mostraron vocales largas en palabras trisilábicas, la Figura 2-12 nos presenta una vocal larga en una palabra 4 la duración des esta vocal larga también puede compararse con la duración de la vocal corta acentuada [ɨ] que ocurre en la palabra [ˈsɨ.kɨ.ti] ‘quebrar’ (véase el capítulo 9, sección 9.2.3). ambas vocales están acentuadas, pertenecen a una palabra trisilábica y aparecen en una silaba inicial. la vocal larga [ɨː] dura aproximadamente 80 ms más que la vocal corta [ɨ]. 48 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) bisilábica. Una vez más, la duración de la vocal larga sigue siendo similar a los casos anteriores. Figura 2‑11: [ˈnaː.bβa.ti] ‘aumentar líquido’ Figura 2‑12: [ˈnaː.ɖȥa] ‘nido’ (eV) en el espectrograma de la Figura 2-13 tenemos una vocal larga en una pa- labra monosilábica. el espectrograma representa la palabra [ˈnaː] ‘nido’. en este contexto, sí observamos que la vocal larga es aproximadamente 20 ms más larga que las vocales largas de la Figura 2-10 a la Figura 2-12. Ésta es un fenómeno que tiende a ocurrir en el shipibo y que es reflejado en los promedios de duración que se indican en la tabla 2-7. 49 Vocales orales Figura 2‑13: Vocal larga en palabra monosilábica ‑ [ˈnaː] ‘nido’ 2.5 Vocales en contacto con oclusivas glotales epentéticas y subyacentes con la excepción de las palabras dentro de compuestos, las oclusivas glotales usualmente aparecen entre vocales adyacentes en fronteras de palabras, especial- mente cuando no hay una pausa entre ellas. el espectrograma en la Figura 2-14 muestra un ejemplo de este tipo de oclusiva glotal (véase las estriaciones en el espectrograma entre las vocales adyacentes). Una oclusiva glotal, que se realiza como voz glotalizada, aparece insertada entre las vocales de las palabras adyacentes [ɖʐa.ˈbβɨ] ‘dos’ y [ˈa.ni] ‘grande’. el espectrograma de estas palabras se tomó de la oración [ɖʐa.ˈbβɨ ˈʔa.ni ˈbβa.wa.ɖʐa ˈjʊ.bβɨ.kan ˈbβi.kɨ] ‘el brujo trajo dos loros grandes’ (literalmente: dos grandes loros, brujo trajo). al interior de morfemas, las oclusivas glotales nunca aparecen entre vocales adyacentes. el primer caso puede verse en el espectrograma de la Figura 2-15, el cual nos muestra la palabra [ˈtɨ.a.mis] ‘adúltero’ (/tɨa/ ‘cometer adulterio’, /-mis/ agtZ). las líneas punteadas blancas en este espectrograma representan los formantes de las vocales. los muestro a fin de hacer más fácil la identifi- cación de las vocales adyacentes. además, debido a la dificultad de segmentar vocales adyacentes, solo indico sus símbolos fonéticos aproximadamente en el medio de sus duraciones. lo importante en este espectrograma es notar que en la sección correspondiente a la raíz /tɨa/ no ocurre ninguna oclusiva glotal entre las vocales. 50 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) Figura 2‑14: [ɖʐa.ˈbβɨ ˈʔa.ni …] ‘dos grandes…’ Figura 2‑15: /tɨa ‑mis / à [ˈtɨ.a.mis] ‘adultero’ las vocales adyacentes en las fronteras entre palabras dentro de un com- puesto tampoco muestran oclusivas glotales. es decir, con respecto a la oclusiva glotal, estas palabras se comportan como si fuesen parte de un solo morfema. el espectrograma en la Figura 2-16 presenta la palabra compuesta [ˈbβɨ.ɖʐʊ.i.sin] ‘conjuntivitis’, la cual esta formada por las palabras /bβɨɖʐʊ/ ‘ojo’ y /isin/ ‘en- fermedad’. no aparece ninguna oclusiva glotal entre estas palabras, aunque la primera termina en una vocal y la siguiente empieza en una vocal. 51 Vocales orales Figura 2‑16: /bβɨɖʐʊ isin/ à [ˈbβɨ.