Ciudades intermedias y desarrollo territorial José Canziani y Alexander Schejtman, editores © José Canziani y Alexander Schejtman, 2013 © Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2015 Av. Universitaria 1801, Lima 32, Perú Teléfono: (51 1) 626-2650 Fax: (51 1) 626-2913 feditor@pucp.edu.pe www.fondoeditorial.pucp.edu.pe Diseño, diagramación, corrección de estilo y cuidado de la edición: Fondo Editorial PUCP Primera edición: abril de 2013 Primera reimpresión: setiembre de 2015 Tiraje: 500 ejemplares Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores. Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2015-13002 ISBN: 978-612-4146-29-9 Registro del Proyecto Editorial: 31501361500976 Impreso en Tarea Asociación Gráfica Educativa Pasaje María Auxiliadora 156, Lima 5, Perú Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial José Canziani1, Bruno Revesz2 y Pedro Belaunde3 Introducción En esta exposición, que presenta los resultados preliminares de un estudio de caso, nos ha interesado analizar las dinámicas urbano-rurales en la región Piura y las inte- rrelaciones entre el desarrollo de los centros urbanos y su vínculo con el espacio rural. Asimismo, nos propusimos explorar las raíces históricas que generaron en la región un singular sistema de ciudades, que configura una red que articula el territorio y sus diferentes ecosistemas. En especial, nos interesó el rol y el potencial que esta red de ciudades intermedias tiene y puede tener a futuro para el desarrollo territo- rial regional, como también analizar las posibles estrategias para consolidar esta red, posibilitar un desarrollo sostenible y permitir que este se extienda y articule con las regiones de la serranía piurana, que viven una marcada situación de marginación y empobrecimiento (Canziani, 2007). Este trabajo es fruto de un intercambio interdisciplinario que busca relacionar y enriquecer los puntos de vista que provienen de la disciplina del urbanismo y de los estudios territoriales, con las perspectivas que provienen de las ciencias sociales y, especialmente, de quienes han tenido un importante rol en el estudio de la historia y en la promoción del desarrollo rural regional. 1 Profesor principal del Departamento de Arquitectura de la PUCP / jcanziani@pucp.edu.pe 2 Investigador principal del CIPCA (Centro de Investigación y Promoción del Campesinado) / brevesz@cipca.org.pe 3 Profesor principal del Departamento de Arquitectura de la PUCP / pbelaunde@pucp.edu.pe Ciudades intermedias y desarrollo territorial 110 1. Una ecorregión diversa La región Piura4, ubicada geográficamente en el extremo norte del Perú, se caracte- riza por la presencia de una gran diversidad de ecosistemas. Esta singularidad deriva de su condición de área de transición entre las regiones desérticas costeras del norte peruano, y las regiones húmedas y tropicales que se encuentran hacia el Ecuador. Destacan de esta región los siguientes aspectos: la presencia en el mar tanto de las aguas relativamente frías de la corriente de Humboldt y, más al norte, de las corrientes cálidas de aguas tropicales que incrementan su presencia durante los eventos de El Niño; la escasa elevación de las cadenas montañosas de los Andes, que no superan los 3500 metros sobre el nivel del mar (msnm), con facilidades de paso transversal, como en el abra de Porculla a tan solo 2400 msnm; la ausencia en las zonas altoandinas del piso ecológico de puna y más bien la presencia de un páramo frío y húmedo; la relativa proximidad de la Amazonía al litoral del Pacífico (poco más de 200 km); y el desarrollo de una selva alta en la vertiente occidental de los Andes (Collin Delavaud, 1984; Ferreyra, 1986; ONERN, 1970, 1978, 1985; Pulgar Vidal, 1966; Troll, 1958). Todas estas condiciones geográficas generan multiplicidad de ecosistemas y de recursos, pero también facilidades de desplazamiento, de relación e intercambio en una región de fronteras biológicas y culturales, si bien hay que subrayar críticamente la progresiva marginalidad impuesta a las zonas correspondientes a la sierra piurana. Al establecer la relación entre la red de ciudades y los distintos espacios ecológicos presentes en la región Piura, hemos asumido la identificación que proponen Revesz, Larrea y Oliden (2010) al caracterizar estos distintos espacios ecológico-económicos y que definen como el espacio litoral, los valles agrícolas costeños y la sierra andina, a los que hemos agregado el espacio del bosque seco, por su relativa importancia y estrecho vínculo con el espacio de los valles agrícolas como con el espacio litoral5. 2. El espacio litoral Históricamente, el espacio del litoral piurano ha desempeñado siempre un papel tras- cendental en el proceso de poblamiento y en el desarrollo económico de la región. La extensa franja del litoral, con sus más de 360 km de longitud, se caracteriza por una gran variedad morfológica, en la que destacan acantilados abruptos cortados por la erosión marina, bahías, cabos y bajos rocosos, y playas de arena. En algunos casos, 4 Si bien nuestro estudio se centra en la región Piura, asumimos el criterio de otros investigadores que comprenden con razón también a Tumbes como parte de una misma región (Aldana & Diez, 1994). 5 Este planteamiento es sustancialmente coincidente con el de Aldana y Diez (1994, p. 24), que incluye entre las zonas de vida de la región a la del bosque seco tropical, a la que denomina «despoblado costeño». 111 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial cuando las lluvias se intensifican en la región y los ríos se desbordan, se forman o se extienden amplias lagunas relativamente próximas al litoral, fenómeno que se ve favorecido por la presencia de depresiones y antiguos cauces de ríos, como sucede con las lagunas Ramón y Ñapique, así como estuarios de aguas salobres como el de Virrilá, que constituyen un especial espacio ecológico y hábitat para una gran variedad de peces y aves endémicas y migratorias (Bernex & Revesz, 1988, p. 79). En esta zona también hay relictos del ecosistema de manglares propios del extremo norte, como el que se conserva en San Pedro, en la provincia de Sechura. Litoral Valle agrícola Sierra andina Mapa de Piura señalando los principales espacios ecológico-económicos y su relación con el emplaza- miento y articulación de la red de ciudades. El mar del litoral de Piura se caracteriza por el debilitamiento de las corrientes frías de Humboldt y por la incidencia de las aguas cálidas de la contracorriente que proviene del mar tropical ecuatorial desde el norte. Estas particulares condiciones Ciudades intermedias y desarrollo territorial 112 del mar piurano inciden en la variedad de especies presentes en él y explican su notable riqueza, por lo que la pesca constituye una importante actividad y una permanente fuente de abastecimiento de recursos marinos, de escala regional y nacional. Esta zona ofrece variados recursos pesqueros, los que fueron aprovechados desde fechas remotas, mientras sus caletas y zonas abrigadas de mar sirvieron de asentamiento a comunidades de pescadores, al igual que como puertos para inter- narse en el mar y de escalas en la navegación de cabotaje y de altura. Gracias a las excepcionales características de diversidad biológica del mar piurano, en el que se combinan las condiciones generadas por las corrientes de aguas frías como las de aguas tropicales, la pesca artesanal e industrial y las actividades de procesamiento de sus productos han desempeñado, y continúan haciéndolo, un importante rol económico en la región, y es la primera abastecedora de pesca de consumo humano del país. Escena de indígenas pescando (Martínez de Compañón, 1985 [1782-1785]). 