Pontificia Universidad Católica del Perú Departamento de l-Iumanidades +~THZ84/ g+ LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN Y LOS CENTROS DE DOCUMENTACIÓN DE LAS ONGs EN AMÉRICA LATINA: UNA VISIÓN COMPARATIVA, 1960-1990 Laura hurtado Galván Serie Temas de Biblíotecología e Información N' 3 Lima, 1997 l-lurtado Galván, Laura Los sistemas de información y los centros de documentación de las ONGs en América Latina: una visión comparativa, 1960-1990. -- Lima: PUCP. Departamento de Humanidades, 1997. 2 I p. ; 25 cnl. —(Ten&as de Hihlioíecología e l a I el nraci&íll; ao. 3) Pontificia Universidad Católica del Períí Av. Universitaria cuadra 18 s/n, San Miguel - Lima, PERÚ Apartado 1761 — Lima 100 - PERÚ "Los sistemas de información y los centros de documentación de las ONGs en América. Latina: una visión comparativa, 1960-1990"' Laura I-lurtado Galván' Introducción Antes que nada. , quiero expresar que me siento muy contenta de retornar a esta sala de grados donde tuve la oportunidad de estar la última vez, hace 13 ar&os, cuan' defendí mi tesis de hi.storia sobre la iglesia cusqueíxa en el primér tercio del presente siglo XX. Dicho trabajo fue producto de mis afros de archivo en el Arzobispado de Cusco. Fue justamente el hecho de participar en la organización del archivo arzobispal, durante tres aAos, que me ayudó a decidir a seguir estudios de bibliotecología y de documentación, interesándome en la información como un recurso intelectual del presente y como un arma estratégica para pensar. el futuro. Sin embargo, en el aAo 1982, no se había abierto todavía la especialidad de Bibliotecología en esta Universidad y la especialidad en la Universidad de San Marcos, la antigua Escuela d.e Bibliotecarios, se encontraba en su periodo de traspaso y de reorganización. Por lo tanto, las condiciones del país, en aquella ocasión, determinaron que realizara Conferencia olrccida cn la Facultad de Letras y Ciencias l-lumanas de la Pontiltcia Universidad Católica del Períí el 16 de novieml&re dc 1995. Especialista en Sistemas rle información para América Latina. estudios en el exterior. Durante mi estadía en Europa, en- tre 1982 y 1985, mis prácticas profesionales en diferentes centros de documentación especializados en temas sobre el desarrollo económico y social hicieron despertar un interés hacia el mundo de la documentación. Definida esta por Nuria Amat como una ciencia moderna e interdisciplinaria que estudia la producción, organización almacenamiento, recuperacion y difusión de la información. Dos hechos tuvieron impacto en mi formación: En aqueHos aA.os tuve la oportunidad de participar -a través cle talleres y reuniones de trabajo- con un grupo de documentalistas europeas en el proceso de informatización de sus centros de documentación, puesto que los computadores personales habían salido al ~nercado y empezaban a ser accesibles a instituciones pequeñas que no necesariamente tenían que disponer de un centro de cómputo. Estoy hablando del agrio 1984. Las documentalistas de estas ONGs europeas (Freres des Hommes, CCFD, Cen- tre Lebret, IDOC, GRET, etc.) que trabajan en la línea del Nuevo Orden Internacional de la Información y las necesidades del Tercer Mundo, se habían propuesto informatizar sus centros de documentación pero bajo la modalidad de hacer. un trabajo coordinado, cuya primera opción era elaborar un vocabulario común sobre los temas del desarrollo relacionados con. su quehacer institucional, El segundo hecho, fue el haber participado en forma activa en la creación de una red sobre Información Alternativa para el Desarrollo, Interdoc, promovido por los mismos centros pero donde participaban directamente las ONGs de América I.atina, Asia y Africa. Al interior de esta red, destacaban dos experiencias pioneras de bases de datos. Ambas eran comunes al trabajar la prensa y provenían de América Latina: el banco de datos de Deseo del Perú y de las bases de datos de Ibase de Brasil, incluso resultaron ser excelentes ejemplos que denotaban un marcado dinamismo e innovación para las instituciones europeas interesadas en los asuntos de procesamiento de información. Recuerdo que estos casos sirvieron para demostrar que se podía trabajar directamente con la tecnología que en esa época era de punta, sin necesidad de pasar por una tecnología intermedia, inspirada en el discurso: "fhe small is beautiful". Si señaloesto, es porque por más de cinco años,la ONG italiana. IDOC impartía cursos de documentación a las ONGs del Sur, proponiendo tecnologías intermedias como el sistema oasis, un sistema semiautomático de clasificación que utilizaba aparatos manuales