ɖʐʊ.i.sin] ‘conjuntivitis’ además de las oclusivas glotales insertadas cuando dos vocales aparecen ad- yacentes en las fronteras de palabras, los hablantes de shipibo usualmente añaden una oclusiva glotal al inicio y final de frases si estas empiezan o terminan en una vocal. lo mismo ocurre cuando las palabras se pronuncian en aislamiento (esto se debe a que palabras aisladas equivalen prosódicamente a frases). la Figura 2-17 nos presenta un ejemplo de este fenómeno: [ʔaˈkʊm.pa.naʔ] ‘cascabel’. las oclusivas glotales aparecen en el espectrograma como estriaciones verticales. Figura 2‑17: /akʊnpana/ à [aˈkʊn.pa.na] ‘cascabel’ (realizado como [ʔaˈkʊm.pa.naʔ]) 52 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) de este modo, como se puede apreciar, la mayoría de las oclusivas glotales son predecibles en shipibo. esto contrasta con el estatus de la oclusiva glotal en otras lenguas pano como, por ejemplo, el capanahua (elias-Ulloa 2009, gon- zalez (en preparación)). la única excepción a esta predictibilidad en el shipibo son algunos casos de sufijos en los cuales las oclusivas glotales son subyacentes (sobre la interacción entre las oclusivas glotales subyacentes con las nasales y semi- consonante, véase la sección 5.3). este tipo de oclusiva glotal ocurre en sufijos como /-ʔati/ (VZ1), /-ʔiti/ (VZ2), /-ʔibβat/ (psd2) y /-ʔiɖʐa/ (intens). los espectrogramas de la Figura 2-18 y la Figura 2-19 muestran ejemplos de los sufijos /-ʔati/ y /-ʔiti/, donde la oclusiva glotal tiende a realizarse como voz glotalizada. Figura 2‑18: /tʃɨː ‑ʔati/ à [ˈtʃɨː.ʔa.ti] ‘volver anémico (a alguien)’ (realizado como [ˈtʃɨː.a̰.ti]) algunos hablantes rara vez realizan los oclusivas glotales de sufijos como /-ʔati/ y /-ʔiti/. Un ejemplo de este tipo de hablante se da en el espectrograma de la Figura 2-20. este espectrograma muestra la misma palabra de la Figura 2-19, [ʔa.ˈɨ.ʔi.ti] ‘eructar’, pero realizada como [ʔa.ˈɨ.i.ti], sin la oclusiva glotal entre las vocales [ɨ] y [i]. Uno podría preguntarse si es que los sufijos /-ʔati/ (VZ1) y /-ʔiti/ (VZ2) realmente tienen una oclusiva glotal subyacente. Uno podría imaginarse un esce- nario alternativo donde se insertan las oclusivas glotales entre vocales adyacentes en las fronteras morfémicas. sin embargo, hay evidencia fonológica que señala que esta alternativa es incorrecta. primero, hay sufijos que realmente empiezan con una vocal (véase algunos ejemplos adicionales en (6)). cuando esos sufijos se añaden a una raíz que termina en vocal, no aparece ninguna oclusiva glotal. 53 Vocales orales Figura 2‑19: /aˈɨ ‑ʔiti/ à [a.ˈɨ.ʔi.ti] ‘eructar’ (realizado como [ʔa.ˈɨ.ḭ.ti]) Figura 2‑20: /aˈɨ ‑ʔiti/ à [a.ˈɨ.ʔi.ti] ‘eructar’ (realizado como [ʔa.ˈɨ.i.ti]) por ejemplo, tomemos el sufijo /-a/ (pp2) y agreguémoslo al verbo /katʊ/ ‘doblar’. la palabra resultante se muestra en la Figura 2-21. obsérvese que no hay una oclusiva glotal entre las vocales hetero-morfémicas [ʊ] y [a]. puede encontrarse evidencia fonológica adicional en favor del estatus sub- yacente de las oclusivas glotales en sufijos como /-ʔati/ y /-ʔiti/ en la interacción entre la asignación del acento primario y la silabificación. en shipibo, las oclusivas glotales nunca se realizan cuando aparecen adyacentes a una fricativa. si, por ejemplo, el sufijo /-ʔati/ se combinara con la raíz /bβakʊʂ/ ‘espuma’ la palabra 54 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) Figura 2‑21: /katʊ ‑a/ à [ˈka.tʊ.a] ‘doblar’ (PP2) resultante se realizaría como [bβa.ˈkʊʂ.a.ti] ‘hacer espuma’. esto se puede observar en el espectrograma de la Figura 2-22. si la oclusiva glotal no fuese subyacente, entonces esperaríamos que la consonante sibilante ocurriese como el arranque de la siguiente vocal pero entonces, la segunda sílaba ya no sería cerrada y el acento aparecería sobre la primera sílaba, *[ˈbβa.kʊ.ʂa.ti], pero como indica el asterisco, esto no es aceptable en shipibo. Figura 2‑22: /bakʊʂ ‑ʔati/ à [ba. kʊʂ.ʔa.ti] ‘hacer espuma’ (realizado como [ba.ˈkʊʂ.a.ti]) en contraste, si reemplazamos el sufijo /-ʔati/ por un sufijo que no empieza con una oclusiva glotal, como el sufijo /-a/ pp2, y lo añadimos a la raíz /bβakʊʂ/ ‘espuma’, la fricativa sibilante esta vez sí se silabifica como el arranque de la 55 Vocales orales siguiente vocal y el acento cae sobre la primera sílaba porque la segunda es abierta: /bβakʊʂ -a/ à [ˈbβa.kʊ.