113 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial El puerto de Paita tuvo, desde la época colonial, un rol protagónico por ser puerto de ingreso al territorio del Perú, dado que desde este punto se privilegiaba el tránsito por tierra hacia el sur, debido a las dificultades de la navegación en contra de las corrientes y de los vientos dominantes (Glave, 1993). Hoy en día Paita es el segundo puerto del país en cuanto al movimiento de naves así como de contenedores (Revesz, 2009). Se prevé su modernización y una notable expansión de sus actividades al constituirse en punto terminal de la carretera y del corredor bioceánico nororiental. A fines del siglo XIX e inicios del XX, a las actividades pesqueras y portuarias se añaden otras importantes como la minería y especialmente la explotación del petróleo, que genera considerables transformaciones territoriales en el espacio litoral. Entre estas destaca la implantación de los campamentos petroleros de empresas extranjeras, a manera de típicos company town. Así fue como surgieron Talara, Lobitos, El Alto, Los Órganos, Zorritos; algunos de los cuales posteriormente se convertirían en importantes centros urbanos e inclusive en ciudades intermedias. El progresivo desarrollo de estos centros petroleros y su creciente demanda de alimentos incentivaría a su vez la presencia y la expansión de caletas de pescadores, como Cabo Blanco, Máncora y El Ñuro. Desde hace unas décadas se suma con fuerza a estas actividades el turismo nacional e internacional, atraído por la belleza de sus playas, unida a las bondades del clima cálido del litoral a lo largo de todo el año, como también por las condiciones excepcionales que se presentan para la práctica de deportes acuáticos, como la tabla, la tabla vela y la pesca deportiva. Actualmente el turismo imprime nuevas dinámicas de crecimiento urbano y de ocupación del espacio en el litoral. Testimonio de este proceso es el notable crecimiento urbano de Máncora y Punta Sal, como también la vorágine de denuncios inmobiliarios especulativos que ha cubierto prácticamente todo el territorio del litoral que va desde Lobitos a Zorritos, a lo largo de más de cien kilómetros. Esto se constituye en una réplica perniciosa de lo realizado en el litoral al sur de Lima: construir grandes urbanizaciones de casas de playa y, que en este caso, ni siquiera corresponden a dinámicas propias de la población local, sino a las impuestas por grupos de inversionistas que se movilizan desde la capital imponiendo sus modelos de urbanización especulativa. La carretera Panamericana Norte permite una fluida articulación de las ciudades, puertos y centros urbanos que jalonan el litoral, por lo menos en el tramo que va de Tumbes a Talara, en el que la carretera corre a lo largo del litoral. Más al sur, estos centros se enlazan con la red de ciudades emplazadas en los valles del Chira y Piura, a través de los tramos Talara-Sullana, Paita-Sullana, Paita-Piura y Bayóvar-Sechura-Piura. La continuidad del trayecto paralelo al litoral en estas zonas se ve dificultada tanto por los extensos sectores desérticos como también por la interposición de las amplias desem- bocaduras de los ríos Chira y Piura. Ciudades intermedias y desarrollo territorial 114 2.1. Los valles agrícolas costeños Los valles agrícolas de Tumbes, Chira y Piura constituyen los principales espacios económicos, por su asociación con la producción agrícola y por las actividades de transformación industrial y de servicios asociadas al ámbito rural. Asimismo, histó- ricamente dichos valles corresponden a las áreas territoriales de la región Piura más transformadas por la ocupación humana, especialmente con el desarrollo de la irriga- ción artificial que tiene sus remotos orígenes durante la época prehispánica. Los valles costeños representan el espacio donde se concentra la mayor parte de la población de la región y donde se asientan las principales ciudades —Piura y Sullana— asociadas a una densa red de centros urbanos de diversa jerarquía. Un factor determinante que explica este fenómeno es el hecho de que la agricultura en Piura ocupa cerca del 40% del empleo regional y que estos valles correspondan a un área privilegiada por grandes inversiones, que han posibilitado, entre otras cosas, dotarla de unas 120 000 ha bajo riego (Revesz, 2009), gracias a la regulación de la irrigación artificial y al desarrollo de infraestructura asociada a la construcción de grandes represas, como Poechos y San Lorenzo, lo que ha permitido el aporte de aguas de la cuenca del Chira a la del Piura, normalmente deficitaria en relación con la superficie agrícola. Desde la segunda mitad del siglo XIX, la creciente articulación de los territorios costeños de Piura con la economía internacional y su rol de proveedores de productos de agroexportación, como el algodón, y de materias primas estratégicas como el petróleo, determinaron que el peso económico se traslade marcadamente hacia la costa, mientras que, por el contrario, la sierra se aislaba de forma progresiva (Aldana & Diez, 1994, p. 30). La actual problemática agraria de la región tiene como uno de sus ejes críticos la crisis del monocultivo del algodón —un cultivo tradicional y emblemático de la región desde su implantación extensiva a mediados del siglo XIX— y su progresivo desplazamiento por el cultivo del arroz. Uno de los aspectos críticos en este traslado productivo ha derivado de una situación de monopsonio —es decir, una situación comercial en la que hay un solo comprador para determinado producto o servicio—, en este caso debido al dominio comercial sobre los precios del algodón que ejerce el grupo Romero. Por otra parte, la extensión de los cultivos de arroz se ha visto favorecida por lo que se podría denominar la «trampa del arroz», en la que confluyen aspectos como que se trata de un cultivo de bajo costo de producción y con un bajo riesgo comercial, al estar amparado por la presión social y políticas gubernamentales populistas, pero con aspectos sumamente negativos, derivados de su alta demanda de agua en una región mayormente desértica, y que además trae como consecuencia la salinización de los suelos y un alto costo en la sostenibilidad del desarrollo territorial6. 6 Usualmente el cultivo de una hectárea de arroz involucra el uso de 18 000 m3 de agua de riego. 