ópticos con fichas que superponían para asociar la idea-tema que describía y analizaba el documento con. el número correlativo que servia para ubicarlo. El sistema oasis, que no era caro en comparación al costo del computador significaba una propuesta de transferencia tecnológica para los centros de documentación con pocos recursos como las ONGs del Sur. No obstante, el hecho de que las ONGs del Sur se hayan decidido a utilizar la tecnología disponible en el mercado, sin pasar por paquetes intermedios, trajo en consecuencia, modificar los discursos ideológicos del NOMIC y más bien, obsérvar hacia dónde llevaría este proceso. Este lado innovador fue lo que me hi.zo decidir -cuando regresé al Perú- de trabajar con las ONGs. En aquellos años,las ONGs disponían de facilidades para. equiparse con. Ios computadores personales. Además, por parte de los centros de Interdoc (eramos cerca de 40 centros) existía el compromiso de desarrollar una red de información al inte- rior de cada país miembro. Fue así como me vinculé directamente con las ONGs, aunqüe mi experiencia fue muy distinta a lo que pude tener en Europa. Las ONGs del Sur El problema fundamental era que no necesariamente las ONGs se interesaban en la documentación. Más bien, ésta aparecía como la cenicienta: era una actividad secretarial o simplemente era una activi. dad apéndice de investigación. Los centros de documentacióh se constituían por el intercambio de documentos y de publicaciones que las ONGs circulaban entre sí de una forma asidua y constante, como una forma de dar a conocer sus productos, no siempre acabados pero eran testimonios de sus experiencias de campo, de su trabajo directo con diferentes tipos de organizaciones sociales y donde muchas veces, la asesorías y cursos de capacitación que brindaban habían servido para sistematizar un conocimiento disperso y poco articulado. El quehacer directo con otro tipo de interlocutores, diferentes al ci.entífico acostumbrado por su formación al mundo de las bibliotecas, significaba desarrollar un trabajo de documentación relacionándolo con las necesidades de la institución, tomando en cuenta dos elementos: el contexto y los interlocutores. De aquí se desprende que la razón de existir de un centro de documentación de la ONG no venía por el hecho de tener una biblioteca bien organizada con libros sino el reto provenía de qué manera, el centro resultaba útil a la institución con la información actua- lizada en los temas de su interés. De allí, una tarea fundamental era recuperar la documentación a la que 1os propios investigadores y promotores sociales tenían acceso y que era la informació~ de mayor demanda. en el momento. De allí su necesidadl que empezara. a circular en forma menos personalixada y que fuera accesible. Había que mostrar el lado dinámico de la información y d ocumenta ción: la recuperación y el acceso Algo que ayudó mucho y que resultó estratégico fue ell apoyo que brindaban los investigadores, puesto que eran a los que más le interesaba disponer de una documentación organizada y actualizada. Sin embargo, el salto cualitativo de los centros de documentación fue dado por el paso de las ONGs de un origen militante enracimado en la educación popular a una nueva etapa de institucionalización caracterizada por ]a capacidad de elaborar propuestas y proyectos más técrucos sobre bases profesionales e interdisciplinarias. Características de los centros de documentaciún de las ONGs Los centros de documentación se caracterizan por recuperar y organizar una información que viene de lla literatura gris, por lo cual suele ser difícil de identificar y obtener. Los fondos documentales se constituyeron por los documenios que los propios investigadores disponían como bibliotecas personalizadas y eran muchas veces documentos anónimos, informales, comunicaciones y ponencias que daban cuenta de los avances de investigación o de los temas en debate. Por lo general, se trataba mucha documentación sobre la. coyuntura, más que estudios de largo plazo. Se - disponía así de una. rica información, a través de les informes y reportes, que daba cuenta de experiencias similares en los países latinoamericanos en las diferente~ disciplinas de las ciencias sociales. Los eventos tipo seminarios, congresos y talleres de estudio y las pasantías de formación de capacitación eran las modalidades propicias para recuperar una información cuyo acceso no era del todo transparente por. no estar circulando necesariamente por los circuitos comerciales. Se puede afirmar que los centros podrían ser los depositarios de los "co1egios invisibles" de los profesionales académicos e