ʂa] ‘formarse espuma’ (verbo intransitivo - pp2). 2.6 el comportamiento de los formantes en vocales adyacentes: asimilación y coalescencia las vocales que aparecen adyacentes influencian sus formantes mutuamente. en shipibo, este fenómeno es particularmente fuerte en vocales adyacentes dentro de sufijos. es tan fuerte que las vocales muestran diferentes grados de asimilación y coalescencia. los datos en (6) presentan una lista de sufijos con vocales adyacentes. (6) lista de sufijos que contienen vocales adyacentes a. /-ai/ (pp1) b. /-ʔain/ ‘a, hacia’ c. /-bβain/ (and2) d. /-bβait/ ‘todo el día’ e. /-bβaʊn/ (Flpl) f. /-kain/ (and1) g. /-kɨan/ (FRUstR) h. /-mɨa/, /-kɨa/ ‘de, desde’ i. /-main/, /-mɨin/ (espc) j. /-nia/ ‘de, desde’ k. /-ʊa/ ‘de, desde’ l. /-painʊn/ ‘ojalá que’ m. /-paʊni / (Rem2) n. /-pɨkaʊ/ ‘después’ o. /-tian/ ‘cuando, en aquel tiempo cuando’ p. /-tiʊ/ ‘de tamaño similar a (un objeto)’ q. /-jaʊma/ (pRiV) tomemos el sufijo /-ai/ (pp1) para ejemplificar este fenómeno. este sufijo tiene una serie de posibles realizaciones fonéticas. puede aparecer como [-ai̯], [ei̯], [-e] o [-ɪ]. las últimas tres realizaciones ocurren más frecuentemente que la primera. es importante resaltar que solo las vocales dentro de los sufijos sufren este proceso. la misma secuencia de vocales dentro de una raíz o en la frontera entre sufijos, por ejemplo, no van a comportarse así. el espectrograma de la Figura 2-23 muestra un ejemplo claro de la asimetría entre vocales adyacentes en sufijos y vocales adyacentes en raíces. se trata de la 56 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) forma verbal [ˈba.i.ta.i], la cual está formada por la raíz /bait/ ‘volverse torrento- so’ y el sufijo /-ai/ (pp1). obsérvese que tanto la raíz como el sufijo contienen la secuencia vocálica /ai/. sin embargo, en el espectrograma, se puede observar que mientras la secuencia /ai/ en la raíz verbal se realiza visiblemente como dos segmentos, en el sufijo, la secuencia /ai/ se realiza como una sola vocal: [ɪ]. en la raíz verbal, se puede ver que el punto más alto del F1 el cual corres- ponde a la vocal [a] y el punto más alto del F2 que corresponde a la vocal [i]. en contraste, durante la duración del sufijo, el F2 se mantiene suficientemente alto como para poder aseverar que se trata de una vocal frontal. Figura 2‑23: /bait ‑ai/ à [ˈba.i.ta.i] ‘se vuelve torrentoso’ (PP1) (realizado como: [ˈbai̯.tɪ]) las vocales adyacentes en fronteras morfémicas se comportan como vocales adyacentes dentro de raíces. su grado de asimilación y coalescencia es mínimo cuando se les compara con lo que se observa dentro de los sufijos. los datos en (7) a (9) muestran secuencias /ai/ que ocurren en diferentes ambientes. ninguna de ellas ocurre dentro de las fronteras de un sufijo. en (7), la secuencia /ai/ ocurre en la frontera entre una raíz y un sufijo. en (8) y (9), ocurre en la frontera entre sufijos. en todos los casos, tanto /a/ como /i/ se realizan como dos segmentos: [a.i] ~ [ai̯]. (7) /bβana -i -wɨ/ à [ˈbβa.na.i.wɨ] sembrar -ir -imp ‘¡anda y siémbralo!’ (8) / bβana -ma -i -wɨ/ à [ˈbβa.na.ma.i.wɨ] sembrar -caUs -ir -imp ‘¡anda y haz(lo) que (lo) siembre!’ 