115 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial Escena de indígenas cultivando (Martínez de Compañón, 1985 [1782-1785]). Sin embargo, la creciente importancia de la producción de frutales, como el limón y el mango, y de otros productos agrícolas con demanda internacional como el café y el banano orgánico, están propiciando cambios y nuevas dinámicas, como son la constitución de cooperativas de pequeños productores y el establecimiento de nuevas y grandes empresas agrarias, algunas de las cuales apuestan por el manejo de biocombustibles con el cultivo de la caña de azúcar para obtener etanol. Esta última perspectiva es controversial, ya que compromete las aguas del reservorio de Poechos y ha obtenido la concesión de tierras en zonas proyectadas para la expansión de la frontera agrícola, que bien podrían haber estado destinadas a otro tipo de cultivos que generan un mayor valor agregado y una mayor demanda laboral. Ciudades intermedias y desarrollo territorial 116 2.2. El bosque seco tropical o «despoblado» Este espacio, muchas veces considerado marginal al litoral y a los propios valles costeños, es de gran importancia por encontrarse en el área de influencia de estos prin- cipales espacios de actividad económica y social, como también por su importante rol en el manejo forestal, especialmente de especies emblemáticas de la región como el algarrobo, que proveen las vainas de algarroba, madera, leña, carbón (combustible de la mayoría de hogares de la región), y cuya floración propicia el desarrollo de la apicultura, además de los servicios ambientales y ecoturísticos que el bosque provee. Por otra parte, en este espacio se desarrolla una importante actividad ganadera asociada al bosque seco y a la provisión de la algarroba como forraje. Sin embargo, esta requiere para su desarrollo de una mayor regulación que permita una mejor explo- tación de los recursos forestales y su tecnificación con miras a su manejo sostenible. Escena de ganaderos indígenas (Martínez de Compañón, 1985 [1782-1785]). 117 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial En cuanto a los servicios ambientales, esta zona desempeña un rol importante de protección de los suelos frente al transporte eólico y la erosión generada por los vientos dominantes, y brinda espacios refrescantes de verdor frente a las altas tempe- raturas propias de las regiones costeñas piuranas. Ejerce también un papel de defensa frente a las lluvias, a la vez que la cobertura boscosa actúa como elemento de reten- ción de la humedad. Es notorio el efecto favorable de las intensas lluvias asociadas a los eventos climáticos de El Niño, que permiten la recuperación y el reverdeci- miento de amplias zonas de bosque, con la proliferación de especies arbóreas como el algarrobo, como también en el extraordinario desarrollo de pastos naturales, que cíclicamente permiten la sustancial ampliación de la actividad ganadera. Este espacio de bosque, no obstante su relativa amplitud y notables valores paisajís- ticos, es constantemente afectado por procesos de expansión agrícola y la habilitación de nuevas tierras, como también a raíz de la progresiva expansión urbana que se produce en el borde de las ciudades y centros urbanos, o a lo largo de los ejes de las carreteras. Asimismo, la demanda de leña como combustible por parte de los hogares de escasos recursos económicos, como también su extracción ilegal para abastecer a las pollerías, representa una creciente amenaza para grandes áreas de bosque que desaparecen o que irremediablemente se degradan. 2.3. La sierra andina Constituye un espacio sumamente importante en la región, que aparece como una unidad con un patrón de asentamiento generalmente disperso, con modos de produc- ción tradicionales de tipo agropecuario y que, a su vez, se fundamenta en una sociedad bastante más homogénea que la costeña (Aldana & Diez, 1994, p. 24). La sierra de la región ha sufrido un creciente proceso de marginación y olvido; paradó- jicamente este proceso se acentúa a partir del desarrollo de las innovaciones productivas y las inversiones, que desde inicios del siglo XX privilegiaron casi exclusivamente los espacios de los valles agrícolas y del litoral, especialmente con la inversión en grandes obras de infraestructura, como fueron las emprendidas con la explotación petrolera, la construcción de represas y los canales del sistema de irrigación Chira - Piura, así como de las carreteras que comunican las regiones costeras en desmedro de las de la serranía. De esta manera, este espacio regional se aísla progresivamente y comienza a desem- peñar un rol marginal en la economía regional, con una producción sustancialmente destinada al autoconsumo y como zona proveedora de mano de obra (1994, p. 30). El piso ecológico del páramo juega en el espacio de la sierra andina un papel invalorable por sus servicios ambientales, especialmente por ser la zona donde se concentran las precipitaciones pluviales y donde su acumulación y retención natural asegura la provisión del agua y del manejo agrícola de las cuencas de los valles. Ciudades intermedias y desarrollo territorial 118 Escena de pastores indígenas (Martínez de Compañón, 1985 [1782-1785]). La economía de esta región está basada de forma dominante en actividades agro- pecuarias, que combinan la ganadería con la agricultura de secano en las partes altas y de riego en las más bajas, y se caracteriza por su marcado autoconsumo. El patrón de asentamiento poblacional se caracteriza por una acentuada dispersión en caseríos y pequeños poblados. Por otra parte, las entidades urbanas son escasas, de escala menor y con un limitado crecimiento poblacional. Otro indicador crítico sobre el espacio de la sierra de Piura es la prácticamente nula tasa de crecimiento intercensal (0,3 entre 1993 y 2005) lo que significa que, frente a las demás zonas, su población pierde peso relativo, emigra y envejece (Revesz, 2009). A esto hay que agregar los alarmantes indicadores de pobreza en la región sierra de Piura7. 7 La Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO, 2005) proporciona indicadores de pobreza en la región y en la sierra de Piura en particular, a partir de los datos sobre la provisión de servicios básicos, como son el acceso a servicios de agua y desagüe, energía eléctrica, combustible utilizado para cocinar, uso de electrodomésticos, acceso al servicio telefónico y otros, que por lo general son deficitarios o críticos especialmente en el ámbito rural. 119 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial Estas condiciones hacen de la sierra andina de Piura un espacio crítico por su creciente marginalidad en relación con el resto de la región y del país, y por lo tanto imponen el reto de construir propuestas para alcanzar su desarrollo integral y soste- nible, de forma articulada con los demás espacios de la región. Entre estos aspectos críticos destacan los derivados de la situación de dispersión poblacional, caracterizada por la proliferación de poblados pequeños y dispersos, cuyo papel administrativo y comercial es muy limitado; el escaso desarrollo urbano y la inexistencia de una red urbana jerarquizada, manifiesto en la ausencia de ciudades y de centros de servicios y producción; y la deficiente conexión con la red vial y los problemas de transporte, derivados de su inadecuada articulación territorial por medio de caminos rurales y de tramos conectores de comunicación con la red vial nacional, en sentido transversal como longitudinal, lo que acentúa aún más el aislamiento de la mayor parte del territorio de la sierra (Revesz, 2009). Una directriz orientada al desarrollo de este espacio territorial proviene del impulso y resultados promisorios obtenidos recientemente con el desarrollo de la agricultura orgánica, sobre todo del café, del cacao, y de la panela, obtenida de la caña de azúcar; así como también de la exitosa asociatividad de los productores en cooperativas (Remy & Glave, 2007). En sentido contrapuesto se mueven intereses de inversionistas mineros que han encontrado en el caso controvertido de Majaz una fuerte resistencia local y regional, al considerarse que este tipo de explotaciones en un medio suma- mente frágil, como es el de la cabecera de las cuencas hidrográficas, representa serios riesgos de contaminación y degradación ecológica. 