investigadores. Otra característica de los centros era su nivel de polivalencia. No necesariamente tenían. que dedicarset pxcluslvamen. te a la organización documental. sino los archivos de prensa ela otro soporte importante, organizado por temas relacionados con la coyuntura, los hechos sociales, políticos y económicos, o que cubría una determinada especialidad que era motivo cle un seguimiento especifico. La elaboración de las bases de datos factuales era oha línea prioritaria debido al propio trabajo de análisis de la coyuntura que las ONGs realizan. Al trabajar preferentemente a esca1a micro y local, la manera de procesar esta información llevaba a confrontar y verificar con la información de las estadísticas oficiales. Las cliapositivas y los audiovisuales, Ias fotos, los mapas, vid- eos y cassettes grabados eran otros soportes y fuentes de información. Generalmente este conjunto de soportes documentales obedecían a. necesidades pragmáticas de la institución y muchas veces eran organizados bajo formas artesanales. Donde sí se trabajó de forma más normalizada y profesional fue en la elaboración de bases de datos bib1iográficas. La referencia fueron los sistemas de información de Naciones Unidas para adoptar formatos de tratamiento bibliográfico, como el de la CEPAL, los vocabularios controlados como el de la OCDE y los sopol tes lógicos para el procesamiento y organización de las bases de datos como el sistema lsis de la Unesco. Demás está decir que en 1992, la mayoría de 34 centros de documentación entrevistados (en Argentina, Bolivia, Ch. .ile, Peru. , Colom- bia, Ecuador) utilizaban dichas herramientas. Otro ingrediente interesante fue la experimentación del correo electrónico, antes de linalizar Ja década del ochenta, gracias a Deseo, en especial a la iniciativa de Mario Padrón, muchas ONGs recibieron los pri. meros cursos de telemáticp. Este programa de formación visualizaba la computadora no solamente como un instrumento para almacenar datos sino como una herramienta para comunicar informacion. Concebir la computadora como un medio para coordinar acciones con instituciones, grupos y personas fue otro ingrediente que le dio mucho dinami. smo al sector documentación y comunicación. Muchas ONGs habían. participado en sus primeras teleconferencias y empezaban a formalizar sus redes temáticas introduciendo el correo electrónico como un elemento que agilizaría procesos de interacción. Me estoy refiriendo a los arcos 1987 y 1989. Ta J vez por el hecho de ser instituciones pequeñas y especializadas las .hacía más flexibles y abiertas para modernizarse tempranamente. Por supuesto, la ayucla recibida de la cooperación internacional facilitaba la clisponíbllí dad cle recursos fleIl te a Un Estado empobrecido para el caso def Perú' y Bolivia o frente a un Estado- dictadura para el caso de Chile. Sin embargo, el éxito, de lo que llamo la modernización temprana de los centros de documentación, radica sobre todo en el trabajo de articulación entre investigadores, documentalistas e informáticos que se generaba al interior de la ONG. Este trabajo interdisciplinario hizo que estilos, ritmos e intereses diferentes encontraran un espacio de intercambi. o, aprovechando la sinergía de estos profe- sionales para consolidar los centros de documentación en un perspectiva de largo plazo, Pero también existieron otros factores que ayudaron enormemente a dar legitimidad a los centros; primero, que los centros de documentación respondieran a las nece- sidades de la institución y segundo, que sirvieran de apoyo a los beneficiarios del centro. En mi opinión, estos requisitos fueron indispensables para que los cendocs alcanzaran los mismos niveles que la función de inves tigación y de promoción desernpefiaban al interior de las ONGs. Por último, por el tipo de identificación con un usuario no necesariamente perteneciente al mundo urbano, ni académico, e] centro de documentación, muchas veces actuaba como intermediario con el sector mayoritario de la población, tal vez con el fin de llenar la brecha de lo que todavía en nuestros países predominan: aquellos que tienen acceso a la educación superior de calidad y los que solamente se benefician de una educación masificada, centralizada y limitada en recursos y en conocimientos. Los sistemas de información desde arriba Sin embargo, analizar y sistematizar las experiencias de documentación de las ONGs no era suficiente por sí solo. Estos centros de documentación venían a ser el ul. timo eslabón de un patrimonio documental mucho más vasto, alimentado por una tradición histórica, nacida justamente con la creación de las repúblicas