57 Vocales orales (9) / bβait -a -iki/ à [ˈbβa.i.ta.i.ki] Volverse.torrentoso -pp2 -aUX ‘se volvió torrentoso’ (pasado para narraciones) el espectrograma de la Figura 2-24 muestra una instancia de la forma verbal de (9), realizada como: [ˈbai̯.tai̯.ki]. este ejemplo nos permite comparar la secuencia /ai/ dentro de la raíz verbal con la secuencia /ai/ formada por la concatenación de /-a/ (pp2) e /iki/ (aUX). en ambos casos, se puede ser claramente que sí se realiza cada una de las vocales de las secuencias /ai/ (obsérvese el comportamiento de los formantes F1 y F2). lo que observamos aquí contrasta con el comportamiento de la secuencia /ai/ en el espectrograma de la Figura 2-23. Figura 2‑24: /bait ‑a ‑iki/ à [ˈba.i.ta.i.ki] (realizado como: [ˈbai̯.tai̯.ki]) el comportamiento observado en el sufijo /-ai/ (pp1) en el espectrograma de la Figura 2-23 también se encuentra en diferentes grados en otros sufijos de la lista en (6). sin embargo, aquellos que tienen la secuencia /ai/ son los más conspicuos. en los sufijos que tienen la secuencia /aʊ/, las vocales adyacentes tienden a realizarse como: [aʊ], [əʊ] u [o] (la segunda realización es la que más comúnmente se escucha). las secuencias /ia/, /iʊ/, /ʊa/ y /ɨa/ usualmente se realizan como, dentro de sufijos, como [i̯a], [i̯ʊ], [u̯a] y [ɨə], respectivamente. 2.7 resumen en este capítulo he examinado y determinado las propiedades acústicas de las vocales orales del shipibo (tanto de las vocales cortas [a, ɨ, i, ʊ] como de las lar- gas [aː, ɨː, iː, ʊː]). las vocales se han caracterizado de acuerdo a su estructura de 58 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) formantes y su duración. para todas las mediciones, se tomó en cuenta el género de los hablantes. con respecto a su estructura de formantes, cada vocal fue definida en términos de F1 (el formante que indica la altura vocálica) y F2 (el formante que revela el grado de posterioridad de la vocal). como hemos visto, entre las vocales altas, la vocal frontal [i] representa una posición ligeramente más alta en el espacio vocálico que las vocales [ɨ] y [ʊ]. adicionalmente, el estudio encontró que la per- tenencia a una sílaba acentuada o a una sílaba inicial es un factor importante que afecta la estructura de los formantes de las vocales. las vocales en sílabas iniciales de palabra o en sílabas acentuadas tienden a ofrecer una mayor resistencia a la centralización. las vocales inacentuadas que no pertenecen a una sílaba inicial muestran un mayor grado de centralización. como en el caso de los formantes, el acento es un factor que influye en la duración de las vocales cortas. se mostró en los datos presentados que las vocales cortas tienden a durar un promedio de 100 ms mientras que las vocales cortas inacentuadas duran alrededor de 70 ms. las vocales acentuadas en segundas sílabas son ligeramente más largas que aquellas que ocurren en sílabas iniciales. las vocales largas, las cuales solo pueden ocurrir acentuadas y dentro de la sílaba inicial de las palabras, tienden a durar aproximadamente 180 ms cuando aparecen en palabras polisilábicas y 208 ms cuando aparecen en palabras monosilábicas. también se examinó las realizaciones fonéticas de las vocales adyacentes dentro de sufijos. estas vocales sufren diferentes grados de asimilación y coa- lescencia. por otro lado, cuando las vocales adyacentes ocurren en la frontera entre palabras, se inserta una oclusiva glotal. en contraste, cuando las vocales en contacto se encuentran dentro de la raíz, éstas no coalescen ni tampoco se inserta una oclusiva glotal. al caracterizar el comportamiento de las vocales adyacentes, el capítulo abordó el tema de la realización fonética de las oclusivas glotales, las cuales usualmente se manifiestan por medio de voz glotalizada sobre el final de la vocal anterior y el inicio de la siguiente. la distribución restringida y la casi opcionalidad en la realización de las oclusivas glotales subyacentes del shipibo parecen indicar que son segmentos que están desapareciendo del nivel fonológico. las oclusivas glo- tales subyacentes solo se han preservado en la sílaba inicial de ciertos sufijos. su realización no es obligatoria incluso en casos en que son subyacentes y en general se puede observar que algunos hablantes tienden a realizar las oclusivas glotales subyacentes más que otros. habiendo descrito las propiedades acústicas de las vocales orales, ahora nos concentraremos en los segmentos que las rodean: las consonantes. el siguiente capítulo examina las consonantes oclusivas del shipibo. 