3. La memoria histórica territorial 3.1. Los antecedentes indígenas En la región Piura se habría generado históricamente una especialización produc- tiva en el modo de vida de las diferentes comunidades indígenas asentadas en sus distintos espacios territoriales, para lo cual bien podemos recurrir a la información proporcionada por las crónicas coloniales, como también a las excepcionales y repre- sentativas ilustraciones referidas a las regiones del norte del Perú reunidas por el obispo Martínez de Compañón entre 1782 y 1785. Estos testimonios dan cuenta de que algunas de estas comunidades asentadas en el litoral de la región estaban dedi- cadas a la pesca; otras estaban conformadas por agricultores asociados al manejo de los espacios agrícolas de los valles; así como otras se dedicaban al manejo del bosque, la ganadería y el arrieraje, al igual que en el caso de otras asentadas en zonas de la sierra andina y las selvas altas, que estaban relacionadas con el manejo de los recursos de estos distintos espacios ecológicos (Rostworowski, 1981, 2004). Ciudades intermedias y desarrollo territorial 120 Aun después de las fuertes alteraciones sociales causadas por las reducciones tole- danas, durante la segunda mitad del siglo XVI, y las repercusiones generadas en los respectivos espacios territoriales por el proceso de concentración de comunidades indígenas —donde inclusive se agruparon poblaciones pertenecientes a distintos grupos étnicos— estas se recompusieron y se revitalizaron. Este es el caso de las comunidades del litoral que eran reducidas en Sechura, Colán, Máncora y Tumbes, algunas de las cuales se reconstituyeron en comunidades indígenas, cuyas sedes histó- ricas se han convertido en importantes núcleos urbanos. Algo similar sucede con las comunidades de agricultores de los valles que fueron concentradas en reducciones, como es el caso de Catacaos (Diez, 1988, 1992). En la serranía se produciría un fenómeno equivalente, habida cuenta de que durante la época colonial las comunidades de la serranía tenían una importante articulación con las de la costa, como también con los espacios de los Andes del norte, —con lo que hoy es Ecuador—, y con Cajamarca y los Andes del sur. Recordemos que esta es una región de frontera, pero especialmente en esta época constituye una frontera abierta y dinámica en los intercambios que se desarrollan entre los espacios, las gentes y los recursos del norte peruano y los del sur ecuatoriano (Aldana & Diez, 1994). 3.2. Los antecedentes coloniales El territorio de la región Piura desde el primer momento de la Conquista, por su posición geográfica y su especial ubicación estratégica en relación con los territorios andinos del sur, se convirtió en una suerte de puerto de ingreso de las huestes colo- niales y en una importante sede del poder colonial, si bien bajo el predominio de Trujillo. Esta situación era especialmente importante en el caso del transporte de la gente, de los recursos y de los productos que circulaban en el intercambio comercial colonial, ya que Piura se encontraba ubicada prácticamente a mitad de camino entre Quito y Lima, y en un punto crítico donde la navegación desde o hacia el norte se cambiaba por la ruta terrestre hacia el sur. De esta manera Piura era a su vez aduana, punto de descanso y avituallamiento de los viajeros, además de lugar de provisión de mulas para el tráfico de arrieraje de las rutas coloniales (ver Aldana & Diez, 1994, mapa 7). La lógica colonial se impone en los nuevos territorios conquistados con la implan- tación y fundación de ciudades, y la región Piura no fue ajena a este proceso; por el contrario, fue testigo de la primera fundación de ciudad colonial en territorio peruano. La dificultosa búsqueda de una centralidad urbana en la región se refleja en la temprana fundación de la ciudad de San Miguel de Piura y en los avatares de sus desplazamientos territoriales. Es precisamente por esta razón que la ciudad de Piura, 121 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial con sus seis décadas de mudanzas y traslados a cuestas, es considerada un caso para- digmático de la dificultosa implantación de las ciudades coloniales8. Piura durante la época Colonial (1532 – 1821) TANGARARA 1532 - 1535 MONTE de los PADRES 1535 - 1578 PAITA 1578 - 1588 PIURA 1588 Mapa de la región de Piura con los desplazamientos sucesivos de la ciudad colonial luego de su fundación en 1532 hasta 1588. A partir de este momento fundacional se impone la dicotomía entre la ciudad y el territorio, en la que se establece la contraposición entre la «ciudad de españoles» y el «territorio indígena», en el sentido de que si bien se estableció el poder colonial en el ámbito del territorio rural, en este espacio aún persistían y predominaban las formas de producción y los modos de vida de las comunidades indígenas. La ciudad de Piura se constituye así en centro de poder colonial regional y en el lugar de asentamiento de las clases rentistas y extractoras de recursos de la región. En la articulación de la ciudad con la producción que se desarrollaba en el espacio rural tuvieron una notable importancia las denominadas «tinas», instalaciones ubicadas en las afueras de la ciudad y que estaban destinadas la producción de jabón, 8 La ciudad de Piura fue originariamente fundada en 1532 en la localidad de Tangarará, en el valle del Chira, donde permanece apenas hasta 1535 para ser desplazada a Monte de Los Padres, en el valle de Piura, desde donde se muda en 1578 al puerto de Paita, para finalmente trasladarse definitivamente en 1588 —56 años después de su fundación— a su ubicación actual en la margen derecha del valle de Piura. Ciudades intermedias y desarrollo territorial 122 que se obtenía al procesar el cebo procedente de la explotación ganadera de caprinos (Aldana, 1988), como también fue de importancia la explotación de la brea prove- niente de Amotape y que se utilizaba para impermeabilizar las barricas y tinajas, así como también para el calafateo de los barcos que recalaban en el puerto de Paita (Aldana & Diez, 1994). Plano de Piura colonial (Martínez de Compañón, 1985 [1782-1785]). A mediados del siglo XVI, con la aplicación de las reformas toledanas en la región, se desarrolla la política de concentración de la población indígena con la implanta- ción de las reducciones coloniales, entre las que destacan Sechura, Colán, Máncora y Tumbes en el litoral; Catacaos y Olmos en los valles costeños; y Huancabamba, Frías, Salas y Ayabaca en la sierra. La vitalidad de estas reducciones da lugar a la recom- posición de nuevas entidades comunales y, en cuanto al asentamiento, a prósperos pueblos de indios, muchos de los cuales en su desarrollo histórico se conformarán como ciudades caracterizadas por su fuerte integración con el espacio rural. Los tributos coloniales que las comunidades indígenas tenían que pagar estaban vincu- lados a los productos y recursos propios de los medios ecológicos en que estaban asentadas: las del litoral lo hacían principalmente con pescado seco salado, mientras que las de los valles y la serranía con productos agrícolas y algunas manufacturas propias de sus regiones. 