latinoamericanas. Me estoy refiriendo a las bibliotecas nacionales en el primer tercio del sig/o XIX luego al finalizar. el mismo, nacen las primeras bibliotecas pÚblícas en Algentlna con Domingo Sarmiento. Seg uidamen te destacan más adelante las biblioteca s universitarias a partir de 1950 en adelante y los centros de información especializados en ciencia. y tecnología o Ios sistemas regionales de información especializados pertenecientes al ámbito de las Naciones Unidas. En este universo amplio había que investigar cuál fue el momento de despegue de la formación profesional hacia la creación de una infraestructura bibliotecológica latino- americana. Este momento fue nada menos que los ar~os 60. Dos personajes tuvieron mucho que ver en todo este despliegue de proyectos debibliotecas en la región: Marietta Daniels Shepard, con su Programa de Bibliotecas desde la OEA y el argentino Carlos Víctor Penna desde la Unesco. Hay que recordar, que fue la época de la planificación educativa con la Alianza para el Progreso, con lo cual se disponía de financiamientos considerables para todo lo que se tratara de proyectos de centralizar las actividades de adquisicioües, de procesamientos técnicos y el sistema de préstamo de las bibliotecas universitarias. Asimismo, se impulsaron las biblioLecas escolares como órganos dependientes directamente de los Ministerios de Educación Ell. la década del setenta, se dio prioridad a la creación de los sistemas de información de ciencia y tecnología a partir de los Conacyts, Conicyts, Concytecs, entidades que dependían directamente de las Secretarias o Ministerios de la Presidencia. Quiero destacar también que, entre 1960-1975, fue una época muy rica de debate, de intercambio y de propuestas 13 sobre cuál era el sistema que mejor se adecuaba a cada país según su realidad. Penna promovía la integración del patrimonio documental existente en cada país, . a través de los servicios de archivos, bibliotecas y centros de documentación recayendo las cabezas de este sistema integrado en manos de las biblioteca nacionales. Penna argumentaba que la integración de los servicios de bibliotecas y de información, representaba en los países en desarrollo, una condición sirve qun. no&z para el desarrollo planificado de un sistema nacional de información y esto ayudaría al control y al acceso de sus recursos bibliográficos y documentales. Esta propuesta de una planificación que integrara el conjunto de servicios de información se apoyaba en un espíritu normativo y tecnocrático que otorgaba al Estado el peso de actor principal en lo concerniente al desarrollo. Sin embargo, esta propuesta no prosperó. Más bien la cooperación internacional dio prioridad al desarrollo de los sistemas nacionales de información en ciencia y tecnología como los vectores para la transferencia de la información especi. alizada entre las comunidades científicas de distintos países. La. preocupación estuvo centrada en el acceso a la iníormación, debido a la tasa de incremento en la cantidad de publi. caciones que aparecían, así como en la expansión enorme de conocimientos cien. tíficos. A pesar de las prioridades adoptadas por los gobiernos en favor del desarrollo de la ICyT, esto no ha traído como consecuencia: ni un fortalecimiento de la capacidad de innovaciones tecnológicas, ni la creación de una infraestructura capaz de generar clemandas en un proceso de industrialización y de desarrollo económico. Más bien, predominó ia dimensión científica frente a los "aportes" tecnológicos que hubieran tenido un mayor uso e iI~ipacto en relación cón las necpsldBcles de las socleclBcles el, c1esallollo. Saracevic, enumera una serie de factores que limitaron la acción de los CONACYTS: la falta de un real reconocimiento de la lCyT como un elemento necesario para el desarrollo. la inestabilidad política aclrninistrativa ha obstaculizado una permanencia de los proyectos conduciendo más bien a una elaboración constante de planes y diagnósticos. la información disponible es insuficiente. Al respecto más fácil resulta buscar la documentación en el extranjero que en e1 propio país de origen. la cluplicidad de tareas y de funciones por falta de una acción coordinada en tre las instituciones. A pesar de estas observaciones generales, cabe destacar algunos ejemplos de sistemas nacionales de infollTIBclórl en América Latina que se han consolidado a través del . tiempo. Uno de ellos lo podem. os encontrar en Colombia, en el sistema de información coordinado por COLCIENCIAS y el otro es el caso de la Biblioteca Nacional de Venezuela. El primer caso, se basa en la prioridad dada a la educación