59 3. LAS oCLUSIVAS 3.1 Introducción como se muestra en la Figura 3-1, shipibo tiene dieciséis consonantes. la oclusiva glotal, [ʔ], aparece entre paréntesis debido a la distribución tan restringida que tiene (véase la sección 2.5). aunque tradicionalmente recibe el nombre de ‘oclu- siva’, su realización fonética usual es la fonación glotalizada, la cual se extiende sobre la sección final de la vocal precedente y el comienzo de la siguiente vocal. el símbolo [ʃ] representa una sibilante álveo-palatal y [ʂ], una sibilante retrofleja sorda. el símbolo [bβ] refiere a una africada bilabial sonora; [tʃ], a una africada álveo-palatal sorda; y [ɖʐ], una africada retrofleja sonora. Figura 3‑1: Las consonantes del shipibo 60 Una documentación acústica de la lengua shipibo-conibo (pano) en la mayoría de los trabajos del shipibo, las consonantes [ʃ, ʂ, bβ, tʃ, ɖʐ] se representan ortográficamente por las letras ‘sh’, ‘sḧ’, ‘b’, ‘ch’ y ‘r’, respectivamente. las semi-consonantes [j] y [w] usualmente se representan por las letras ‘y’ y ‘hu’ y las fricativa glotal sorda, [h], por la letra ‘j’. la oclusiva glotal solo se representa ortográficamente como ‘h’ cuando sigue a la letra ‘n’. en otros contextos, no recibe ninguna representación ortográfica (Faust 1990; loriot, lauriault et al. 1993). este capítulo discutirá las consonantes oclusivas, [p, t, k]. la oclusiva glotal fue presentada en el capítulo anterior (véase la sección 2.5 y la sección 5.3). el objetivo es la caracterización acústica de las oclusivas en términos de su (i) sono- ridad, (ii) modo de articulación y (iii) punto de articulación. 3.2 Las oclusivas el shipibo tiene tres oclusivas sordas: [p, t, k]. estas consonantes solo pueden aparecer como arranques de una sílaba. en los datos en (10) se ofrecen pares mínimos cuya única diferencia es la elección de la oclusiva sorda. (10) a. [pa.ˈna] ‘cortina de estera’ b. [ka.ˈna] ‘relámpago’ c. [ˈta.wa] ‘cañabrava (esp. de vegetación)’ d. [ˈka.wa] (esp. de planta) e. [ˈta.ma] ‘maní’ f. [ˈpa.ma] (esp. de árbol) la articulación de una consonante oclusiva involucra tres momentos o fases: (i) oclusión o cerrazón, (ii) explosión y (iii) tiempo de inicio de la voz (al cual se le conoce en el campo de la fonética acústica como Vot, debido a su sigla en inglés Voice onset time). Ya que en shipibo, las oclusivas son sordas, las tres fases involucradas en su articulación no están acompañadas por vibraciones de las cuerdas vocales. en la fase de oclusión, los articuladores entran en contacto en algún punto dentro de la cavidad oral e impiden la salida del aire por la boca. en los espectrogramas, la fase de oclusión de las oclusivas sordas se caracteriza por una carencia de energía acústica, lo cual visualmente se representa como un espacio blanco. esta característica espectrográfica se puede observar en la Figura 3-2, la cual muestra la palabra shipiba [pi.ˈka.ti.ka.na.i] ‘comieron’ (realizada como [pi.ˈka.ti.ka.nei̯]).1 la ausencia de la barra de voz indica la naturaleza sorda de las 1 para más información sobre la diptongación final que se observa en la realización de la palabra [pi.ˈka.ti.ka.nei̯], véase el capítulo 2, sección 2.6. 61 las oclusivas oclusivas del shipibo. si las oclusivas del shipibo fuesen sonoras, mostrarían una barra de voz, es decir, aparecería energía acústica usualmente bastante debajo de los 500 hz. las oclusivas sordas [p, t, k] aparecen transcritas en la parte inferior del gráfico y encerradas en un círculo. Figura 3‑2: Consonantes oclusivas de la palabra [pi.ˈka.ti.ka.na.i] ‘comieron’ 3.2.1 Mediciones de duración de las oclusivas la duración de la fase de cerrazón de las consonantes oclusivas varía de acuer- do a si es velar o no. la oclusiva