123 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial La dificultosa implantación de una ciudad colonial como Piura, frente a un complejo manejo territorial que le era ajeno, se resuelve finalmente con una estra- tegia que se podría calificar de «oportunista», cuando en su última refundación San Miguel de Piura es emplazada en estrecha colindancia con el asentamiento indí- gena de Catacaos, dado que este representaba una segura fuente de mano de obra y de productos agrícolas de panllevar. Esta situación plantea de forma significativa la marcada dicotomía colonial entre la «ciudad de españoles» y el «territorio indígena». Es una suerte de refundación parasitaria, que se inserta en un territorio con un manejo sustancialmente indígena, para asegurarse así la fundamental provisión de recursos agrícolas y de fuerza de trabajo. Podemos leer que en la actualidad esta dicotomía entre la ciudad —ya no de españoles— y el territorio todavía persiste, aunque quizá de forma no tan exacerbada como sucede con Lima y con otras ciudades peruanas que replican en sus respectivos espacios regionales este pernicioso modelo centralista. 3.3. Los antecedentes republicanos En el periodo republicano no ocurrieron cambios sustantivos en la economía regional piurana hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando estos detonaron con el impulso extensivo del cultivo del algodón, generado por su alta demanda frente al desabasteci- miento causado por la guerra civil en los Estados Unidos. El inicio de la explotación petrolera poco después reforzaría aun más los vínculos directos de la región con el mercado internacional e impulsaría fuertes y acelerados cambios en el patrón de asentamiento territorial en el litoral, con el desarrollo de nuevos puertos y ciudades. La explotación del algodón generó la tecnificación del agro, con la introducción de máquinas de vapor para el bombeo del agua y la irrigación; asimismo, el desarrollo de sistemas de canalización para el riego corrió de forma paralela con un proceso de concentración de tierras, en desmedro de los pequeños agricultores y de las comu- nidades indígenas; la mecanización de los procesos de desmotado y empacado del algodón dio inicio a la concatenación de diversos procesos de industrialización en la región, mientras que los requerimientos del transporte terrestre y el embarque de los productos de agroexportación condujeron al tendido de las líneas férreas que comu- nicaron Paita con Sullana y luego con Piura y Catacaos, al igual que impulsaron la ampliación del puerto de Paita y su crecimiento como centro urbano. De modo que la producción del algodón y sus distintas contingencias técnicas, al igual que la extracción de hidrocarburos en el litoral, actuaron como detonantes de un acelerado proceso de modernización y cambios en la estructura regional, que se refleja en el inicio de un creciente proceso de desarrollo urbano, que interesó no solamente a Piura, sino también a Sullana (valle del Chira), Paita (puerto regional) y de Talara Ciudades intermedias y desarrollo territorial 124 (puerto y complejo petrolero). Este proceso de cambios y desarrollo concentrado en las zonas costeras de la región se vio reforzado también con la construcción de la carretera Panamericana Norte, a partir de la década de los años 40 del siglo pasado. Mientras, de forma opuesta, las zonas de la sierra permanecían al margen de este proceso y fueron progresivamente marginadas de este modelo de desarrollo territorial. En conclusión, los antecedentes indígenas, coloniales y republicanos —no obstante los severos cambios que se aprecian en los patrones de asentamiento y en las formas de desarrollo territorial presentes en estos distintos periodos históricos— tienen como constante la generación y la persistencia de una red de ciudades que articulan los principales espacios rurales de actividad económica: los valles (agricultura), el despoblado (ganadería y forestería) y el litoral marino (pesca, petróleo, navegación). Precisamente uno de los objetivos centrales de la investigación que estamos reali- zando, y de la cual este trabajo constituye un avance preliminar, es el de valorar y destacar la fortaleza de esta red de ciudades como uno de los ejes fundamentales para el desarrollo territorial de la región Piura. De la persistencia de toda esta herencia histórica resulta la progresiva constitución de una red de ciudades. Esquematizando esta secuencia, tendríamos al finalizar el periodo colonial y hasta mediados del siglo XIX la articulación de solo dos ciudades: Piura, en el valle del mismo nombre, y el puerto de Paita en el litoral; a fines del siglo XIX e inicios del XX, con el desarrollo de las grandes obras de irrigación y con la expansión de la agroexportación, se agregan Sullana en el valle del Chira y Chulucanas en el Alto Piura, mientras que con el desarrollo de la actividad petrolera se añaden diversos campamentos petroleros en el litoral, que darán lugar a nuevos centros urbanos y al desarrollo de una importante ciudad intermedia como es Talara. Si bien en esta red de ciudades intermedias se percibe una relativa centralidad de Piura, se aprecia a su vez el contrapeso de Sullana en el valle del Chira, así como el de Talara como complejo petrolero y el de Paita como puerto principal en el litoral. Si a esta red primaria de ciudades le añadimos el conjunto de ciudades menores y otros importantes centros urbanos, podemos notar que tenemos una «masa urbana» que representa, después de Lima, una de las más importantes conurbaciones provin- ciales a escala nacional, inclusive superior a la del área metropolitana de la ciudad de Arequipa, con una población que en su conjunto supera ampliamente los ocho- cientos mil habitantes9. 9 De acuerdo con el censo de 2007, si solamente a la conurbación de los distritos metropolitanos de la ciudad de Piura (Piura, Castilla y Catacaos) con 450 363 hab. le sumamos el aglomerado urbano de la ciudad de Sullana (Sullana, Bellavista y Marcavelica) con 218 704 hab. con las poblaciones de las ciudades de Talara (87 622 hab.) y Paita (72 510 hab.), esta red urbana aglutinaría una población de 829 199 hab. BE LL AV IS TA D E LA U N IO N SA LI TR A L BE RN A L RI N CO N A D A L LI CU A R PI U RA C A ST IL LA SU LL A N A - BE LL AV IS TA PA IT A CH U LU CA N A S CA TA CA O S SE CH U RA LA U N IÓ N LA A RE N A CU RA M O RI VI CE M A RC AV EL IC A Q U ER EC O TI LL O TA LA RA (P ar iñ as ) LA B RE A (n eg rit os ) CO LÁ N TA M BO G RA N D E LA S LO M A S IG N AC IO E SC U D ER O AY A BA CA H U A N CA BA M BA BU EN O S A IR ES M O RR O PO N LA M AT A N ZA LA H U AC A M IG U EL C H EC A VI CH AY A L TA M A RI N D O LE YE N D A PO BL AC IÓ N U RB A N A 1 98 1 25 0, 00 0 - 1 00 ,0 00 10 0, 00 0 - 5 0, 00 0 50 ,0 00 - 20 ,0 00 20 ,0 00 - 10 ,0 00 10 ,0 00 - 5, 00 0 50 00 - 2 00 0 Pi ur a: c en tro s p ob la do s u rb an os d e ac ue rd o al C en so d e 19 81 . Ciudades intermedias y desarrollo territorial 126 4. La red de ciudades y las dinámicas de crecimiento urbano y poblacional En cuanto a la evolución de las dinámicas de crecimiento urbano y poblacional que interesan a la red de ciudades de la región en las últimas décadas, se puede observar de la lectura de los censos de población que en la década de 1980 en la sierra permanecía sin mayores modificaciones el patrón de dispersión. Se registraban allí 850 centros poblados de menos de 200 habitantes que reunían el 28% de la población, mientras que el 67% de la población vivía en 448 pueblos de menos de 2000 habitantes. Solamente dos centros tenían una población de más de 2000 habitantes, en el caso de Ayabaca y Huancabamba, que sin embargo estaban —como aún hoy— bastante lejos de alcanzar los 20 000 habitantes (Bernex & Revesz, 1988, p. 88). En los valles costeños solamente el 20% de la población vivía en centros de menos de 200 habitantes; y otro 20% vivía en 35 centros de entre 2000 a 20 000 