superior a través del apoyo estratégico otorgado a la consolidación de las bibliotecas universitarias centralizadas y a las unidades de científicas de especialización en el sector agricultura, salud, energía, in- dustria, pata nombrar solamente algunas. Se dio un énfasis especial a la normalización y a la elaboración de formatos de comunicación entre los diferentes subsistemas existentes. Las unidades de información especializadas fueron fortalecidas como soportes estratégicos para el desarrollo de la investigación. científica. Hoy día Colciencias ha dado prioridad al desarroJlo de una red de investigadores a través del. lnternet, financiando proyectos donde el factor de conocimiento, valor agregado y de calidad total sean requisitos indispensables para consolidar la producción del conocimiento científico en Colombia. Por su parte la Biblioteca Nacional de Venezuela ha logrado en sus veinte afros como sistema desarrollar una red de bibliotecas públicas en sus 23 estados como centros cultura1es, logrando canalizar fondos presupuestales de las gobernadurías para el fortalecimiento de estos espacios de lectura y de recreación cultural al .interior de sus pueblos. independiente de la preocupación de los recu& sos que se dispuso para la formación de un acervo actualizado cle sus colecciones, de la dotación de locales adecuados, de la infraestructura logística moderna apropiada, se ha trabajado mucho en la formación del personal local para la conducción de estos servicios. Este cuerpo de coordinadoras estaduales asegutan el funcionamiento integral de estas bibliotecas. Comparando este sistema nacional de bibliotecas publicas, creo que Venezuela tiene en sus 23 estados, lo que el Centro Coordinador Departamental de Bibliotecas Públicas que desde la biblioteca muni. cipa. l de Piura ha venido de- sarrollado en 30 a~&os de trabajo a través de su gobierno local. Además, por la acción propia de la BN de Venezuela ha logrado consolidar el patrimonio documental (bi- bliográfi. co y no bibliográfico) venezolano y a través de su catálogo colectivo informatizado, la información de cerca de 50 instituciones universitarias y de la administración pública, es accesible y consultable en línea Claro que Venezuela se ha beneficiado enormemente del roj. po]ítico y carismático de su directora, la Sra. Betancourt. : Sin em- bargo, uno de los aportes que ha generado esta experiencia, es justaménte trabajar la información desde su contenido de la tomá de decIsioiaes políticas. Dicha experiencia la ha compartido a través de la Asociaciói~. de las BNs de América 1 atina, ABINIA y hoy día muchas de las directoras negocian proyectos de irlformación directamente con los ministros y las altas esferas del gobierno, como el Congieso y otras dependencias. Es a1go que se puede percibir, en los últimos tieinpos, en la gestión que yiene deselnpelIando la actual directora de la Biblioteca Nacional de1. Perú, Marta Fern ández. No puedo extenderme demasiado, he hecho una breve 'síll tcsls, ahola pasaI. ÍB B enÜIrlcl. al BlgunBs conclusiones a las cuales llegué al compárar ambos modelos. Conclusiones Los proyectos de desarrollo en la década del sesenta y --. setenta fueron elaborados desde distintas i..nstancias estatales obedeciendo más a una racionalidad tecnocrática fund. amentad. a en una planificación de tareas y funciones y rigiéndose básicamente en una normatividad técnica. Muchos de los proyectos respondieron xri.ás a una necesidad de probar modelos bajo una. lógica formal que responder a las necesidades sentidas de la población, colocando un énfasis homogenizador. frente a una realidad diferenciada y heterogénea. . No se tuvo la preocupaci. ón fundamental de clear uria infraestructura bási. ca de bibliotecas y cle servicios de información inserta en criterios de ciudadanía y a escala 'nacional. ' l7 l as iniciativas desplegadas por el Fstado y la cooperación internacional estuvieron marcadas dentro de una óptica principalmente educativa. Al otorgar un espe- cial peso a los Ministerios de Educación como impuisores para el desarioilo de las bibliotecas, éstas-ya de por sí están siendo encajadas dentro de un sentido utilitario. de formacion básica del individuo. Se insiste'poco que la biblioteca es un soporte clave para el proceso de formación humana, no lográndola inscribir así en el largo plazo y más bien circunscribiéndola dentro del marco escolar y educativo, sin vislumbrar su rol como elemento activo para t forjar una formación ciudadana del individuo. Esta persistencia de un enfoque sectorial conlleva también a que predominen los aspectos funcionales de organización y de