habitantes; mientras el 60% de su población estaba concentrado en los seis centros urbanos que alcanzaban más de 20 000 habitantes (1988, p. 88). En el litoral existían entonces 29 centros de menos de 2000 habitantes que congre- gaban al 25% de la población, mientras que el 70% de la población se concentraba en las dos capitales provinciales de Talara y Paita (1988, p. 88). La evolución en las dos últimas décadas en estos mismos espacios regionales, examinada a partir de los datos de los censos de 1993 y 2007, nos permite realizar la siguiente lectura. El estancamiento de la serranía persistiría en 1993, lo cual se expresa en la escasa dimensión urbana de las respectivas capitales provinciales: Huan- cabamba contaba solo con 6472 hab. y Ayabaca con apenas 3988 hab., mientras que ningún otro centro poblado de estas provincias superaba los 2000 hab. Es de destacar el escaso peso de lo «urbano» en la serranía de Piura, ya que en el caso del distrito de Ayabaca (con una población total de 38 338 hab.) la población «urbana» (3988 hab.) representaría poco más del 10%, y en relación con el distrito de Huancabamba (con una población total de 28 802 hab.) la población «urbana» (6472 hab.) sería solo del 22%. Comparando con los datos del reciente censo del 2007, se advierten tendencias preocupantes en cuanto a la evolución poblacional desde 1993. La población total de las provincias de Ayabaca y Huancabamba crece apenas poco más de 5% en estos últimos catorce años. Algunos distritos de estas provincias inclusive pierden población como Jilili (-9%), Montero (-13%), Sicchez (-26%), Canchaque (-12%), Lalaquiz (-15%)10; 10 La localización de estos poblados coincidentemente es la más apartada y menos conectada a los cami- nos principales. >2 50 ,0 00 25 0, 00 0 - 1 00 ,0 00 10 0, 00 0 - 5 0, 00 0 50 ,0 00 - 20 ,0 00 20 ,0 00 - 10 ,0 00 10 ,0 00 - 5, 00 0 50 00 - 2 00 0 LE YE N D A PO BL AC IÓ N U RB A N A 1 99 3 SA LI TR A L EL TA LL A N BE LL AV IS TA D E LA U N IO N SA N JU A N D E BI G O TE SA LI TR A L BE RN A L RI N CO N A D A L LI CU A R PI U RA C A ST IL LA SU LL A N A - BE LL AV IS TA PA IT A CH U LU CA N A S CA TA CA O S SE CH U RA LA U N IÓ N LA A RE N A CU RA M O RI VI CE M A RC AV EL IC A Q U ER EC O TI LL O PA RI Ñ A S (t al ar a) LA B RE A (n eg rit os ) CO LÁ N TA M BO G RA N D E LA S LO M A S IG N AC IO E SC U D ER O AY A BA CA H U A N CA BA M BA BU EN O S A IR ES M O RR O PO N LA M AT A N ZA LA H U AC A M IG U EL C H EC A VI CH AY A L A M O TA PE TA M A RI N D O CA N CH AQ U E Pi ur a: c en tro s p ob la do s u rb an os d e ac ue rd o al C en so d e 19 93 . Ciudades intermedias y desarrollo territorial 128 >250,000 250,000 - 100,000 100,000 - 50,000 50,000 - 20,000 20,000 - 10,000 10,000 - 5,000 5000 - 2000 LEYENDA POBLACIÓN URBANA 2007 SALITRAL BERNAL EL TALLAN CRISTO NOS VALGA BELLAVISTA DE LA UNION RINCONADA LLICUAR SAN JUAN DE BIGOTE SALITRAL PIURA CASTILLA SULLANA - BELLAVISTA PAITA CHULUCANAS CATACAOS SECHURA LA UNIÓN LA ARENA CURA MORI (cucungara) VICE MARCAVELICA QUERECOTILLO PARIÑAS (talara) LA BREA (Negritos) COLÁN TAMBO GRANDE LAS LOMAS IGNACIO ESCUDERO AYABACA HUANCABAMBA BUENOS AIRES MORROPON LA MATANZA LA HUACA MIGUEL CHECA VICHAYAL AMOTAPE TAMARINDO FRIAS EL ALTO LOS ORGANOS MÁNCORA Piura: centros poblados urbanos de acuerdo al Censo de 2007. mientras muy pocos distritos crecen ligeramente, como Ayabaca (+1%), Huanca- bamba (+5%), Frías (+13%), Lagunas (+22%), Pacaipampa (+3%), Paimas (+17%), Sapillica (+22%), Suyo (+8%), El Carmen de la Frontera (+21%) y Huarmaca (+12%). El fenómeno de descenso poblacional es compartido por la provincia de Morropón, que ve reducirse su población total en 2%, al perder población la mayoría de sus distritos, como Buenos Aires (-13%), Chalaco (-11%), Morropón (-2%), San Juan de Bigote (-8%), Santa Catalina de Mossa (-6%), Santo Domingo (-15%) y Yamango (-5%); mientras son escasos los distritos que la mantienen o incrementan ligeramente, como La Matanza (+1%) y Chulucanas (+3%). En cuanto a los valles costeños, las cifras de los censos de 1993 y 2007 permiten la siguiente lectura. En 1993, aumentan a siete los centros urbanos de cerca o 129 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial más de 20 000 hab. que se emplazan en la zona de los valles11. El número de estas concentraciones urbanas se mantendría en 2007, pero con un incremento subs- tancial de su población ya que todos estos mismos centros superarían los 30 000 hab.; mientras, han surgido otros centros poblados que se acercan o superan los 20 000 hab. La ciudad de Piura crece de unos 340 000 hab. en 1993 a unos 450 000 hab. (+33%), mientras que Sullana crece de unos 175 000 en 1993 a unos 220 000 (+26%)12. Los otros principales centros urbanos intermedios que eslabonan el valle medio y bajo del Piura también ven crecer su población de forma notable, como Catacaos (+22%), La Arena (+27%), La Unión (+34%), Tambogrande (+54%) y Sechura (+85%). Mientras tanto en el valle del Chira crece la población urbana de algunos distritos cuya población está en torno a los 20 000 hab. y que se encuentran en la esfera de influencia de la ciudad de Sullana, como Ignacio Escudero (+32%), Querecotillo (+14%), y Marcavelica (+26%). En cuanto al litoral es notable el incremento poblacional de la ciudad portuaria de Paita, que crece más de 70%: pasó de 42 491 en 1993 a 72 510 hab. en 2007. Mien- tras tanto Talara (Pariñas) tiene un crecimiento menor, de apenas 7%, pasando de 82 228 a 87 622 hab. En todo caso, estos dos centros urbanos constituyen la mayor concentración poblacional del litoral, aunque debido al relativo estancamiento de Talara y al crecimiento de otros centros urbanos menores, esta concentración pasó del 70% en los años ochenta, a un 63% en 1993 y se recuperó hasta un 67% en 2007, debido al señalado crecimiento notable de Paita. Entre 1993 y 2007 es de resaltar el estancamiento poblacional de algunos importantes centros urbanos menores como Lobitos o El Alto, mientras en otros el crecimiento decae, como en Negritos (La Brea) (-7%), y Los Órganos (-1%), lo que podría tener una explicación en la reducción o reconversión de la actividad petrolera durante este periodo. Mientras tanto, otros centros urbanos ligados tradicionalmente a la pesca, pero recientemente asociados también a un fuerte desarrollo turístico, han conocido un rápido crecimiento, como es el caso de Máncora que pasó de 6887 hab. en 1993 a 10 128 hab. en 2007, con un incremento poblacional del 47%. La lectura de la evolución poblacional y el proceso de desarrollo urbano reseñados líneas arriba permiten establecer la articulación de la red de ciudades y la dinámica del desarrollo territorial en la región Piura. El importante desarrollo de la actividad agro- pecuaria que se concentra en los valles de Piura y Chira sustenta el desarrollo de las dos ciudades principales nucleadas en ellos y estrechamente interconectadas entre sí, ya que se encuentran a tan solo 35 km de distancia por carretera. Estas dos ciudades 11 Consideramos entre estos a Piura, Sullana, Catacaos, La Unión, La Arena, Tambogrande y Sechura. 