procedimientos técnicos frente a un trabajo' de sen- sibilización de una demanda de información que puede incluir las necesidades del hombre comía. La visión integradora de encontrar. puntos comunes de los archivos, bibliotecas y centros de documentación'se presentó en los debates internacionales como uva propuesta para asentar un patrimonio documental de las distintas t ' unidades de información. Fi& la práctica esta 'propuesta idealista que, significaba hacer tiabajar a un cuerpo de profesionales, acostumbrados cada uno a sus técnicas específicas de su carixpo y poco propicios á compartir, no logró despertar el interés de las autoridades guber- namentales para que inviertan en el desarrollo de estos servicios, debido a que el enfoque de la misrná estuvo básicamente orientado al cuerpo profesional. Más bien la creación de los Conacyts como. entidades independientes de las universidades y relacionadas con algíín ministerio específico de la Presidencia o .de la Secretaría Técnica. expresaban de por sí. un interéS particu- lar de parte de los gobiernos en. apoyarlas. Además el contexto internaciona1 de la profesión fue propicio para I 'canalizar fondos de la asistencia técnica de la cooperación y participar en uiia foxinacióí~ profesional que presentaba cal áctelísticas ínnovadoras 13ajo este panorama las experiencias que, tuvieron éxito fuexon aquéllas que lograron involucrar al poder centxa1 de los tomadores de decisiones políticas. La mayoría de las veces estos espacios están reservados a los proyectos de infraestructura y de grandes invérsiones. Asimismo, a - menudo- sucede que muchos acuerdos para realizar proyectos de desarrollo quedan inscritos en una firma provisoria esp eraüd o tener la aprobación final o figura solamente a manera de recomendaciones como producto de una asamblea o de una reunión internacional. El factor casi. permanente de la inestabilidad inshtucional ocurrida piar cambios limita y txaba una continuidad para la implementación y ejecución de los mismos. t ' Por su parte, las actividades que las ONGs desaxxoHan toman muy. en cuenta las condiciones del entorno y las necesidades de. la población-meta. .Esta. adecuación al contexto''y Ia identificación con los sectoxes sociales mayoritarios . ha permitido forjar un conocimiento y experiencia no sólo en e! tratamiento c1e las necesidades básicas y comprensión del mundo local sino en la manera cómo las ONGs 'participa» e intervienen directa o indirectamehte en la construcción de puentes que canalicen la demanda social. Sin embargo, muchas veces esta. fuerza social, restringe el efecto multiplicador de sus acciones. La .tendenci. a natural de mostrar eficacia ante lo inmediato y de elaborar respuestas, servicios, productos de corto plazo hace que las actividades no se inserten en líneas de trabajo de mayor estabi)idad y envergadura. De otro lado, las nuevas condiciones del contexto internacional, de una. economía abierta de mércado, restringen la acción de la cooperación y de las agencias financieras de desarrollo, planteandoles a las ONGs un cambio de orientación de sus iniciativas de recoger la demanda social, sedimentando y construyendo un microcosmo que muchas veces por la multiplicidad de sus acciones conforman una. galaxia. Esta galaxia de centros de promoción y desarrollo puede parecer precario por su tamaño y volumen, y voluntarista por su empeA. o de trabajar con los sectores mayoritarios sin abrirse y concertar con otros sectores de la sociedad, como son las universidades, las empresas, los gobiernos, locales, las entidades gubernamentales. A pesar. de que ambas experiencias en materia. de información no han apuntado a romper las barreras culturales que traban y limitan el acceso y conocimiento del patrimonio documental, lo que tienen en común es que han dado prioridad a la construcción de una oferta y reservorio de información, sea ésta especializada acuerdo a sus campos de interés o sea. mas bien amplia, intentando de responder a las necesidades locales de una población- meta, aunque sea en forma mediatizada. Por último, 1o que se hace mas bien necesario de rescatar y de aprovechar es la riqueza de los proyectos: multiplicar los resultados exitosos a través de la construcción, intercambio y difusión, involucrando no sólo a los que toman decisiones, gestionan y aseguran el funcionamiento de los proyectos, sino involucrar a los beneficiarios de los mismos. Es una tarea que implica esfuerzos de concentración y de construcción 20 de puentes entre ambos modelos, desde arriba y:desde abajo, presentandose las redes como los espacios propicios para diluir las fronteras instituciona]es.