12 En este caso consideradas como conurbaciones, de acuerdo con la nota 10. Ciudades intermedias y desarrollo territorial 130 —donde se concentran las principales actividades industriales, comerciales, admi- nistrativas y de servicios— están conectadas con Paita, que constituye el principal puerto de la región y un importante centro de actividad pesquera. Esta articulación es especialmente importante con Piura, que se comunica con el puerto a través del tablazo de Paita por medio de una carretera de unos 50 km. A partir del eje central Piura - Sullana, a lo largo de ambos valles, tanto Piura como Sullana, establecen una red jerarquizada de relaciones con otros centros urbanos inter- medios y menores. En el caso de la ciudad de Piura, se establece un estrecho vínculo —que se proyecta como una futura conurbación— con Catacaos, a unos 10 km, que representa un centro tradicionalmente relacionado con la actividad agropecuaria y artesanal, y que hoy corresponde en jerarquía al segundo centro urbano en el valle con unos 65 000 hab., e incorpora actividades comerciales y de servicios. En este mismo eje que recorre el valle medio y bajo se encuentran enlazados dos emergentes centros urbanos como La Arena y La Unión, que superan cada una los 30 000 hab. hasta llegar a Sechura, un antiguo y tradicional centro urbano, que hoy con sus cerca de 33 000 hab. parece haber reencontrado algo de su viejo dinamismo. Más al sur, este eje se conecta a lo largo del litoral con una serie de caletas de pesca como Chullachy, Mata Caballo, Constante y Parachique, para culminar en el puerto de Bayóvar, donde se encuentra la terminal del oleoducto, los depósitos para el embarque del petróleo que proviene de la vertiente amazónica, y ahora también la terminal de embarque de los fosfatos que se extraen del desierto de Sechura. Hacia el noreste la ciudad de Piura se conecta con Tambogrande (35 145 hab.), importante centro de producción frutí- cola, y hacia el Alto Piura, con Chulucanas (55 183 hab.), que concentra gran parte de las actividades productivas y de servicios en este sector del valle y de los poblados menores que se desarrollan en su entorno, inclusive los de la inmediata serranía. En el valle del Chira, el conglomerado urbano de la ciudad de Sullana se enlaza por la margen izquierda con los centros urbanos menores de Sojo (Miguel Checa) y La Huaca en el Bajo Chira, y se conecta en el litoral con el poblado y el balneario de Colán, que también se encuentra interrelacionado con Paita al sur. Mientras, por la margen derecha Sullana se articula con Querecotillo, y hacia el bajo Chira con San Jacinto (Ignacio Escudero) y con otros poblados menores como Tamarindo, Amotape y Vichayal. Desde Sullana, mediante el eje hacia el noroeste conformado por la carretera Panamericana, el núcleo Piura - Sullana se articula con el litoral y el centro petrolero de Talara y los centros poblados menores tradicionalmente asociados a esta acti- vidad, como Negritos (La Brea) y Lobitos, y más al norte, con El Alto, Los Órganos, Máncora y ya en el departamento de Tumbes, con Punta Sal, Zorritos y la ciudad de Tumbes. En este eje, a las actividades de extracción petrolera se suman las asociadas a 131 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial la explotación de los recursos marinos, que se concentran en las caletas de pesca como Cabo Blanco o El Ñuro; mientras que en otros centros urbanos como Los Órganos y especialmente en el caso de Máncora y Punta Sal, a la pesca se ha añadido en las últimas décadas una fuerte actividad turística, que ha dado lugar a inversiones hote- leras y a un consecuente desarrollo urbano, en gran medida asociado a edificaciones de servicios y residenciales propias del concepto de «balneario». Como ya se ha señalado, las conexiones regionales con las zonas de serranía de las provincias de Ayabaca y Huancabamba no han sido privilegiadas por el desarrollo vial nacional, lo que no ha contribuido a reducir sino mas bien a incrementar las distancias, no solo físicas, en relación con estas zonas de escaso desarrollo económico, donde se registra una alta pobreza rural y uno de los más bajos índices de desarrollo humano en la región y el país. Resumimos a continuación las directrices dominantes que se pueden apreciar en las dinámicas de crecimiento urbano y poblacional. Una primera es que las prin- cipales ciudades intermedias (Piura, Sullana, Talara y Paita), que conforman la red de ciudades en el territorio de la región, crecen progresivamente en población, y conforman así uno de los más importantes conglomerados urbanos del país. Pero crecen también las ciudades pequeñas y los centros poblados que se transforman progresivamente en ciudades menores (Tambogrande, La Unión, La Arena, Para- chique (Vice). (Ver cuadros y mapas de estas dinámicas.) Una segunda directriz es que en el litoral se verifica la contradictoria y preocu- pante declinación de algunos de los centros urbanos que tuvieron su origen en los antiguos campamentos petroleros o company town que se desarrollaron a partir de la explotación de los hidrocarburos en la región a fines del siglo XIX y a inicios del XX, como es el caso de Los Órganos, El Alto, Lobitos o Negritos (La Brea). Mientras que, de forma opuesta, crecen otros centros como Máncora y Punta Sal, impulsados por el desarrollo de las actividades turísticas. Una tercera directriz es que esta realidad costeña, en la que es dominante un progresivo crecimiento del desarrollo urbano, contrasta con el escaso o casi nulo crecimiento de los contados centros urbanos presentes en la sierra de Piura, —básica- mente Huancabamba y Ayabaca—. Las causas originales de esta situación, como ya hemos sostenido, se remontan al excluyente proceso de modernización de la región al momento de integrarse a los mercados internacionales. Ese proceso interrumpió la articulación preexistente con la serranía piurana y cortó su posible desarrollo inte- grado, privilegió el desarrollo y el consecuente crecimiento de las ciudades costeñas, y limitó los ejes generadores de la red de ciudades a los valles costeños y hacia el litoral, así como impidió el desarrollo de centros urbanos mayores en la serranía y su rearticulación con la red de ciudades en gestación. Ciudades intermedias y desarrollo territorial 132 5. La cuestión urbano-rural en la región En esta sección discutiremos brevemente la cuestión de lo urbano y lo rural en el contexto de la realidad regional piurana, considerando las interesantes reflexiones críticas sobre el manejo de estas categorías conceptuales y estadísticas que planteó María Isabel Remy (2009) y que se retoman en este volumen. La realidad aparente que nos muestran los datos estadísticos reflejaría un proceso de intensa urbanización de la población en la región Piura. Sin embargo, si ponemos en cuestión los discutibles criterios estadísticos empleados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) para asumir la población que considera como «urbana», esta perspectiva puede resultar bastante distinta. Según los datos del último censo de 2007, resultaría que la mayoría de la población regional sería urbana; como podemos apreciar en el cuadro siguiente, la población urbana total superaría el 74%, mientras que la población total rural no llegaría al 26%. Este predominio urbano sería uniforme en todos los distintos espacios de la región, a excepción de la zona andina. Cuadro 1. Población urbana y rural (Según estándares del INEI) Subespacio Población Urbana % Rural % Total % 1, Zona andina 12,54 87,46 100,00 2a, Valle Chira y San Lorenzo 73,40 26,60 100,00 2b, Valle Alto Piura 67,77 32,23 100,00 2c, Valle del Medio y Bajo Piura 96,75 3,25 100,00 3, Zona litoral 98,57 1,43 100,00 Total Piura 74,20 25,80 100,00 Fuente: Censo de 2007, INEI; Revesz, Larrea y Oliden (2010). Si por el contrario empleamos como una mínima rasante de lo «urbano» el criterio de población asentada en centros poblados con más de cinco mil habitantes, podemos ya percibir que en este caso nos encontramos con una situación casi equiva- lente entre lo urbano y lo rural; con este criterio, la población urbana total superaría el 55%, mientras que la población total rural llegaría a cerca del 45%, La predomi- nancia urbana se reduciría solo a dos de los ámbitos: la zona del litoral con cerca del 90%; y la del valle bajo y medio del Piura con poco más del 80%. 133 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial Cuadro 2. Población urbana y rural (Considerando urbano C.P. > 5000 hab.) Subespacio Población urbana (en ciudades > 5000 hab.) % Población rural (dispersa y en C.P. < 5000 hab.) % Población total % 1, Zona andina 4,56 95,44 100,00 2a, Valle Chira y San Lorenzo 43,08 56,92 100,00 2b, Valle Alto Piura 39,72 60,28 100,00 2c Valle del Medio y Bajo Piura 80,28 19,72 100,00 3, Zona litoral 89,87 10,13 100,00 Total Piura 55,58 44,42 100,00 Fuente: Censo 2007, INEI; Revesz, Larrea y Oliden (2010). Sin embargo, si utilizamos el criterio sustentado por Ricardo Vergara (ver contri- bución en este volumen), de considerar como consistentemente urbanas a poblaciones concentradas en centros con más de diez mil habitantes, en este caso tendríamos una clara mayoría rural en términos estadísticos, sin considerar que estos centros urbanos tienen una profunda ocupación habitacional, productiva y de servicios fuertemente arraigada con el territorio rural. Pero en la discusión de esta cuestión no deberíamos perder de vista que la preocu- pación central debería apuntar a valorar las sinergias positivas que se han establecido y arraigado en la región entre los ámbitos rurales y los urbanos, así como establecer estrategias que ordenen y potencien su desarrollo sostenido. En este sentido, si bien tenemos relativamente bien estructurada esta red de ciudades, es necesario también advertir un creciente proceso de atomización, donde se hace evidente que no existe una jerarquía ni una estrategia clara que oriente este tipo de modelo de desarrollo urbano, ni una regulación de contención en relación con el espacio rural. El aspecto más pernicioso que se advierte es el que está generando la progresiva ocupación espontánea y desordenada de los espacios agrícolas, que se produce no solo por la expansión creciente de los bordes urbanos, sino principalmente a causa de la ocupación lineal de los bordes carreteros y la penetración transversal a partir de ellos; este fenómeno de conurbación es incentivado por la movilidad que brinda el fácil acceso al transporte público y a la provisión de distintos tipo de servicios, como también por la conexión directa a los agentes del mercado que este tipo de localización ofrece. Ciudades intermedias y desarrollo territorial 134 Campos de cultivo en el bajo valle de Piura. 6. Nuevas dinámicas en el territorio de Piura y su posible impacto Como ya se ha señalado, si la red de ciudades intermedias constituida en la región Piura ha privilegiado y se concentra en los principales espacios económicos, una de las cuestiones fundamentales que está a la orden del día es: ¿qué estrategias urbanís- ticas se deberían desplegar para favorecer el desarrollo de los espacios deprimidos de la serranía? Es decir, ¿de qué manera se podría estimular un mayor peso y jerarquía de los centros urbanos que ya están constituidos, aunque sin mayores indicios de crecimiento, como es el caso de Huancabamba y Ayabaca? Asimismo, de qué forma se puede impulsar el desarrollo de otros centros urbanos que ofrezcan un conjunto de servicios fundamentales para la producción y el desarrollo humano de la población rural, a partir de la identificación de sus específicas condiciones de centralidad y de conectividad, en relación con determinados espacios del territorio rural. Esto permi- tiría atender adecuadamente a la población dispersa en estos territorios, a partir del entendimiento de que ese patrón disperso tiene fundadas razones de ser y no tiene por qué no mantenerse, si bien en otras condiciones de desarrollo del territorio rural que fomenten su progresiva integración y sostenibilidad. Y no como se ha propuesto desde las instancias gubernamentales, con la concentración de la población dispersa 135 José Canziani, Bruno Revesz y Pedro Belaunde. Piura: ciudades intermedias y desarrollo territorial en determinados centros urbanos, como única solución para proveerla de servicios, alternativa que además trae los ecos de un esperpéntico remedo modernista de las reducciones toledanas del siglo XVI. Otro tema fundamental se refiere a una situación que es propia de muchos de los espacios territoriales de distintas regiones del Perú, y que remite a la proyección de un conjunto de inversiones que se establecen de forma superpuesta, —y generalmente de forma contradictoria— sobre un territorio concebido como una suerte de hoja en blanco, donde el desarrollo de unas afecta las condiciones para el mejor desarrollo de las otras, lo que es también el caso de la región Piura, donde se encuentran en desarrollo los siguientes principales proyectos de inversión: • Interoceánica multimodal (Paita – Yurimaguas – Amazonas); • Puerto de Paita (concesión y ampliación); • Fomento de la pesca artesanal e industrial; • Ampliación de la refinería de Talara e intensificación de la explotación petrolera; • Plantaciones de caña de azúcar en el valle del Chira, orientadas a la producción de biocombustibles (etanol); • Agricultura orgánica (café, banano) y plantaciones de agroexportación (limón, mango, café, banano, entre otros); • Concesiones y proyectos mineros, principalmente en la serranía de Piura; • Fosfatos de Bayóvar; • Inversiones turísticas e inmobiliarias en el litoral. Dada la complejidad de estos proyectos y de los múltiples aspectos que compro- meten, este no es el espacio para ponderar los beneficios de cada uno de ellos, como tampoco para evaluar las posibles externalidades e impactos negativos que acarrean. Nos limitaremos a señalar que se advierte una ausencia patente de planificación que proviene del propio Estado, que promueve desde sus distintas dependencias una compulsiva política de inversiones que no toma en cuenta la vocación de los distintos espacios territoriales y menos la concertación de estas políticas con los actores locales y regionales, como parte de programas de acondicionamiento territorial. Como alternativa a esta situación, recientes iniciativas de concertación regional, promovidas por la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, instituciones representativas y emprendedores regionales, están forjando acuerdos fundamentales para establecer programas de desarrollo estratégico en la región y sus distintos espa- cios territoriales. Ciudades intermedias y desarrollo territorial 136 Referencias bibliográficas Aldana, Susana (1988). Empresas coloniales: las tinas de jabón en Piura. Lima: Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA)-Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA). Aldana, Susana & Diez, Alejandro (1994). Balsillas, piajenos y algodón: procesos históricos en Piura y Tumbes. Lima: CIPCA-Tarea Asociación de Publicaciones Educativas. Bernex, Nicole & Revesz, Bruno (1988). Atlas regional de Piura. Lima: CIPCA-Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Canziani, José (2007). Piura: ecosistemas y desarrollo territorial. 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